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Miniserie, Cumpleaños

Capítulo 11

Ai

—¿Qué...? —solté involuntariamente.

—¿Ai? —me llamó Shinichi sorprendido, aún en esa postura. —H-Hey, no es lo que crees, ¡Te lo juro! —me afirmó empujando ligeramente a Ran-san atrás.

Apreté la mandíbula, sin ser capaz de decir nada, por el nudo en el estómago. Corrí hasta las escaleras, ignorando a los chicos que se asomaban por la puerta de la sala.

—¡Hey, Ai! —escuché el grito tras de mí, no le di importancia y entré al cuarto de Shinichi, cerrando con seguro. —Ai, por favor... escúchame, no es lo que crees.

—No quiero hablar contigo. —murmuré en un hilo de voz, secando una lágrima traicionera.

Escuché un click de la puerta, por lo que me enrollé entre las sábanas como niño resentido.

—Ai... —me volvió a llamar, luego de sentir un peso más en la cama. —No es lo que crees, de verdad, confía en mí. —me pidió tiernamente, acariciando mi espalda.

—Confió en ti... pero... —mis palabras se vieron interrumpidas al sentir la sábana abandonar mi cuerpo.

—¡Pero qué! —me habló de forma serio, agarrando mi mentón, evitando que desviará mi mirada, no lo admitiría en voz alta, pero se ve sumamente sexy de esa forma.

—¡No me gusta! ¡No me gusta cuando estás con ella! ¡Odio sentirme preocupada! ¡Sé que estás conmigo, pero y si... y si...! —no pude continuar al sentir los cálidos labios de Shinichi sobre los míos.

—¿Eh? ¿Q-Que... por qué? —le pregunté sorprendida.

—Te acabo de pedir matrimonio, cómo es que estás preocupada. —me habló con una gran sonrisa de burla.

—Idiota. —susurré avergonzada, antes de dejarme llevar por los besos y caricias que me daban, el idiota de mi futuro esposo.

Que bien se siente decirlo. —pensé antes de mandar todo al carajo y acercarlo a mí.

Shinichi

—¿Ai? —solté mirando a la puerta alargando más mi cuello para verla su mirada sorprendida, al instante frunció el ceño con una mirada dolida. —H-Hey, no es lo que crees, ¡Te lo juro! —le dije rápidamente al ver la postura en la que estábamos, empujé suavemente a Ran atrás, al volver a mirar la puerta una vez me levanté, ella no estaba allí.

Una desesperación se instaló en mi pecho y corrí afuera de la biblioteca, paseé por la sala solo para ver a los chicos mirando preocupados las escaleras, Así que subió, ¿eh? pero apenas me vieron me fulminaron con la mirada, inclusive Genta, si las miradas mataran estaría muerto y sepultado 20 metros, aunque me alegra mucho que se preocupen tanto por ella.

—¡Hey, Ai! —grité al verla desde las escaleras abrir la puerta de mi cuarto, que, aunque ella no lo diga en voz alta es suyo también considerando que duerme más aquí. Trate de abrir la puerta sin éxito alguno, había puesto seguro. —Ai, por favor... escúchame, no es lo que crees. —trate de explicar aún con la puerta en medio de ambos.

—No quiero hablar contigo. —escuché su murmullo apenas audible, en un tono que me hacía sentir unas manos invisibles apretar mi corazón.

Saqué mis llaves y abrí la puerta, me prometí a mí mismo jamás dejarla sufrir sola, sabía muy bien que si la dejaba sola se deprimiría más y podría devolverme el anillo por pensar que no es suficiente para mí y que jamás podría ser feliz conmigo. Al abrirla solo pude apreciar un capullo de sábanas en la cama, me acerqué sentándome junto al capullo.

—Ai... No es lo que crees, de verdad, confía en mí. —le pedí dulcemente acariciando su espalda sobre la sábana, mientras buscaba las esquinas de esta.

—Confió en ti... pero... —su voz era débil, pero paró al jalarle la sabana.

—¡Pero qué! —le hable serio tomando su mentón, evitando que desviara su mirada, la haría responderme, siempre aguantaba las cosas para sí misma y simplemente no me gustaba verla de esa forma.

—¡No me gusta! ¡No me gusta cuando estás con ella! ¡Odio sentirme preocupada! ¡Sé que estás conmigo, pero y si... y si...! —soltó de forma tan sincera y desesperada que no pude evitar callarla con un beso,

—¿Eh? ¿Q-Qué... por qué? —me pregunto algo aturdida.

—Te acabo de pedir matrimonio, cómo es que estás preocupada. —le dije sonriendo divertido con la situación.

—Idiota. —escuche su murmullo, estaba completamente avergonzada y eso solo me encantaba más.

Me volví acercar besándola y acariciando su muslo descubierto, mientras mi otra mano pasaba por cuello. Ella hundía su mano entre mi cabello mientras la otra desabrochaba los botones del incómodo traje, cada vez acercándose más a mí.




Buenooo, ese sería el final por ahora de esta historia, espero les haya gustado 😄.

Dejamos a su interpretación e imaginación si hicieron el delicioso 🤣🤣🤣, este es un libro de todo público jajajsjajsa. 

Se supone que debería de haber actualizado ya Hope and dreams, pero no he tenido ni tiempo para revisar los caps, estoy estudiando deseperadaaaa para que no me vaya como el... en fin, tratare de actualizar pronto, lo prometo 🥰

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