One-Shots Detective Conan || CoAi || ShinShi||Pedidos abiertos

01.2

Mini serie, Fantasma

Capítulo 2

Shinichi

¡¿Dos semanas?!

Dos estúpidas semanas, han pasado y no he podido encontrarla.

¡¿Cómo puede ser?!

Estaba en la escuela como es normal, el descanso llegó, lastimosamente no me he encontrado a esa chica.

—¡Hey, amigo! —dijo un moreno de ojos verdes amigo mío, golpeando mi espalda fuertemente. —¿Qué te sucede? Estás muy despistado.

Entrecerré los ojos mirándolo mal, ¿qué clase de manera era esa de saludar?

—Ah, sí. —dije malhumorado por el golpe, antes de suspirar. —Es solo que... —traté de hablar, con un tono decaído.

No pude terminar de hablar debido a que vi una cabellera... ese extraño color, pero hermoso a la vez, me paré de golpe.

¡¿La encontré?! —pensé feliz antes de correr tras ella, dejando a mi amigo confundido.

Pasé lo más rápido que podía, evitando a los alumnos que circulaban por la cafetería.

Antes de que me diera cuenta la tomé del brazo, apenas la alcancé, ella volteó a mirarme sorprendida.

¡Sí, definitivamente es ella! —pensé alegre.

—¿Q-Qué...? —dijo ella extrañada.

—Por fin te encuentro. —pronuncié alegre mostrando una gran sonrisa.

La chica se calmó y se volteó tranquilamente frente a mí, con una mirada pacífica y fría, pero aun así no la solté.

Se me acercó en un rápido movimiento y me susurró... por alguna razón la cafetería estaba en total silencio.

—Deberías alejarte de mí, si no quieres que la gente piense mal sobre ti. —dice con una voz monótona, y con una mirada seria a pesar de su expresión tranquila.

En un rápido movimiento se liberó de mi agarre, mirándome directamente sin cambiar su expresión.

—Te equivocaste de persona. —habló de forma tan fría que me helaba la sangre y se fue dejando en shock total.

¡¿Qué... acaba... de pasar?! —pensé aturdido.

Ella acaba de... —pensé entrando en razón antes correr tras ella.

No me importó nada, ignoré los gritos de mis amigos llamándome, y la mirada fija que tenían en mí.

¡¡A la mierda con eso!! —pensé enojado. —Para lo que me importa lo que opine la gente, quiero conocerla y saber su nombre.

Seguí caminando, tampoco quería meterme en problemas con un profesor por correr en los pasillos, hasta llegar a la sala de química, la misma de ayer, la número tres. Al abrir la puerta vi a esa chica... sus rodillas se doblaron y estaba punto de caer al suelo, me deslicé lo más rápido que pude para agarrarla entre mis brazos y que no se golpeara contra el suelo.

No había notado que sus brazos estaban llenos de banditas...

¿Qué debe ser esta vez? —pensé con algo de molestia al verla tan lastimada.

Antes de que me diera cuenta, apareció el ánge... el espíritu, ¿no?

—¡¿Q-Qué... qué haces aquí?! —preguntó sorprendida por mi presencia.