One-Shots Detective Conan || CoAi || ShinShi||Pedidos abiertos

09.7

Miniserie, Lobo

Capítulo 7

Shiho

Bien, cálmate. Eso no fue nada del otro mundo, solo un beso.

Sí, solamente fue un beso.

Así como el que nos dimos como protección. —pensé dándole vueltas en mi mente, antes de golpearme contra mi casillero. —Imbécil, claro que no fue un beso de protección, yo se lo di e incluso dejé que me "inspeccionara" la bo... ¡¡Ah!! ¡¿Por qué rayos hice eso?! ¡¡Estoy tonta!! ¡¿Qué te pasa Shiho?! Tú no eres tan irracional, ¡¿y por qué diablos me duele el pecho por echarle las culpas a mi lobo interior.

—¿Shiho, estás bien? —escuché la pregunta extrañada de Mitsuhiko al lado de mi casillero.

—¡Ah! —solté dando un salto. —Mi-Mitsuhiko, sí, sí estoy bien. —respondí aún sin dejar los nervios, antes de marcharme y terminar por demostrar de más mis nervios.

Oh, por favor, no era él, ¡¿por qué estoy tan exaltada?! —pensé molesta conmigo.

—¡Shiho! —escuché como me llamó Shinichi a la distancia.

Mi corazón dio un vuelco antes de empezar a latir como loco, mis dedos temblaban sin control y sentía mi rostro arder. Precipitada saqué las llaves del club y traté de abrirlo.

Debido a mis dedos temblorosos tardé más de lo que esperaba en abrir la puerta, por lo que cuando entré y estaba por cerrar, Shinichi detuvo la puerta.

—Shiho, ¿me puedes abrir? —me preguntó dulcemente con una brillante sonrisa.

Creo que mi corazón parece un motor de tren. —pensé antes de soltar la puerta y darme la vuelta para que no viera mi rostro.

—Shiho, ¿podrías darme mi chaqueta? —me pidió amable con una gran sonrisa que sabía que tenía en su rostro.

—¿Eh? ¡¿Por qué?! —reproche olvidándome por completo de mi dilema de hace unos segundos y agarrando la chaqueta que tenía puesta.

Simplemente me gustaba y el saber que era de Shinichi me hacía sentir de alguna forma bien.

—Por hoy estarás bien, por lo que estaba pensando en cubrirla con mi olor mientras tanto. —me explicó con una tierna sonrisa.

—¿Me la devolverás? —le pregunté con un puchero en los labios sin darme cuenta.

Como resultado él terminó riéndose de mí.

—No te pongas así. —me dijo al ver mis mejillas infladas. —Si quieres te la regalo, pero todavía tengo que cubrirla con mi olor, así que... te la devolveré al final del día. —me dijo acercándose demasiado a mi.

Suavemente me quitó la chaqueta de mis hombros, sin romper nuestra mirada directa.

—Shinichi... —lo llamé inconscientemente acercándome a él.

Nos quedamos unos segundos así, olvidándonos de absolutamente todo, pero ya no lo resistía más cuando estaba a punto de besarlo la puerta se abrió, inevitablemente con los nervios lo empujé.

—Me voy a clase. —afirmé pasando por su lado.

Shinichi

Miré a Shiho pasar por mi lado con el ceño fruncido, casi parecía molesta si no fuera por el ligero temblor de sus manos.

Reí inevitablemente, ella de verdad es tan tierna.

—Deberías dejar de molestar a Shiho. —me dijo Genta, mirando entre las tarjetas de memoria.

Yo solo le sonreí una vez volteó a verme.

—Por cierto, ¿esa chaqueta y la bufanda no son de Shiho? —me preguntó confundido.

—Desde hoy, ambos lo son. —contesté divertido.

—Mmm, de verdad no entiendo el gusto de las mujeres por cosas de hombres. —comentó Genta abriendo la puerta.

Yo volví a reír ante esas palabras. —No, es por "cosas" de hombres que les interesa. —le respondí saliendo detrás de él.

—¿Eh? —soltó confundido cerrando la puerta con llave. Yo solo le di una sonrisa de lado antes de adelantarme. —He-Hey, Shinichi, ¿podrías ayudarme... a... conquistar una chica? —me preguntó en un murmullo tímido.

—¿Qué? ¿Por qué crees que te sea de utilidad? —pregunté extrañado.

—Bueno, a todas las chicas les gustas... incluso a Shiho. —me respondió mirándome de reojo.

—Shiho es diferente. —respondí algo molesto sin notarlo.

—Por eso mismo lo digo, si me ayudas, te ayudo a conquistar a Shiho. —me dijo ansioso Genta parándose frente a mí.

Me quedé sorprendido ante sus palabras, por algo son sus amigos. —pensé volviendo a reír, nunca me había reído tantas veces en menos de media hora. —Está bien, te ayudaré, pero sabes... te iba ayudar de todos modos. —le dije adelantándome.

—Claro, claro. —dijo él, caminando hasta mi lado.