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Atlas:

Odio esta mierda. —Pienso mientras intento abrir la llave de la ducha.

Jalo con fuerza y la manija se rompe.

—¡Mierda!

La coloco frente a mi y vuelvo a intentar ponerlo en su lugar, busco repararlo manualmente y con 0 técnicas que desconozco, pero esta se cae si no la sostengo adecuadamente y termino empujando hasta que las piezas dentro se unan.

Lo logre.

Bien, no tengo para malgastar el dinero y seguramente me quitarán bastante una vez que se enteren que jodi la regadera.

Sin embargo cuando giro tratando de abrir, el agua apenas sale en un chorro pequeño.

Joder, tardaré una hora en bañarme si uso esta puta regadera.

Maldigo y me envuelvo la toalla a la cintura, salgo del baño y me dirijo a la ventana cerrada desde el piso que ocupo, me asomo haciendo a un lado las cortinas y efectivamente, la patrulla sigue ahí, vigilándome.

Mierda.

¿No se cansan estos policías?

Escucho golpes en mi puerta y cierro la cortina, me acerco a abrir y no hay un puto agujero donde puedo ver quién está al otro lado y así decidir ignorarlo o no.

Abro la puerta.

Y la imagen de la mujer mal vestida, de larga falda y una blusa desteñida, de aspecto aburrido y con una primera mala impresión que me dejó, esta parada frente a mi puerta.

Con un tarta en las manos.

Arqueo una ceja. —¿Qué demonios es eso?

—Es una tarta de fresa.

Agrandó los ojos. —¿Y lo hiciste tú?

—¿Quién más?

Analizo la tarta.

—¿Tiene veneno o que?

Ella baja la tarda. Suspira y suelta. —Claro que no. No le pondría veneno a una tarta.

No se como tomarme eso.

—Lo traje porque... ahora que somos vecinos.. y tenemos que soportarnos en la escuela. Debemos llevarnos mejor.

Puedo ignorarla y ya, también es una opción.

—¿Me ofreces una ofrenda de paz?

Hace una mueca y sonrio. Le doy una mirada rapida a su mal aspecto.

Vale, que no es fea. Pero se esfuerza por no resaltar ni los ojos claros y mucho menos sus mejillas sonrojada por la vergüenza, como las que tiene ahora al verme el torso desnudo.

Tengo la costumbre de provocar eso en las mujeres, así que ya me da igual.

Además sobre todo con ella... me da muy por igual. Es la imagen con la que no me involucraría y no por el aspecto, su actitud respondona es la que detesto.

Prefiero las sumisas, las chicas que me piden que les dé más duro, no quienes me llevan la contraria e imaginar una situación sexual con la vecina, en la realidad es probable que terminemos matándolos en pleno acto.

Joder, no puedo creer que me la imaginé follandola.

Esta mujer no es mi tipo, aunque todo su cuerpo grita que le den una buena follada y seguramente así el demonio del malhumor abandonará su cuerpo.

Me pregunto hace cuanto no la follan, debe ser mucho o tal vez es virgen.

Me río.

—¿Dije algo gracioso?

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