Confío En Ti.

191 19 3
                                    

Noah se sentó en la cama, tenía una cara de que no estaba contento... ¿Ahora qué pasa? Dios, no puedo estar tranquilo ni un segundo. Me paré frente a él, me miró desde los pies hasta quedarse mirando mis labios fijamente.

-¿Qué te pasa? Te ves raro.
-Estoy molesto.
-¿Por?
-Es que odio tener el brazo así... Hace tanto no nos veíamos y tengo muchas ganas de tocarte.
-Te pasas de directo.
-Lo siento.
-N-no pasa nada.
-¿Tú no te sientes así?
-¡P-pero no me mires así, me pones nervioso!

Apartó la mirada mientras hacía una cara de que quería reírse pero se aguantó. ¿Qué debo decirle? Yo por supuesto me siento muy caliente, pero no soy como él que lo dice.

-Sabes... N-no es tanto problema, sólo es tu brazo... No te rompiste las piernas.
-Pero, ¿Cómo voy a...?
-¿Q-qué?
-No, sabes qué, es que ni siquiera traje condones.
-¡Ay Noah, ya!
-Es que no traje.
-Vamos a comprar.

Noah me miró sonriendo malicioso... Tiró de mi brazo haciéndome sentar sobre sus piernas, rodeó mi cintura con su brazo sano. Sonreí, apoyé mi brazo en su hombro.

-¿Quieres hacerlo?

No respondí porque yo por supuesto no quiero decir esas cosas, es vergonzoso y muy cursi. Tomé su mentón y lo miré a la boca, mostró sus lindos dientes blancos y cuadrados en una tierna sonrisa.

-¿Tengo que responder?
-Claro, es necesario.
-Mejor vamos a la farmacia antes de que tengas que irte.
-No, no hay tiempo... Dejémoslo para otro día. ¿Bien?
-¿Y si lo hacemos... S-sin condón?
-¿Estás loco?
-No voy a quedar embarazado, así que no importa.
-¿Cómo es que eres tan confiado?
-Contigo...
-Me estás torturando.
-¿Yo por qué?
-¿Sabes de qué me di cuenta?
-¿De qué? -Pregunté curioso a morir.
-De que mis sentimientos han estado cambiando estos días.

¿Esto es en serio? Somos novios hace nada y ya está cambiando de parecer... ¡Pero no debo enojarme tan fácilmente! Malditos sentimientos...

-No de esa forma, cuatro-ojos.
-Habla bien, ya me estaba enojando.
-Eso noté.
-Bueno ¿Y entonces?
-Es que te quiero.

No, no, no... Tonto, odio cuando empezamos a ser tan cursis. Acarició mi cabello y me miró esperando una respuesta, aparté su mano.

-No esperes que responda esa cursilería.
-Vamos, cuatro-ojos... ¿No que me extrañaste?
-Te quiero también. ¿Ok?
-No. Ya arruinaste el momento.
-Eres muy cursi para ser tan rudo.
-Es porque se trata de ti, no hay forma de que te trate diferente.
-Mejor cállate y dame un beso.

Sonrió de oreja a oreja... Mientras me besó con ternura, empecé a desabrochar su camisa, estaba ansioso por sentir su piel otra vez.

-¿Tanto quieres hacerlo?
-¿Esperas que me quede quieto cuando me dices esas cosas?
-Hoy vas a tener que hacérmelo, porque con el brazo roto no puedo hacer nada más que estar sentado.
-Cállate. ¿No te da vergüenza lo que dices? -Me reí.
-¿Sabes algo? Cada minuto te ves más y más lindo.

¡Que alguien lo calle por favor! Soy demasiado tímido como para poder aceptar esos cumplidos... Se acercó y me besó, empezamos lentamente a mover nuestras lenguas y nuestros labios, mientras tanto Noah usaba su brazo sano para bajar la cremallera de mi jean. Me puse de pie sin dejar de besarlo y comencé a bajar mi pantalón. Se apartó un poco.

-Te quiero mucho, Liam.
-Ya me lo dijiste.
-Pero es que es en serio. Me importas mucho.
-¡Me pones nervioso!
-Yo también estoy nervioso.
-Entonces deja de decir cosas.
-Dime cosas tú también. -Se rió.

Noah me besó, metió su mano bajo mi camiseta y acarició mi pecho. Tomé su camisa y se la quité con cuidado para no lastimar su brazo... Toqué sus hombros, su espalda. Extrañaba tanto tocarlo.

-Rápido, quítate la ropa. -Dije ansioso.

Se puso de pie, rápidamente se quitó el pantalón. Toqué su abdomen, me sonrió tiernamente y se acercó, tomó mi mano, la besó con delicadeza.

-Acuéstate.

Me acosté en la cama, él me quitó la ropa interior y se inclinó, tomó mi miembro y lo metió en su boca... ¿¡Por qué me gusta tanto Noah!? Su boca se siente tan bien.

-Ah... Lento...

Noah continuó, no me agrada mucho que haga eso, me siento super avergonzado... Osea, me gusta, pero me siento mal por él. Acaricié su cabeza mientras él seguía chupándolo con delicadeza y lentamente.

Sacó mi pene de su boca y comenzó a besar mi abdomen, acaricié su espalda con ambas manos... Subió dejando besos por mi cuerpo hasta llegar a mi pecho, besó mis pezones.

-Hueles muy rico.
-Y tú eres perfecto. -Le respondí.

Besó mi cuello, su respiración era muy agitada. Toqué su nuca, metí la otra mano en su ropa interior y toqué su pene erecto.

-Me vuelves loco... -Susurró.
-Te quiero mucho. -Susurré.

Se rió un poco en voz baja, tomó mi mentón y nos miramos a los ojos. Comencé a tocarlo más fuerte, su pene estaba muy duro y húmedo. Me besó un poco la esquina de la boca, lo besé con desesperación, tomé su ropa interior y la bajé un poco...

-¿Tienes lubricante?
-Tengo vaselina. -Respondí rápido.
-Está bien.

Metí la mano bajo la almohada y saqué un frasco de vaselina, se lo di.

-¿Por qué tienes eso ahí?
-Lo dejé ahí porque estaba esperando a alguien.
-Eapero ser ese alguien...
-Si no eres tú, ¿Entonces quién?

Sacó un poco de vaselina y la aplicó en su pene. Luego sacó otro poco... Abrió mis piernas e introdujo sus dedos, me hacía sentir bien, pero avergonzado... Comencé a sudar de los nervios.

-Esta vez va a doler más.
-No tiene sentido que duela más que la primera vez...
-Es que hoy no puedo contenerme... Lo siento.
-El que va a sentirlo soy yo.
-Ahora te haces el gracioso, espera y verás.
-Suenas como un sádico.
-No es gracioso... No me gusta hacerte sentir dolor.
-Lo siento, fue una broma de mal gusto... Ya saca tus dedos.
-¿Por?
-¿Por favor?

Se rió... ¿No es raro que hablemos así mientras tenemos sexo? Creo que somos muy extraños. Metió sus dedos más profundo, comenzó a mover su mano...

-Noah, ya mételo, siento que estás jugando con mi trasero.
-Para nada...

Sacó los dedos, no lograba ver bien lo que hacía, pero se estaba tardando en meterlo. Acarició mi pierna, se acercó y me miró dudoso.

-¿Por qué te tardas?
-No quiero hacerlo.
-¿Es en serio? -Dije enojado.
-Es que dijiste que parezco sádico.

Mi error... Lo admito, me pasé de chistosito. Me senté, empujé a Noah suavemente hasta que estaba acostado... Me puse sobre él, tomé su pene y lo puse en mi trasero lentamente.

-Si te duele no... No tienes que hacerlo.
-¿Quién dijo que sólo siento dolor? Ya deja de pensar en eso...

Comencé a introducir su pene en mi ano, ni muy lento ni muy rápido... Empezaba a doler un poco. Al fin entró por completo y pude sentarme sobre Noah, cansa un poco estar arrodillado con las piernas abiertas.

-¿Estás bien? Déjame quirarte los anteojos...
-Y-ya había olvidado que los uso. -Dije adolorido.

Noah me quitó los anteojos, se sentó. Con su brazo rodeó fuertemente mi cintura, me alzó un poco... Oh, está ayudándome a mantenerme de rodillas. Rodeé su cuello con mis brazos y empecé a dar pequeños y cortos saltos sobre él... Noah gimió un poco... Lo besé de inmediato, es que se escucha muy sexy.

-¿Duele?
-No mucho... Ahh. -Gemí fuerte.

Noah empezó a levantarme más rápido y más alto... Mientras tanto mordía suavemente mi cuello. Puede que duela, pero necesitaba hacerlo, necesitaba sentir a Noah.

-Ahg... N-n puedo más, necesito acostarme.
-Está bien... Pero debes acostarte boca abajo.

Me levanté, su pene salió por sí sólo. Me di la vuelta y me acosté boca arriba, creo que lo mejor es estar acostado, así no me canso tanto...

-Mejor así... -Dije.
-Está bien.

Abrió un poco mis piernas y flexionó la derecha. Sentí la punta de su miembro entrando... Lo metió rápido...

Vas A Caer. [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora