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Miniserie, Bebé
Capítulo 9

General

Miyano le entregó las libretas al profesor antes de marcharse tranquila, camino desinteresada por los pasillos, necesitaba volver a la clase y despertar a Shinichi para ir de una vez a la comisaría. 

Una llamada le distrajo, era Saori. Rápidamente la atendió, siempre era rápida cuando se trataba de Saori, en especial si la llamaba a ella, porque si lo hacía con Shinichi era algo con relación al padre de Ayumi.

—¿Sí?

Por otro lado Shinichi fue despertado por una Sonoko frustrada.

—Oye dormilón, quiero decirte algo. —le ordenó luego de levantarlo a sacudidas.
 
—¿Eh? ¿Qué? —le contestó confuso con lo que lo rodeaba.

—La chica fría abrió tu mochila, te lo digo para que le hagas un pare, esa estupida esta demasiado alzada. —afirmó molesta.

—¿Eh? Entonces está bien. —le respondió despreocupado, sabía que su novia lo había tomado para no tener que despertarlo.

—¡¿Qué?! —soltó Sonoko molesta, esperaba que dijera algo sobre eso, pero terminó más calmado que nunca, levantándose y empezar a recoger sus cosas. 

—Shinichi. —gritó aterrada Shiho saltando hasta el chico y abrazarlo fuertemente.

Murmullos se escuchaban a su alrededor, pero estos estaban más enfocados en lo que les pasaba.

—Wou, están hablando.

—Es la primera vez que ella está de esa forma tan desesperada.

—¿Eh? Shiho, ¿qué pasa? —le pregunto preocupado al sentir sus lagrimas mojar su camisa.

—Saori me acaba de llamar, Ayumi-chan… ¡¡Ayumi-chan desapareció!! —grito fuertemente entre lágrimas. —¡¡No sé qué hacer!!

—Shiho. —la llamó con firmeza, tomándola de sus hombros para alejarla un poco y poder mirarla a los ojos. —Cálmate, debemos analizar la situación, aunque sea difícil para ti, debemos controlarnos, para poder ir a buscarla, ¿si? —le pregunto tiernamente.

—Shinichi… —murmuró al sentir las cálidas manos del joven limpiándole las lágrimas. —S-Sí. —le dijo Shiho timida y decaida. 

—Debemos buscarla, así que vamos. —exclamó Shinichi firmemente.

—¿Quién es Ayumi-chan? —les pregunto Sonoko con una mueca en su rostro. —¡¡No me digan que sí es su hija!!

—¿Dónde se perdió? —preguntó Shinichi ignorando olímpicamente a la chica.

—Por el parque cerca de aquí. —le respondió más calmada sintiéndose mejor.

—Bien. —afirmó antes de darse la vuelta a mirar a sus compañeros. —Chicos, si tienen tiempo por favor ayúdenos a buscar a esta niña. —dijo mostrando una foto de la pequeña Ayumi. —Ella es importante para Shiho y para mí, su nombre es Ayumi. —informó con una expresión seria.

Nunca había visto a Kudo tan serio.

—¿Entonces si están saliendo?

—¿De verdad tienen una hija?

—¿Miyano-san tiene un lado débil?

—Sorprendentemente son el uno para el otro.

Esos eran los pensamientos de los espectadores del salón. 

—¡¡Claro que sí ayudaremos!! —exclamó Mouri con una mirada decida.

—Sí, yo también. —le siguieron los demás compañeros. La verdad había una estudiante que no quería participar pero al ver a su amiga tan metida en eso, terminó por involucrarse.

—Bien, avísame si encuentran algo. —afirmó. —Vamonos, Shiho. —habló caminando a la puerta. —¿Shiho? —la llamo confundida al verla estancada allí.

—Todos… Gracias. —comentó Shiho con una tierna sonrisa, antes de caminar hasta Shinichi y salir del aula.

—Llamaré a Takagi para que me ayude. —exclamó Shinichi, sacando su teléfono mientras corría afuera.

Todos siguieron buscando durante un par de horas.

—Esto es malo, está oscureciendo y no ha aparecido. —murmuró Shiho preocupada secando su frente.

Kudo suspiró preocupado buscando otro camino, su teléfono sonó por lo que contestó al instante.

—¿Sí? —habló nada más contestar. —Bien, gracias. —comentó antes de colgar.

—Han visto a una niña parecida por la calle Beika. —exclamó Shinichi tomando su mano antes de empezar a correr.

—¿Beika? No será que… —dije sintiendo el corazón latiendo fuertemente.

—No lo sé, pero miremos. —me respondió serio.

—¡¡Ayumi-chan!! —afirme exaltada llegando a la casa Kudo.

Pero no vieron nada, los ojos de Shiho se cristalizaron.

—No está. —soltó dolida.

—Está bien, lo encontraremos. —le hablo Shinichi frotando su espalda.

—Chichi, Nini. —gritó la niña saliendo detrás del muro.

—A-Ayumi-chan… —murmuró la joven antes de lanzarse a abrazarla, seguido de Shinichi.

—Llamaré a Saori. —comentó el detective sacando su teléfono del bolsillo. Aunque lastimosamente se tuvo que alejar de esas dos.

—Ayumi-chan, no debes hacer esas cosas. Si quieres venir tienes que pedírselo a tu madre, no debes venir tú sola. —la regañó la joven, pero realmente la miraba preocupada.

—Ayumi-chan, tu mamá vendrá en unos minutos. —dijo mandando un mensaje al grupo del aula, para decirles que ya encontraron a la pequeña. —¿Me están escuchando? —exclamó Shinichi al ver a su novia siguiendo regañando a la pequeña.

Shinichi soltó un suspiró resignado antes de sonreír dulcemente, él por igual se había asustado de muerte.

💫

—Muchas gracias y en verdad lo siento. —exclamó Saori envolviendo a su hija en un abrazo de oso.

—No te preocupes, todos nos preocupamos. —trato de animarla Shiho.

—Además… si alguna vez necesitas ayuda para cuidarla, bueno no nos importaría. —intervino Shinichi mostrando una sonrisa esperanzada.

Shinichi… —pensó Shiho impresionada, la verdad pensaba igual a él.

—¿Eh? P-Pero… ¿Estaría bien? —preguntó Saori preocupada por meter en tantos líos a unos estudiantes de preparatoria.

—Claro, nos encantaría pasar tiempo con ella, si algún día necesitas a alguien con quien dejarla, nos encantaría ser nosotros. —le siguió Shiho mostrándole una gran y dulce sonrisa.

En realidad para ellos no sería gran trabajo convivir con esa niña, la verdad le traía diversión a ambos.

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