Noah Y Yo.

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El lunes fui al colegio normalmente, llegué al salón de clases, Noah estaba hablando con sus amigos, parecía de buen humor... Qué alivio.

Fui a donde mis amigos, me senté con ellos. Dani y Willy estaban jugando con sus celulares.

-Hola, chicos.
-Hola.
-Hubo una pelea hoy, te la perdiste.
-¿Entre quiénes? -Pregunté curioso.
-Noah y Harold el de cabello rubio.

Noah... Bueno, entonces no le afectó lo que pasó ayer... Lo miré, él me miró, miró a otro lado, como evitándome.

-¿Pasa algo? -Me preguntó Willy.
-Nada, nada... Sobre la pelea, ¿Cómo terminó?
-Ya sabes, el chico fue suspendido y a Noah nadie le dice nada por ser hijo de un rico.
-Ok, pero, ¿Él está bien?
-¿Quién? -Willy preguntó con una mirada extraña.
-Pues el chico que fue suspendido. -Mentí. En realidad hablaba de Noah.
-Ah, creí que preguntabas por Noah.
-Yo también pensé eso, como últimamente parece que son amigos... -Dijo Willy molesto.
-¿Amigos? Jamás, Noah es horrible. Además, no soy amigo de alguien popular, ni en sueños.
-Ok, si tú lo dices.

Mis amigos no parecían muy convencidos, pero al menos no estaban completamente seguros de nada. No quisiera que sepan que pasa algo entre Noah y yo... Sería mi fin.
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Al final de clases, como siempre, bueno, no, pero como pasa a menudo, mi hermana se quedó castigada y las mamás de mis amigos vinieron por ellos. No tuve más opción que caminar solo.

Mientras andaba por atrás del colegio, vi a Noah sentado en una banca... Se veía pensativo y furioso, no sabía si correr, esconderme o... ¿Debería disculparme por lo que pasó? Aunque no hice nada malo, es sólo que... ¡Ahg, es tan complicado! La vida es complicada.

Noah me vio estando paralizado a unos metros de él, evitó mi mirada otra vez. ¿Qué podía hacer? Pasó algo muy raro y él debía de sentirse igual o peor que yo.

Caminé lento y silencioso para no llamar mucho su atención, al pasar por su lado, él simplemente no hizo absolutamente nada de nada. Me detuve, no podía verlo, pero lo escuché moverse.

-Lo siento. -Dije.

Noah pasó por mi lado sin prestarme atención... ¿Tan enojado está? No lo puedo creer, es un insensible. Aún así yo... Maldito gigante.

-¡Te dije que lo siento, tonto!

Empecé a caminar a su lado, me miró y no dijo nada, siguió yendo por donde iba.

-¿Por qué estás tan enojado?
-Porque soy horrible, porque jamás serías mi amigo, porque me besas y luego me confundes, porque debí haberte golpeado cuando me metiste en problemas y no pude.

¿Escuchó lo que dije? Ahora me siento un cretino. Seguimos caminando a la par, ya estábamos cerca a mi casa...

-Noah, hoy no hay nadie en mi casa.

Noah me miró asombrado... ¿¡Qué acabo de hacer!? Noah parecía en shock, no hablaba y seguía mirándome fijamente con su cara de confusión y asombro. Nos detuvimos.

-M-me refiero a que yo...
-Entonces vamos a tu casa, cuatro-ojos.

¿¡Y ahora qué voy a hacer!? Me metí en el problema más grande de mi vida. Seguimos caminando hasta llegar a mi jardín. Me acerqué a la puerta y saqué la llave, intenté abrir, pero por los nervios no era capaz, las manos me temblaban y no lograba insertar la maldita llave.

-Pareces un anciano, dame eso. -Dijo entre risas.

Le di la llave, abrió la puerta y entramos, encendí las luces. Dejamos las mochilas en el sofá y nos miramos.

-¿Quieres algo de tomar?
-Deja de dilatar el asunto. ¿Para qué me trajiste?
-P-para hablar de lo que pasó.
-Ok... Hablemos, pero arriba en tu habitación.
-Bueno... Subamos.

Caminamos a las escaleras lentamente, él estaba demasiado cerca. Fuimos a mi habitación, cerré la puerta.

-Ponle seguro. -Dijo con normalidad.
-¿P-por qué?
-Ya estás muy grandecito, no me preguntes bobadas.

Le puse seguro a la puerta, Noah se sentó sobre la cama, fui hasta él y me senté a su lado a una distancia prudente.

-Háblame.
-Lo siento por lo que dije hoy, es que mis amigos ya están sospechando y...
-¿Sospechando qué?
-Que tú y yo...
-¿Y qué pasa con nosotros?
-Ya sabes.
-No, yo creí que sabía, pero me confundes.
-¿Cómo?
-Por lo de ayer y por lo que me dijiste después de que me besaste.
-Pues tú tampoco has sido claro conmigo.
-¿Y por qué no hacemos algo?
-¿Qué?
--Algo para que todo quede claro...
-¿Algo?
-Sí.

Se sentó más cerca, tomó mi hombro y se inclinó hacia mí. Besó mi cuello, puse mi mano en su pecho e intenté alejarlo.

-No seas un cobarde.- Me susurró.

¿¡Me dijo cobarde!? Nadie me dice cobarde... Noah con su otra mano tocó mi mejilla, me besó en los labios, abrí la boca dándole paso a su lengua... Llevó ambas manos a los botones de mi camisa.

-¡Mmhh! -Intenté hablar.

Él me besó más fuerte, desabotonó mi camisa y me la quitó, separó sus labios de los míos con lentitud.

-Quítate el pantalón.
-No, estás loco.
-¿No quedamos en que íbamos a ser claros?
-Podemos ser claros de otra forma.
-Sólo me sirve esta forma.

Me puse de pie y me quité el pantalón... Noah se puso de pie también, se acercó y me besó con muchas ganas, casi ni podíamos respirar. Sus manos tomaron mis brazos con fuerza. Su lengua tocó la mía, lentamente empezamos a jugar con ellas.

-Mmh. -Gemí al sentir que su boca succionaba tan fuerte.

Paró de besarme, al fin pude respirar con fluidez. Noah me miró mientras se quitaba el uniforme rápidamente.

-¿Por qué me besas tan fuerte?
-Porque no puedo controlarme cuando se trata de ti, ¿Entiendes? Y me gusta oírte gemir.
-Qué asco...
-¿Y? Aún así me invitaste a tu casa para "Hablar".
-¡Yo sí me refería a hablar!
-Tú intentabas reconciliarte conmigo.
-P-pues... Sí. Pero no te invité para tener sexo.
-Quiero que seamos más cercanos.
-¿De qué hablas?
-Más que besarnos y fingir que nos odiamos. Más que amigos.
-No y no. Además yo no fingí nada.

Tomó su ropa y empezó a vestirse... ¿Qué hago? ¡Necesito ser valiente! Noah... No puedo, no soy capaz, es demasiado para mí.

-Noah, dame tiempo...
-Yo no voy a desperdiciar mi tiempo jugando a los amiguitos.

Abrió la puerta y se fue... Ahora me siento como un estúpido, como un idiota. ¿¡Por qué no puedo ser más valiente!? Debí quedarme callado, Noah debe odiarme ahora.

Vas A Caer. [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora