Gender
—¡Ai-kun, Ai-kun, Ai-kun! —repetía una y otra vez emocionada la chica de cabello negro y ojos azules, con un listón en su cabello de color rosado, acercándose al chico de mirada fría, ojos verdes y cabello rubio-fresa.
—¿Qué sucede Ayumi-chan? —le preguntó el niño tranquilamente.
—¿Te gustaría ir al centro comercial con nosotros? Ya sabes con todos los chicos. —preguntó Ayumi nerviosa.
—¡Pero yo no quiero ir! —exclamó con irritación una joven acercándose, cabello negro casi rozándole los hombros, una camisa, falda y debajo de esta un pantalón que sobresalía, un balón debajo de su brazo y, por último, pero no menos importante sus ojos azules eléctricos que era acompañados por un par de lentes que cubrían casi todo su rostro, que la hacían ver más dulce, aunque era una marimacho en carne y hueso.
—¡¿Qué?! ¡¡Tienes que ir, Conan-chan!! —afirmó rápidamente Ayumi.
—¡¿Por qué?! No tengo ganas. —le respondió la joven de gafas aburrida, Conan Edogawa.
—Pero, pero... no podré pasar tiempo a solas con Ai-kun. —murmuró Ayumi tratando que no lo oyeran, pero el chico cerca de ellas lo oyó.
¿Qué le pasa a la generación de hoy en día? —se preguntó el rubio-fresa con un suspiro, aunque a este no le molestaba ir, no iba a ir sin molestar a la "chica" frente él.
—¿Por qué no? Así tal vez te verías más femenina. —dijo Ai mostrándole una sonrisa de burla, provocando que Ayumi y las otras chicas presentes casi se desmayen.
—Te odio, Ai. —dijo la joven de ojos magnéticos entre dientes.
Esos dos mantenían una confianza absurda, confiaban a ciegas en el otro... aunque sus bromas sean algo excesivas, aun así, siempre estaban presentes.
—Y por qué no te conseguimos algo para usar... ya sabes... es una vergüenza para un chico verse como una chica. —contrarrestó la marimacho, a causa de esto el niño le mandó una mirada asesina.
Ya que ambos sabían que, aunque Ai atrajera la mirada de todas las chicas, en el fondo se seguía comportando como lo que era una chica, y no un chico.
—Y lo dice la chica que se comporta como marimacho. —dijo molesto el pequeño yendo directo al secreto que ambos compartían y, la razón por la cual solo ellos dos entendían la pelea secreta que estaban teniendo.
Ai
Por si no lo entienden, se los explicaré. Yo soy Ai Haibara, un niño de 12 años y ella es Conan Edogawa, una niña de 12 años, pero hace 10 meses no lo éramos.
Mi nombre real es Shiho Miyano, en realidad soy una chica de 18 y quien está frente a mi es en realidad Shinichi Kudo, un chico que pronto cumplirá los 18. En resumen, tomamos una droga que no solo nos encogió, sino que nuestro sexo cambio y por ironía del destino yo hice esa droga, aunque fue obligada y ese chico... mejor dicho niña me ayudó y salvó, quiero serle de ayuda, pero a veces es muy molesto.
—Vergüenza, ¿eh? —dije tranquilizándome cambiando mi semblante a uno de burla. —Para nada, a comparación de quien tiene que usar falda. —justo cuando las palabras salieron de mi boca, un silencio golpeó en el lugar.
La palabra falda era irónicamente la mina de Conan, aunque nadie sabía por qué, excepto yo, la cara subió a un color rojo por la ira, apretó el balón casi rompiéndolo y salió de la escuela rápido pateando el balón que cargaba, éste fue a una velocidad impresionante golpeando un barandal y doblándolo, a de destacar que era de metal, el asombro y miedo paso por los rostros de nuestros compañeros.
En serio, chicos, nunca molesten a Conan Edogawa, jamás, salvo que seas yo... claro.
—Te salvas porque nunca te levantaría la mano, ahora mueve el culo antes que me arrepienta. —me habló molestó antes de pisotear mientras se marchaba de allí.
Yo solo ruedo los ojos, era divertido ver las diferentes reacciones que lograba al decirle algo, sacó mis cosas junto a los de la "niña" para ir tras ella.
Nunca nos iban a entender, eso es normal porque ambos somos extraños, después de todo la "niña" es la que siempre protege al "niño".
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Todos los niños estaban en el gimnasio, la clase justo acaba de empezar, pero no podrán darla tan fácilmente.
—¡¡Kyaa!! —se escuchó un grito resonar en la escuela, un grito bastante femenino, así que todos se extrañaron con eso y miraron a las chicas, mientras que Conan corrió hacia un salón sin decir nada dejando a sus amigos desconcertados, pero aun así lo siguieron.
—¡¿Qué pasa?! —vociferó la niña entrando en el salón, encontrándose con un niño de ojos cristalinos moviéndose de una forma súper extraña tratando de matar a una cucaracha, Ai. —¿Por qué todas las chicas les tienen miedo a las cucarachas? —dijo malhumorada matando la cucaracha en un simple acto.
—¡No le tengo miedo a la cucaracha! —contrarrestó el "niño" sin dejar moverse extraño.
—Ah, ¿no? ¿Y por qué gritaste? —preguntó Conan viendo cómo el "niño" se movía extraño, con los ojos llenos de lágrimas.
—¡Waaa! —trató de contener un grito cuando un sonrojo rojo carmesí apareció en sus mejillas. —Un... un ra-ratón de la-laborato-torio está... —dijo entrecortado desabotonándose nervioso la camisa.
—¿Qué? —preguntó la marimacho sin entender nada.
—¡Waaaaa! ¡¡Quítamelo!! —gritó de nuevo entre lágrimas el niño de ojos verdes.
—¿Eh? ¡¿El qué?! —volvió a preguntar desconcertada.
—¡¡La camisa imbécil!! —vociferó molesta al no poder quitarse la camisa debido a sus extraños movimientos.
Sus mejillas cada segundo aumentaban de color, como si eso fuera posible, la niña de lentes rápidamente le quitó la camisa, dejando ver el cuerpo color melocotón del chico, junto a la camisa un ratón blanco del laboratorio de química.
¿Por qué el "niño" está allí?
Por obvias razones de que no se iba a cambiar delante de otros niños, igual que la niña a su lado que lo hizo justo minutos antes en ese mismo salón.
—Ooh, así que este es el que te hacía gritar tanto. —dijo Conan divertida tomando al ratón para meterlo a su jaula.
—¡Cállate! —gritó en un susurro avergonzado.
—Venga cálmate. —dijo la niña de lentes tratando de tranquilizar a su amigo.
—¡No me digas que me calme, imbécil! —exclamó molesto tomando su camisa de las manos de la niña tratando de cubrirse el pecho, aunque no tuviera nada que ocultar.
—¡Oh! —exclamó sorprendida la única "niña" del salón.
—¡¿Qué?! ¡¿Qué pasa?! ¿Hay otra cucaracha? ¡¿Otro ratón?! —preguntó alarmado el rubio-fresa.
—Tu espalda. —dijo impresionada apuntándole.
—¡¿Qué!? ¡¿Qué tengo!? —dijo extrañado acercándose a la "niña" sin realmente pensarlo.
Esta le tocó la espalda donde tenía unos pequeños rasguños, sin poder evitarlo ambos se sonrojaron.
Incluso un pequeño roce era mucho...
Las puertas se abrieron de un portazo dejando ver a una niña con un pequeño sonrojo en su cara tocando la espalda del niño que tenía extrañamente la cara roja carmín, y se cubría con su camisa el pecho... sí... para sus tres amigos eso era lo más raro que habían visto de parte de esos dos.
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One-Shots Detective Conan || CoAi || ShinShi||Pedidos abiertos
Fanfiction¡One-shots del ship CoAi! -------- ※Todos los personajes son creación de Gosho Aoyama.