One-Shots Detective Conan || CoAi || ShinShi||Pedidos abiertos

16.4

Miniserie, Ayer
Capítulo 4

Shiho
4:02 a.m.

Apreté mi teléfono. —Debería llamar a mi hermana... —pensé sin parar de llorar, viendo un par de llamadas perdidas.

Por más que mis sueños se hayan hecho realidad, había herido a alguien.

Era la tercera rueda, en esos casos sabía que mi posición era la que más sufría.

Solo quiero irme. —pensé agotada. 

Mire arriba notando el ambiente tan relajante. —Debo calmarme antes de ir con mi hermana. —pensé guardando mi teléfono antes de sacar las lágrimas que volvían a salir.

Las lágrimas eran calientes comparación de la temperatura que había.

Al tratar de limpiarme las lágrimas me dio escalofrío sintiendo algo frío, miré mi mano derecha viendo un reluciente anillo plateado en mi dedo anular. Abrí los labios sorprendida, ese anillo parecía la combinación de SU anillo.

—Es-Esto es... —murmuré impactada. —Ese... ese estúpido detective. —me dije a mi misma mordiendo mis labios. —Eres de lo peor. —murmuré ante el anillo antes de darme la vuelta y correr hacia el hotel del que salí.

Shinichi 

Recordaba con mucho anhelo mis recuerdos con ella, me divertía mucho verla mirándome de reojo mientras leíamos juntos.

Siempre había querido estar junto a ella, quería ser más que un simple compañero de lectura, pero por más que lo intenté nunca logré ser más que eso.

Queriendo tener alguna clase de conexión con ella, le sugerí un trató en el que algún día tendríamos algo que conversar.

Con el pasar de los años no podía evitar sonreír cada que me llegaba una noticia sobre sus hazañas, por más que mi amor por ella solo crecía no me atrevía a acercarme.

Podía garantizar que en mis años escolares ella estaba tan enamorada de mi como yo de ella, me encantaba sentir su mirada sobre mi y ver sus orejas enrojecer, pero una vez nos graduamos esa seguridad se derrumbó.

Aunque intenté acercarme más a ella, nunca me dejó, siempre mantuvo una barrera de la que no me dejaba acceder.

Cuando fui a la reunión de ex-alumnos con la esperanza de encontrarla de nuevo, llevé el par del anillo en mi dedo.

Solo llevaba el anillo para que las mujeres no me importunaran; sin embargo, había comprado un par solo para ella, no me fue difícil como detective saber la talla de sus dedos.

Fui allí sin muchas expectativas, solo quería verla.

Todo cambió cuando sentí su mirada en mí, esa mirada fugaz tan familiar por la que no pude dejar de sonreír en ningún momento, pero había algo que desquiciaba y era que coquetearan con ella tan abiertamente, la única razón por la que no perdía la razón era que ella ignoraba olímpicamente a ellos, cosa que me alegraba mucho.

Casi se me sale una vena del enojo al ver que uno empezó a manosearla, cuando estaba por levantarme para golpear a ese tipo, ella se levantó y se fue.

La vi tambalearse un poco, debido a que no había dejado de tomar, así que salí con tal de ayudarla.

—¡¿Hey, ya te vas?! —me preguntó a gritos Sonoko.

—Voy a fumar. —le respondí levantándome de la silla.

—¿Fumas? —me preguntó confundida Ran, una de mis mejores amigas.