Celos.

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Estábamos caminando a mi casa, Lilián no vino porque tenía que ir a comprar un libro... Noah estaba tan callado que me empecé a preocupar... Me miró, sonreí, no me devolvió la sonrisa y desvió la mirada. ¿¡Qué le pasa!? No hice nada, ¿O sí? Soy tan despistado que seguro le dije o hice algo que no le gustó... Me miró otra vez.

-Te amo. -Dije.
-Yo también te amo.
-Yo te amo más.
-No es cierto. -Habló serio.

Es la primera vez que me responde así... Me sentí muy mal, no es justo... Estoy intentando que esté contento, pero él sigue siendo tan cortante. ¿Hice algo malo? Pero si sólo estuvimos en clase, imposible, no hubo tiempo de hacer algo malo, estaba estudiando.

Llegamos a casa, abrí la puerta, entramos... Había un silencio tan horrible, odio cuando discutimos... Casi todo el tiempo estoy sufriendo por Noah, es tan molesto tener discusiones y problemas... Pero lo amo tanto que no me importa.

-¿Quieres tomar algo?
-No, gracias.

Nos sentamos en el sillón grande de la sala. Encendí la TV, Noah está muy raro, ni siquiera habla. A ver, ¿Qué puede ser? Quizás... ¿Willy le dijo algo? Lo dudo, Noah lo hubiera golpeado. ¿Me dijo que me ama y no lo escuché? No, hace un rato le dije "Te amo" y no arregló nada.

-Mira, qué lindo perrito... Se parece a kiki. -Dije.
-Ajá.
-Quiero ver a Kiki, ¿La paseamos mañana?
-Como quieras. -Respondió seco, de forma algo grosera.
-Tonto...

Apagué la televisión... Nos quedamos callados, en un silencio de esos que te indican que todo se hará peor y que el problema no ha terminado. Noah no dijo nada aunque lo insulté, ¿No va a hablar? Lo miré, me miró con el ceño fruncido.

-¿Tonto por qué?
-Por nada...

Crucé los brazos... No tanto por enojo, es que siento que todo va a empeorar, me pongo muy nervioso. Nos miramos por un largo rato, Noah apartó la mirada y suspiró... Me quité los zapatos y subí los pies al sillón, flexioné las piernas y puse mis manos sobre las rodillas. Noah me miró y noté que por un momento que su enojo se fue, estaba viéndome diferente.

-¿Qué? ¿Ya se te olvidó por qué estás enojado? -Me burlé.
-Por unos segundos, pero gracias, ya lo recordé...

No debí decir eso, seguro sintió que lo estaba provocando... No me gusta discutir, odio cuando nos enojamos. Pero hay algo raro, Noah casi nunca me habla tan cortante, tiene que ser que está muy enojado. ¿Por qué se comporta así? Sé que es porque hice algo malo, pero no logro recordar.

-¿Hice algo? -Pregunté.
-No... Supongo.
-¿Puedes decirme qué te pasa? No quiero que estemos así.
-Pero estamos así... No quiero hablar.

Como es típico en mí, no pude aguantar y se me salieron las lágrimas. Apoyé mi frente en mis rodillas, no se me ocurre qué pude haber hecho para que Noah esté tan molesto.

-No llores. -Dijo preocupado.
-Si pudiera, no lloraría... Tonto.
-Tal vez sí soy tonto.

Estiré las piernas, lo miré, ¿Cómo dice eso? Debería negarlo, no es tonto, a veces hace tonterías, pero no siempre... Me acosté de lado, puse mi cabeza en sus piernas y con mi brazo izquierdo rodeé su cintura. Las lágrimas no paraban, la nariz había empezado a gotearme.

-¿Por qué estabas a solas con Kevin?
-¿De qué hablas?
-Esta mañana cuando entré al salón, vi a Kevin hablándote al oído... En cuanto me vieron se alejaron. ¿Esperas que no me enoje?
-Crees que soy horrible, ¿Cierto? Estás insinuando que coqueteaba con el novio de mi hermana, tu mejor amigo.
-No... Yo confío en ti.
-¿Entonces por qué estás enojado?
-Ya deja de llorar... Eres muy tierno, pero me siento mal.
-No me digas cosas lindas después de ser tan tonto.

Vas A Caer. [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora