11.4

186 14 14
                                    

Miniserie, Soy un idiota

Capítulo 4


Ha pasado una semana… ¡¿Una maldita semana?! Donde mis conversaciones con Ai han sido reducidas a meros saludos, ya no me sonríe, ya no se burla, ya no me regaña, ya no se acerca a mi casa, ya no me llama por mi nombre real cuando estamos solos, como si nos hubiéramos vuelto simples extraños.

Es probable que de verdad me haya enamorado de Ai.

Me he enfrascado en mi trabajo, aumentandolo de golpe, incluso las horas de sueño también han ido en aumento. Si no estaba en medio de un caso, estaba durmiendo.

Pero ya es demasiado tarde.

Las ojeras debajo de mis ojos empezaban a notarse cada día, no sabía si era por el desorden de sueño que tenía o simplemente porque dormía mucho.

Que idiota fui...

Había empezado a preocupar a sus amigos, así que le pidió a la escuela un tiempo por su trabajo en la policía, la policía no tuvo objeción. Takagi siempre me enviaba archivos, pero para no perder esa distracción evitaba verlo frente a frente.

—¿Kudo…? —me llamó esa dulce y armoniosa voz que hace tanto no escuchaba.

Alce la mirada de los documentos, ella me miraba impactada, tal vez por como luzco.

Al parecer luzco muy mal por su mirada de preocupación. —pensé divertido al verla acercarse, aún cuando no cambiaba mi expresión de aburrimiento.

—¡¡Eres un completo idiota!! —me gritó furiosa, no puede evitar sonreír plácido, hace mucho tiempo que no me regañaba.

—No me grites. —le reproche "molesto".

—Eres un estupido detective, bueno para nada. —volvió a reclamarme mientras me tomaba del brazo para sacarme de la biblioteca. —Tú… maldito idiota, ¡¡siéntete!! —exclamó señalando una silla del comedor.

—Bien. —le respondí en un bufido, aunque la verdad me gustaba la sensación de tenerla conmigo.

La vi suspirar mientras se frotaba la sien, murmurando seguramente maldiciones hacia mi persona. Aún sabiendo eso no pude evitar sonreír gustoso de tenerla aquí.

De verdad que la he extrañado. —pensé sintiendo la felicidad brotar desde lo más profundo de mi ser. El timbre de mi casa me distrajo de los pensamientos que empezaban a marchar sobre lo linda que se veía Ai hoy.

—¡Ah! Debe ser lo compra. —murmuró antes de ir a la puerta.

Realmente me alegra volver a hablar con ella… 

He estado cuestionando estos días mis sentimientos y la probabilidad de que esté enamorado de esa chica de ojos malvados, pero al verla aquí y volverme a hablar con normalidad… tal vez, yo solo quería a mi amiga Ai Haibara. 

No creo que esté enamorado de ella. —pensé siguiéndola, mis pensamientos empezaban a tomar su lugar en el rompecabezas de mi mente. —Debe ser el Profesor, hace días que no lo veo. —volví a pensar con una sonrisa acercándome a la puerta.

La dulce risa de Ai me detuvo en seco, ella no acostumbraba a reír de esa forma, muy pocas veces he logrado eso.

Pero por alguna razón quién la acompaña la hizo reír tan rápido, mi corazón empezó a inquietarse, tenía la sensación de que no era el Profesor.

Me acerqué despacio sintiendo de nuevo el hueco en mi estómago, mis dedos empezaron a temblar inconscientemente, las alarmas en mi cabeza sonaban fuertemente.

Me paralice al ver a ese chico, apreté las manos evitando que temblaran mis dedos, sin darme cuenta empezaba a apretar fuertemente hasta el punto de hacerlos sangrar.

—Que no he dicho eso. —escuche su voz risueña.

El enojo recorrió todo mi cuerpo como si se tratara de una descarga. En un impulso de locura donde mis sentimientos tomaron control de mi cuerpo la jale dentro de la casa y le cerré la puerta a ese chico.

—¡¿Qué te pasa?! —me regañó Ai saliendo de entre mis brazos en un rápido movimiento. —¡¡Estás loco!! ¡¿No puedes hacer eso con la gente que trata de hacer algo lindo por ti!! —me empezó a reprochar.

Mi mente se perdió entre la rabia y desesperación la tomé de los hombros, estampando mis labios sobre los suyos. 

Simplemente ya no soporto que lo defiendas. —pensé separándome de ella unos centímetros, lo suficiente para ver la mirada estupefacta y sus mejillas rojas, cual manzana.

—¡¡Ya no lo soporto!! ¡Estaba dudando entre si me gustas o no! Pero la verdad es que odio verte con alguien más, no soporto ver como lo miras, como le regalas tus sonrisas, ¡Ya no puedo negarlo, ni dudar! ¡Te amo! Y no quiero que nadie te aleje de mi… por favor… —solté todo lo sentía, lo que tanto me había perturbado todos estos días.

—Si eso sientes, entonces... demuéstralo. —murmuró Ai en un extraño tono.

—¿Eh? ¿Ai? 

—Shinichi Kudo… —un extraño escalofrío recorrió mi espalda al escuchar mi nombre real en un tono helado. —Demuestra tu sinceridad. —me volvió a decir empujándome hacia atrás.

Por más que trataba de mantener el equilibrio, no pude y terminé cayendo a un extraño vacío, como si se tratara de un agujero sin fondo.

Cuando volví a sentir mis sentidos volver, mis manos captaron una suave sensación acolchada, probablemente una cama. Me removí en ella antes de poder lograr abrir los ojos, a pesar de lo pesado que me sentía, no podía ver nada más que blanco por todos lados, más el claro y constante pitido de la máquina cardíaca.

Levante la mitad de mi cuerpo, una mueca apareció mi rostro al hacer eso. —Estoy seguro que esto es un hospital, pero… ¿qué me pasó?

Recordaba perfectamente lo último que me pasó, ¿no será que me he desmayado con ese empujón? —me pregunté confundido.

One-Shots Detective Conan || CoAi || ShinShi||Pedidos abiertosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora