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Relaciones

—Ah, por fin un descanso. —exclamó agotada Yumi dejándose caer en su silla, dejando caer su rostro en la mesa de la cafetería donde se detuvieron a descansar.

—Si. —le siguió Naeko con una sonrisa cansada sentándose a su lado.

—Quién hubiera dicho que arrestariamos a cuatro criminales en serie en un choque múltiple. —comentó nervioso Takagi con una sonrisa desganada.

—Nunca volveré a subir a un auto con Sato. —sentenció Chiba pasando una de sus manos completamente mareado, a pesar de que ya llevaba más de una hora de haber salido del carro de esta.

—No ha sido tan malo. —refutó molesta Sato buscando con la mirada a un mesero.

Por suerte no tuvieron que esperar mucho debido a que un mesero se les acercó con los menús, a pesar de la conmoción de Chiba terminó pidiendo mucha comida, así que los demás le siguieron.

—Pedí el desayuno con huevos, así puedes comerlos. —comentó Takagi con una gran sonrisa.

—Yo pedí el de salchichas, te quedas con ellas y yo con los huevos. —le siguió enseguida Sato de forma animada.

—Ja. —suspiró agotada Yumi. —Me alegra que disfruten su tiempo antes de casarse, ¿pero tiene que ser frente a los pobres? —se quejó.

—¿A los pobres? —murmuró consternado Shinichi.

—¡Claro que a los pobres! ¡Estamos solteros! —gruño molesta golpeando la mesa.

—En realidad… —susurró apenada Naeko. 

—No-No me digas que Chiba-kun y tú al fin… —se quedó helada mirándolos impactada. Al ver al hombre gordito asentir se llevó las manos a la cabeza alterada. —¡Nooo! ¡¿Por qué soy la única soltera?!

—¿Soltera? ¿Qué hay de…?

—¡Ni me menciones a ese inútil! —no dejo terminar a Kudo. —Somos los únicos solteros aquí. —refunfuño. —Pero a diferencia mía, tienes una fila de admiradores que están dispuestas a estar contigo. —volvió a quejarse Yumi.

—Ah, si. —soltó desinteresado.

—Tú desinterés solo me dice que hay alguien por quién sigues soltero, una ex tal vez. —insinuó la mujer golpeando su brazo con su codo.

—Claro que hay alguien, Ran-chan, ¿no? —comentó Chiba.

—Hmm. —ante su falta de interés todos lo miraron fijamente, su mirada ida concentrado en sus pensamientos.

—¡Oh, Dios! —chilló Yumi y Naeko. —¡¿Quién es?! ¡¿Quién es?!

—Hasta yo tengo curiosidad por eso. —le siguió interesada Sato.

Shinichi mostró una extraña expresión de inconformidad y disgusto, lo cuál todos sabían que no quería hablar de eso, pero en este tema no estaban dispuestos a retroceder como con su desaparición en secundaria.

—Discúlpanos Kudo-keibu pero necesitamos escuchar más información de ese tema. —dijo Takagi de forma calmada.

—Así es, todos pensábamos que estabas tras Ran-san. —le siguió Chiba.

—Hg. —soltó molesto. 

Miró a todos con sus ojos llenos de ilusión y expectativas, soltó un largo suspiró resignada podría haber evitado a Takagi y a Chiba, pero esas tres lo seguirían hasta el fin del mundo.

—No es un ex. —murmuró al fin luego de un largo silencio. —Era compañera… —sus palabras se detuvieron un instante recordando sus momentos juntos, sin darse cuenta mostró una brillante sonrisa. —No estoy a su lado porque ella necesitaba tiempo para sí misma, para conocerse, para experimentar y saber que es lo que en verdad quiere, aunque la verdad la echo de menos… —soltó un largo suspiró mirando fijamente el centro de la mesa. —Resolver casos, leer, hasta simplemente quedarnos en silencio era una experiencia inolvidable, no necesitábamos palabras para entender al otro, algunas veces nos enojabamos pero nunca dejábamos que esas diferencias fueran más que nosotros… —empezó a hablar sin parar recordando esos momentos con ella. —Sabía que podía contar con ella en cualquier cosa que necesitaba y ciertamente era así, en los casos su ayuda era muy significativa pero no era solamente eso, podía hablar de lo que sea con ella sin importar lo más aburrido que podía ser, ella me escuchaba y me comprendía; ella es tan inteligente y única que veía las cosas tan diferentes a mi que me devolvía a la realidad cuando era necesario, también es hermosa, demasiado al punto de ser comparada con una diosa aunque su carácter no era cualquier cosa. Podía llegar a ser arrogante, fría, malgeniada, orgullosa, prepotente como una reina, mandona y aún así era demasiado amable para sí misma, muy dulce así como tierna y más que todo era un completo misterio que hasta el momento amo descifrar.

Para cuando Kudo miró hacia arriba los hombres de su equipo lo miraban asombrado mientras que las mujeres lloraban como si no hubiera mañana, incluso el mesero lo veía impresionado.

—¿Cuándo llegó? —se preguntó así mismo. Estaba por decir algo cuando un murmullo atravesó sus oídos llegando a remover hasta lo más recóndito de su alma.

—¿Kudo…?

Temeroso miró hacia un lado, viendo a la diosa que acaba de describir.

—¡Ha…! ¡Mi-Miyano! —salto nervioso, por suerte se las arregló para decir su verdadero nombre pues no tendría sentido que la llamara por el nombre de quien una vez fue la protegida de Agasa.

Ella tenía las mejillas enrojecidas y apretaba sutilmente sus labios.

—Y-Yo-Yo-Yo…

—Ahora… —sus suaves palabras lo detuvieron de decir alguna barbaridad. —¿Te dedicas a seducir meseras? —preguntó volviendo a su mirada neutral.

—¡¿Qué…?! —Kudo estuvo a punto de quejarse, pero se detuvo al ver su sonrisa petulante. —Sólo si la mesera se deja seducir. —respondió enseguida mostrando también una sonrisa llena de arrogancia.

—Vaya, no has cambiado en nada. —dijo haciéndolo sonar como una decepción.

—Pero parece que tú sí. —respondió. —El profesor te extraña y yo… —dijo Shinichi dejándolo a la deriva mirándola fijamente con una expresión melancólica.

—¡Ah! ¡Eres un maldito! —le gruño molesta tomando por sorpresa a todos que dieron un respingo menos el detective más joven. 

Shinichi le respondió con una suave sonrisa. 

—Mi turno termina en cuarenta minutos, será mejor que sea interesante porque sino terminaras muerto en una zanja. —exclamó muy molesta, ni siquiera parecía que le estuviera proponiendo una cita.

—Si no resulta divertido, me entrego como conejillo de Indias. —apostó con toda confianza.

—Mas te vale, tantei. —comentó con burla antes de marcharse pues era mesera del lugar, de esa misma forma el mesero también se fue a prisas tras ella.

Con una gran sonrisa miró a los demás notando que lo miraban impactados. 

—Bueno… —murmuró. —Miyano Shiho. —afirmó con una enorme sonrisa. —Mi futura esposa. 

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Volví ✌

Bueno la verdad es que tengo un espectacular plan de publicación 😏 tristemente solo vine aquí para publicar este capitulo pero ¡hey! Publicaré otroos~

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⏰ Última actualización: Nov 18, 2022 ⏰

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