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04.2

Profesor II

Shinichi

Un suspiro salió de mis labios, Ai no me creía sin importar que le dijera... han pasado dos meses y aunque ahora me hablaba, todavía evita hablarme de ese tema.

Me senté en mi silla viendo cómo los estudiantes corrían de un lado a otro... la hora estaba a punto de acabarse.

Otro suspiro salió de mis labios... y miré el cielo recordando lo que pasó hace dos años.

Dos años atrás.

Todo había terminado... por fin eran libres... dos chicos de 15 años, se encontraban heridos, pero con unas sonrisas en sus rostros.

Ambos estaban en un auto recuperando sus fuerzas.

Me recosté y sentí a mi cuerpo abandonar todas las energías que aún conservaba, está apunto de dormirme cuando escuché una voz.

—Al final... lo hiciste, cumpliste tu promesa, Shinichi. —dijo aliviada Ai. —¿Eh? ¿Se durmió? —se dijo a sí misma, la escuché suspirar y luché contra mí cerebro cansado para despertarme. —Me gustas...

Al escuchar ese susurro abrí los ojos para verla cerca de mí, nuestras narices muy cerca, estaba a punto de agarrar su nuca y atraerla para besarla cuando se abre la puerta del auto, sorprendiéndonos a ambos.

—Chicos, buenas noticias, encontraron los datos del Apotoxin 4869. —dijo alegre Jodie.

Después de eso, ella se concentró en el antídoto, luego me lo entregó, pensé que lo tomaría también, pero no lo hizo... no volví verla después de eso. Mis padres me llevaron a EE. UU, para terminar mis estudios... al final me enteré por Sonoko que esa chica era estudiante en su escuela... Agasa la escondió de mí todo este tiempo, pero no lo culpe.

Si tan solo... esa vez hubiera... le hubiera respondido...

—...sor.

Pero ahora... estoy aquí...

—...fesor.

Y se nota que no me ha olvidado... solo me queda convencerla... después de todo...

—¡¡PROFESOR!! —escuché un grito sin realmente prestarle atención.

—La amo. —murmuré todavía ido en mis recuerdos.

Las dos chicas frente a él quedaron en silencio total, a una de ellas con un pequeño sonrojo

—A quien ama, ¿profesor? —preguntó inocentemente Ayumi, no ha cambiado mucho. —¡¿Tiene pareja?! —preguntó con un extraño brillo en sus ojos.

—¿E-Eh? Yoshida-chan? —dijo con un gran sonrojo a comparación de la rubia-fresa, sin notar el sufijo que utilizaba. —Qu-que... qué hacen aquí, Yoshida-chan, Haibara-chan. —terminó de hablar su mente traicionándolo un poco, al ver cómo la chica de ojos azules abría los ojos sorprendida se dio cuenta de lo que dijo, y más al ver a Ai fruncir el ceño.

—Ya tocó el timbre, profesor. —le respondió tranquila y educada Ayumi.

—Oh, sí, vuelvan a sus clases. —dije algo aturdido al ver la expresión la Ai.

—Sí, claro. —volvió a hablar animadamente la chica de cabello negro y listón, para marcharse de allí.

—Eres un idiota. —escuché a Ai susurrar avergonzada antes de ir tras su amiga.

¿Eh?

Espera...

¡¿Ella escuchó que acabo de decir que la amo?!

Y como si pudiera ser posible sentía mi rostro arder como si tuviera fiebre, seguro parecía un tomate.

Ai

Esto es una locura... esto es una locura. ¡¿ESTO ES UNA LOCURA?!

Es obvio él no se refería a mí, caminé en círculos una y otra vez por mi habitación, pasé toda la hora escolar ignorando a Shinichi, si no lo hacía, me lanzaría a él y ¡no! ¡No voy a hacerlo!

Me cambié para después tratar de relajarme, porque que definitivamente eso no era por mí, claro que no, cuando escuché una puerta abrirse.

—Esta vez... no escapes... por favor. —escuché decir a Shinichi en un hilo de voz, acercándose rápidamente a mí, después de cerrar la puerta tras él y sellando mis labios en un tierno y apasionado beso antes que dijera algo.

Sentía sus labios chocando con los míos... no podía apartarme de él, después de todo esto es lo que he querido durante mucho tiempo, nos separamos después de unos minutos para recobrar aire... estaba a punto de hablar, pero el idiota frente a mí no me dejó... de nuevo... sello mis labios con los suyos y en mi despiste sentí como su lengua empezaba a explorar mi boca.

Joder... esto se siente tan bien...

No sé cuánto pasó, si fueron minutos o horas, pero cuando nos separamos... estaba muy aturdida.

Narrador

—Te amo... —dijo en un susurro el aparente mayor, antes de volver a besarla y guiarla a la cama en la habitación.

—Shi... ni... chi... pa-para. —dijo entrecortada debido al oxígeno perdido y al hecho que el hombre no paraba de besarla.

Shinichi al escucharla se separó cumpliendo su orden, viéndose a los ojos directamente regulando su respiración, él tuvo que contenerse al ver a la hermosa chica debajo de él, jadeante, sonrojada y ese hilo de saliva que bajaba por su barbilla... solo la hacía ver aún más sexy de lo que era... sí definitivamente ese hombre estaba condenado con su presencia.

—Shi... nichi... yo-yo... te amo. —murmuró tratando de tranquilizar su corazón y respiración sin lograr nada. —Pero esto...

—No me importa, Ran. —dijo firmemente el oji-azul sorprendiendo a la adolescente debajo de él. —Ella solo es una amiga y siempre será... de verdad te amo... pero nunca me diste tiempo para responder a tu confesión. —dijo rápidamente Shinichi antes de que la chica empezara a sacar conjeturas.

La chica solo desvió sus ojos a otra cosa que no fuera el hombre arriba de ella, la situación y las palabras de él la estaban avergonzando demasiado.

—¿Ai... me darías una oportunidad?

El silencio gobernó durante unos segundos dando sufrimiento al "mayor" del lugar, la incerteza cada vez era peor y el pobre azabache empezaba a ponerse nervioso... pero también sabía que a ella le gustaba ver a la gente sufrir cuando quieren algo de ella.

—Ai. —su tono de voz atrajo la mirada de la estudiante y dueña de la habitación, en ella apareció una sonrisa de superioridad que obviamente no pasó desapercibida por los orbes azules del chico.

—Te la daré. —dijo la chica cambiando su semblante a uno tierno. —Shinichi quiero estar contigo.

—Y yo contigo. —le dijo de vuelta el hombre.

El hombre se tumbó en la cama al lado de ella, pero no demoró mucho esa posición ya que él la atrajo en un fuerte y reconfortante abrazo. Antes de que se dieran cuenta ambos cayeron en un sueño profundo.