El Cargador.

153 20 8
                                    

Estábamos jugando play, Amber es muy buena en las luchas... Y de repente...

-Liam.

Noah me habló... ¿¡Me está hablando!? Me giré a mirarlo, él estaba parado atrás del sofá, sus ojos de nuevo me estaban intimidando. Me puse nervioso.

-¿Puedes prestarme un cargador para celular?
-Ah sí... Espera voy por él.
-No, dime dónde está y yo voy.
-Es que no recuerdo dónde lo dejé, yo voy.
-Entonces te acompaño.

¿Está seguro de lo que dice? Me levanté del sofá y di la vuelta para ir hacia Noah... Juntos cruzamos la sala y fuimos por el pasillo hasta llegar a la puerta de mi habitación, la abrí y entramos.

De repente Noah cerró la puerta. No quise girarme para mirarlo para no ponernos tensos, comencé a buscar el cargador encima de mi cama... Siempre lo dejo ahí. Pero por alguna razón no lo encontraba.

-Ey. -Dijo.
-¿Qué? -Respondí sin mirarlo.
-¿No lo encuentras?
-No, pero debe estar por aquí, lo usé antes de bañarme esta mañana.
-No lo busques más.
-Pero lo necesitas.
-No.

¿Acaba de decir "No"? Pero si él me lo pidió... Ah ya lo entiendo, estaba tratando de venir a la habitación conmigo. ¿Pero por qué? Creí que no estaba seguro de querer volver conmigo. Me giré para mirarlo.

-¿Cómo que no? -Pregunté fingiendo no entender sus intenciones.
-Ayer fuiste a casa de Luka.
-Sí... ¿Y eso qué?
-¿Y qué hicieron?
-¿Estás preocupado?
-¿Debería?
-No sé. ¿Deberías?
-Liam, no me gusta esto, deja de jugar con mi mente.
-No te debería preocupar con quién estoy ni qué hago. Tú terminaste conmigo.
-¡Pero me preocupa! ¿Qué hicieron?
-Nada, pasamos el rato.
-Pero le gustas a Luka...
-Estábamos con Amber y Anny. Además aunque hubiésemos estado solos, tampoco habríamos hecho nada de lo que piensas.
-Ajá.
-No siempre que esté con un chico va a pasar algo.
-No sé si pueda creerte.
-¿Quieres pelear?
-No, obviamente no.
-¿Entonces por qué me ofendes?
-¡Es que estoy celoso y me siento muy inseguro! Nunca en mi vida me sentí tan mal como me he sentido estos días y es tu culpa, tú me volviste débil. ¡No como, no duermo, no paso un momento tranquilo! Es agotador...

No sé qué decir... No sé si sentirme feliz o enojarme, sólo sé que esto es amor, a pesar de que no es un momento precisamente lindo, sigue siendo romántico... Qué asco cuando me pongo cursi.

Miré hacia el suelo intentando escapar de la situación, no sabía qué hacer. Noah suspiró, lo cual fue muy lindo e hizo que me latiera el corazón más rápido.

-Voy a volver a la sala. -Esa frase ya la escuché antes...
-Entonces... ¿No necesitas el cargador?

Se tocó la nuca y se rió... No supe qué más decir para que se quedara. Lo miré, hace mucho que no me sonreía... Sonreí tímido y junté mis manos sin saber cómo actuar, me empecé a poner incómodo con el silencio.

-La verdad te pedí el cargador porque quería estar a solas contigo.
-Ah... ¿Y como por qué o qué?
-Pues... -Se rió a carcajadas.
-¿Qué?
-Me pongo nervioso si me lo preguntas así.
-L-lo siento, no quería...
-¿Intimidarme?
-¿Qué? Yo no intimido ni a un niño de cinco años...
-A veces sí, aún con tu apariencia de niño bueno.

No entiendo cómo es que logro que se ponga nervioso y lo intimido, él es el que logra hacer eso con los demás.

Se acercó y se sentó en la cama, agarró mi pijama que dejé sobre la cama hoy... La olió... ¿¡Pero qué hace!? Corrí a quitársela y la metí en el canasto de ropa sucia.

-¿Por qué demonios hiciste eso? Está sucia.
-Huele a ti.
-¡Ay Noah, ya deja de jugar conmigo!
-¿De qué hablas?
-Ayer me dijiste ese montón de tonterías de que no sabes cómo te sientes y hoy vienes a coquetear, no te entiendo ni una pizca.
-Lo siento, es que no entiendes.
-Eso es lo que acabo de decir...
-Me refiero a que... No es que mis sentimientos por ti hayan cambiado, es sólo que tienes que darme tiempo para que se me pase el enojo.
-Ayer me dijiste que no sabías si estabas enojado.
-¡Es que me confundo porque cuando te veo te quiero besar, quitarte la ropa y tocarte, pero a la vez quiero gritarte y que sientas lo que yo sentí! Estoy dolido, entiende.
-¿¡Pero por qué!? ¡Nunca he sentido nada por Willy, no es mi culpa que él sea un aprovechado!
-¿Y crees que eso es una razón para no sentirme celoso? No controlo lo que siento, para empezar nunca me hubiera enamorado porque es molesto.
-¿Molesto? Genial, entonces creo que debemos dejar todo como está. ¿Te parece menos molesto?
-¡No, yo quiero... Es que no entiendes!
-¿Y tú me entiendes?
-No...
-¿Sabes? Esto no va a funcionar... Sólo piensas en ti.
-¡Yo sólo pienso en ti, por eso es que estoy tan malditamente celoso y confundido! Yo no aguanto ni que se te acerquen, me estoy volviendo loco.

Este es el punto en el que ya no sé qué decir y ahora sí en serio... Es que Noah está como loco y yo ya me siento muy confundido. Le di la espalda... No, no puede ser... Empezaron a bajar lágrimas por mis mejillas.

-¿Liam?
-¿Mm? -Si hablo va a saber que estoy llorando.
-¿Estás bien?
-Ujum.
-Estás llorando, ¿Cierto?

Vino y se puso frente a mí, acarició mi brazo mientras me miraba preocupado... Odio llorar, pero desde que me topé con Noah he llorado mucho.

-Lo siento... ¿Qué fue lo que dije que te hizo llorar? Perdón.
-No sé. Déjame sólo.
-No.
-Sólo vete, ya no quiero discutir.

Noah rodeó mi cintura con su brazo, me abrazó... Recosté mi cabeza en su hombro y puse mis brazos alrededor de su cuello. Hace muchos días que no lo abrazaba.

-Ya... No llores.
-Eres un tonto.
-Lo siento.
-No hables.
-Eres un cuatro-ojos llorón...

No debería emocionarme tanto por escuchar ese apodo, pero es que lo dice de esa forma y yo... Me encanta. Lo abracé con fuerza, besó mi frente.

-Siempre me haces llorar, eres un tonto.
-Un tonto que se preocupa por ti y que te quiere mucho.
-Yo también te quiero.
-Dije "mucho".

Me alejé, Noah me limpió las lágrimas con su mano, tomó mi mentón y me besó... De verdad lo necesitaba. Se alejó y se quedó mirándome.

-Te ves muy tierno cuando lloras.
-Cállate, me veo ridículo.
-A mí me parece que te ves muy lindo.

Acarició mi cabello, tocó mi cuello y luego lo rodeó con su brazo llevándome hacia él, lo abracé... Noah huele tan bien, extrañaba sentir su olor.

-Chicos, mamá está preguntando dónde están. Es mejor que salgan, ya saben cómo son de malpensados los adultos. -Dijo Lilián desde afuera.
-Sí, ya vamos.

Todo el día mamá tuvo sus ojos puestos en Noah y yo, no pude ni acercarme porque es vergonzoso ser cariñoso con tu pareja mientras tu mamá te mira... En fin, no tuvimos más tiempo a solas. En verdad qué frustración.

Vas A Caer. [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora