Lo Admito.

237 30 3
                                    

Ha pasado una semana desde que hablé con Noah la última vez... Es mucho tiempo. Llegué al colegio dispuesto a hablarle, estaba harto de esperar a que él me hablara. Era la hora del almuerzo, podía ver a Noah discutir con un chico.

-Willy, Dani... Vuelvo en un rato.
-No tardes.

Me levanté y fui hacia atrás de los árboles, donde estaban él y ese chico. Noah me miró, lo saludé moviendo mi mano, respondió alzando la barbilla.

Vino hacia mí dejando al chico como tonto discutiendo solo... Noah no parecía estar de buen humor.

-¿Qué quieres, flacucho?
-Noah, no me has hablado en días.
-¿Crees que es divertido perder el tiempo?
-¿Es que para ti todo es sexo?
-No... Lo único que pido es que dejes de jugar conmigo, estoy harto. Decídete, ¿Te gusto o no? Porque si no es así, deja de meterte en mi vida.
-¡Yo sólo quiero que seamos amigos!
-Pues yo no quiero ser tu amigo.

Toqué su hombro, me miró, tomó la corbata de mi uniforme y tiró de ella. Sus labios se veían tan provocativos, quería besarlo y dejarlo tocarme.

-Déjame en paz, niño tonto.

Nos miramos... Sentía lo que llaman "tensión sexual", Noah me puso contra el árbol, se acercó a mi oreja, su respiración tan cerca me estaba poniendo muy mal.

-Esta va a ser la última vez que te toque, Liam...

¿La última? No... Tomó mi barbilla y la levantó, juntó su boca con la mía y me beso. Respondí el beso, Noah empezaba a respirar agitado y a besarme con desesperación. Parecía que iba a comerme, su otra mano tomó mi cadera y me acercó a su cuerpo. Paró de besarme y me miró.

-No vuelvas a dirigirme la palabra, cuatro-ojos. -Habló lento y claro.

Me soltó y se alejó lentamente... ¿¡Por qué me siento mal!? No debería sentirme así, sólo quiero ser su amigo.

Empecé a caminar tras él, aceleré el paso y lo alcancé, toqué su hombro. Me miró con su cara de chico malo y se detuvo.

-¿Es que eres sordo? Piérdete.
-Noah...
-Desaparece, tonto.
-¿Qué quieres que haga para que seas mi amigo?
-Ya te dije que no quiero ser tu maldito amigo.
-¿Pero qué otra cosa podemos ser?
-En serio eres tonto. -Empujó mi frente con la mano, no muy fuerte.

Tomé su brazo al ver que iba a irse, metí mi mano en el bolsillo de mi pantalón y saqué mi teléfono, miró mi mano y luego a mí.

-Dame tu número. 
-No quiero volver a hablarte. Más te vale soltarme.
-Noah. Dámelo...
-No.
-Ok... Hoy voy a estar solo en mi casa. -Empecé a decir con voz temblorosa. Noah rodó los ojos harto. -¿Quieres venir conmigo?
-¿Para que digas lo mismo que el otro día? No, gracias, tonto.
-T-te prometo que va a ser diferente.

Me empujó con algo de fuerza y se fue... ¿¡Por qué no me cree!? Regresé a donde mis amigos, ellos estaban viendo revistas xxx de chicas.

-¿Por qué tardaste tanto?
-Sí, te perdiste lo mejor.
-No me interesan nada ese tipo de cosas. -Dije asqueado.
-Liam, tenemos algo que preguntarte.

Me asusté de inmediato, ellos parecían muy serios... ¡Se dieron cuenta, lo sé! Agaché la cabeza, no tenía cara para hablarles.

-Es sobre Noah... -Habló Willy.
-Está bien si se avergüenzan de ser mis amigos... Es muy normal. -Dije rendido.
-¿Cómo se te ocurre? Somos amigos... Además ya lo sabíamos, desde que pasó lo de los exámenes ustedes dos han sido muy evidentes.
-Pero no importa, sólo tienes que decirlo, dile a tus padres.
-¿Están locos? Me muero de vergüenza.
-Okay. Nosotros mismos le diremos al director que ese matón te está molestando. No hay nada de vergonzoso en eso.
-No es tu culpa que ese abusivo te moleste.

¿Qué demonios? ¿¡Qué!? Los miré impactado... Son muy tontos, aunque están preocupados por mí.

-Oigan, yo puedo solo... Por favor no le digan nada a nadie, no quiero tener problemas. -Dije siguiendo el rollo.
-Está bien... Pero si te golpea, le diremos a todos.
-Ok... Gracias, chicos.

Gracias no gracias. Mis amigos no tienen idea de cómo es Noah conmigo, si ellos supieran lo lindo que es no estarían preocupados... Esperen, ¿Qué digo? No es lindo... Siempre me dice cuatro-ojos o flacucho, es brusco y poco comprensivo.
___________

-Adiós, nos vemos. -Me despedí de Willy y Dani.
-Nos vemos.
-Chao, amigo.
-Ok, ya váyanse. -Me reí.
-Cuánto cariño.

Los chicos se fueron... Noah aún no salía. Me senté en la acera a esperarlo... No tardó mucho en salir rodeado de chicos tan musculosos y rudos como él.

-Noah, vamos a jugar fútbol.
-No, voy a casa a dormir.
-Uf, qué aburrido.
-Mañana sí o sí tienes que salir con nosotros.
-Ya veremos.

Noah apareció por fin. Al parecer no me vio, pasó derecho sin mirarme. Me levanté rápido y empecé a caminar a su lado, aún no sabía qué decirle.

-¿Qué quieres, cuatro-ojos?
-Que ya no estés enojado conmigo, por favor.-- Dije con un tono de voz tan tierno que me asusté.
-Bien... ¿Sabes qué?
-¿Qué?
-Para mí el sexo no lo es todo, pero por hoy sí.
-Está bien... Haré lo que sea para que no estés enojado.

¿¡Pero qué sucede conmigo!? Por poco y le pido que me lo meta... Okay, estoy exagerando. Necesito calmarme, todo saldrá bien.

-Hay un lugar al que tenemos que ir primero.
-¿Tu casa?
-No. Espera y verás.

Lo seguí todo el camino, ninguno habló mucho, sólo un poco sobre las clases del día siguiente.

Llegamos a un supermercado, entramos... Fuimos a la sección de shampoo y cosas así. Noah se detuvo en un lugar y empezó a mirar unas cajas pequeñas. Me le acerqué.

-¿Qué vas a comprar?
-Condones y lubricante.

Me quedé mudo, inmóvil. ¿¡Es que no le da vergüenza!? Me miró y me mostró una caja. Miré a todas partes, no quería que nos vieran comprando eso. La caja decía "Texturizado sabor a chocolate".

-¿Qué demonios? Noah, qué asco.
-¿Qué sabor te gusta?

Me cubrí la cara con las manos, él se me acercó y tomó mi hombro, lo miré a los ojos por entre mis dedos.

-Escoge tú.
-No me digas que el condón te lo pondrás tú.
-Sí, lo voy a usar yo. ¿O qué prefieres?
-¡No sé, lo que sea, me siento observado!
-Elige unos.
-¡Maldición, Noah! Toma los de fresa. -Hablé bajo.
-Okay... Ya quita las manos de tu cara, nadie nos conoce.

Tomó una caja y caminamos un poco, agarró una botella pequeña y fuimos a la caja. El chico de ahí nos miraba raro, haciendo que me pusiera más nervioso.

--Son cuarenta con cincuenta.

Noah pagó y miró al chico con su cara de tipo malo, salimos de ese infierno. Caminamos en silencio, ya estábamos cerca a mi casa.

-Noah, ¿Ya lo has hecho antes?
-Sí.
-¿Con quién?
-¿Qué te importa?

Pareció molestarle la pregunta... ¿Por qué? ¿Fue un chico? Quiero saber... Le toqué la mano, me miró, sentí un poco de miedo.

-Debes decirme.
-No, no tiene qué ver contigo.

Le solté la mano y seguimos caminando a casa... Empecé a sentirme inseguro y estúpido.

Vas A Caer. [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora