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11.2

Miniserie, Soy un idiota

Capítulo 2

—¡Oye, idiota! ¡Levántate de una vez! —escuché a mi lado una voz molesta conocida por mi. —¡¡Que te levantes, imbécil!! —volví a escuchar esta vez con una patada en el estómago.

—Mierda, Haibara… —murmuré sin aliento, mirando a la joven frente a mi.

Una expresión de repelencia apareció en su rostro. —¿Que? Tenía que hacer algo para levantarte.

Bufé molesto antes de levantarme de la cama. —¿Qué hora es? —pregunté dando un bostezo mientras me salía de las sabanas.

—Las 7:45. —me respondió con una sonrisa maliciosa.

El terror pasó por mi rostro, ¡¡¡Faltan 15 minutos para la escuela!!! —grité para mis adentros desesperado, antes de empezar a correr por la habitación buscando el uniforme antes de encerrarme en el baño.

Salí un par de minutos después con la camisa a medio abrochar, con la chaqueta en la mano acercándome al desayuno en la mesa.

—Espero que esté bueno. —murmuró divertida viéndome devorar la comida mientras abotono de prisa los botones.

—Si, lo está. —respondí una vez termine de comer, me puse la chaqueta antes de tomar la mano de Ai  y correr a prisas con la corbata desatada en mi cuello.

Por suerte llegamos justo a tiempo que la campana del receso sonó.

—¡Que suerte! —exclamé dando un suspiro mientras arreglaba por fin la corbata.

—Demasiada. —me dijo la rubio-fresa mientras se adelantaba a mi.

Dio un suspiró resignado antes de seguir a la científica loca.

Una vez llegó el receso pude relajarme por completo.

—¡Haibara-san! —escuché a un chico llamar a mi compañera, apareciendo por la puerta. Piel ligeramente bronceada, cabello castaño y ojos lila, el compañero en ciencias de Ai. —¡¡Descubrí un nuevo avance!! —exclamó extasiado.

Un latido desagradable sobresalió entre los demás, siempre era lo mismo cuando los veía juntos, no me gustaba ese sentimiento. Aparte la mirada extendiendo mi mano por debajo del pupitre de ella, sacando dos cajas de comida envueltas perfectamente en pañuelos rojo y azul. Deje el rojo en la mesa de Ai y abrí en azul, en realidad no tenía tanta hambre por alguna razón me sentía disgustado.

Solté un suspiró aburrido tomando los palillos en mis manos.

—Hey, ¿estás bien? —me preguntó Genta desconcertado acercándose con su comida.

—Si, no es nada. —le respondí decaído jugando con la comida.

—Pues no lo parece. —siguió con insistencia Mitsuhiko.

—Estoy bien. —afirme ligeramente molesto.

—Bueno, qué tal si cambiamos los ánimos. ¿Qué tal la pasaron en el parque de diversiones? —habló animada Ayumi, acercándose a nosotros.

De repente recordé el beso que dos dimos allí, no se que me pasó por la cabeza en ese momento. Como si hubiera sido controlado por alguien.

Rayos. —pensé empezando a comer de manera desesperada y calmar los extraños latidos de mi corazón que se negaban a detenerse.

Ignore convenientemente a mis amigos, una vez que termine de comer me levanté y me marché del salón. No sabía qué le pasó a Ai, su comida seguía allí en su pupitre.