10

450 26 4
                                    


Borracha

En una tranquila noche, un joven de cabellera y ojos negros, piel pálida y rostro decorado con pecas entraba a un local. Miro su celular viendo un número en él, a paso rápido se acercó al cuarto con el número indicado.

—Lamento la tardanza. —dijo en modo de saludo, Mitsuhiko Tsubaraya.

—No te preocupes, todavía no empezamos. —le dijo una mujer de cabello castaño claro, con peinado hacia atrás y ojos azules, en un tono divertido, Sonoko Suzuki.

—Oh, bueno. —habló, sentándose al lado de un joven de cabello negro, lentes de marco negro que obstruian sus ojos azul eléctrico, mantenía una mirada aburrida mientras llamaba a alguien, Conan Kudo.

—Emm, podrías sentarte a un lado. —pidió de forma amable, una mujer de larga cabellera castaño oscuro, de ojos turquesa, Ran Mouri.

—¿Eh? —soltó confundido el joven de pecas.

—Solo hazle caso. —habló un joven robusto, moreno de cabello y ojos negros, mirando la carta de comida, todos estaban seguros que tendrían más de la mitad de lo que estaba allí en la mesa. 

Mitsuhiko dio un suspiró nasal antes de correrse a un lado. —¿Pero, por qué? —preguntó curioso.

—Por qué será. —dijo Ran, con una sonrisa ambigua.

El pecoso tomó agua de un vaso frente a él, desviando la mirada.

Cuando las personas quieren aceptar algo que en realidad no quieren, sonríe de esa forma. —pensó, estaba totalmente convencido de esas palabras porque lo había visto en su grupo de amigos.

—Volví. —habló una joven de cabello corto negro, ojos azules, con una gran sonrisa en su rostro, Ayumi Yoshida. —Oh, Mitsuhiko, por fin llegas.

—Sí, casi no alcanzo a llegar. —le habló con una sonrisa sin siquiera notarlo.

Bueno estaba frente a uno de sus amores platónicos, no podía evitar hacer eso.

—¡Ah! Hace tiempo que no nos reunimos todos juntos. —volvió a hablar Ayumi, pasando de largo de Shinichi y sentándose al otro lado, dejando ese espacio entre Conan y Mitsuhiko. —Incluso tú no habías querido venir a tomar con nosotros. —se quejó Ayumi con un puchero en sus labios.

—Lo siento, la universidad y el trabajo me dejan con poco tiempo recreativo. —explicó con una sonrisa nerviosa.

—Ya. —dijo Ayumi inflando sus cachetes.

—Shinichi, ¿todavía no contesta? —preguntó Ran de forma amable, con esa sonrisa ambigua todavía en su rostro.

—Ran, deja de llamarme así, ese nombre lo abandoné hace años. —le pidió con el ceño fruncido, aún con el móvil en su oreja. —Y no.  —respondió disgustado Conan. 

—Tal vez te esté ignorando. —rió divertida Sonoko.

—Esa científica loca de ojos malvados qué se cree. —habló dejando el teléfono en la mesa con un largo suspiro.

—Eso mismo podría decir de ti, detective maníaco de los misterios. —exclamó una joven de cabello corto rubio-fresa, piel melocotón, con una sonrisa de lado, Ai Haibara.

—Al fin llegas. —gruñó Conan golpeando ligeramente la mesa.

Ai rodó los ojos, antes de acercarse y sentarse en medio de sus dos amigos.

Unas horas más tarde, el alcohol recorría las venas de todos, en especial de una hermosa joven.

—Ai, deja de tomar tanto. —se quejó Conan quitándole una botella.

One-Shots Detective Conan || CoAi || ShinShi||Pedidos abiertosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora