Field Goal

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Jamie:

Dejar la escuela. Volver a jugar.

Intento entender los motivos y buscar una explicación antes de que me la de, pero al final acepto que solo necesito la explicación venir de el mismo, no lo que yo pueda imaginar en mi cabeza y me decepcione de algo que aún no ha aclarado.

—¿Dejaras la escuela?. —Pronuncio con una sonrisa que no termina de completar. —¿Por qué dejar la escuela? Eso no...—Hago una pausa, no encuentro las palabras y el corazón se me ha acelerado.—Creí que debías terminar tus meses de servicio comunitario.

—Eso cambio.. ahora.—Lo veo pasar saliva y luego forzarme una sonrisa, no entiendo el porque hasta que suelta las palabras.—Tendré una audiencia pronto, la federación intervendrá y con eso se me abren las oportunidades de que se me permita llegar con los pioneros a la final.

—¿Intervendrá?.—Cojo la palabra.

—Ellos se encargarán de todo.

—De todo. —Repito y siento una oleada de decepción. —¿Qué quiere decir eso?

No me responde y la decepción crece dentro de mí.

Parpadeo confundida.—¿ Acaso tu... vas a comprar al juez por tu falta?

Lo observo pasar saliva. —Es una oportunidad, no la puedo dejar pasar. Tú más que nadie sabe cuánto amo el baloncesto.

—Sí y ahora mismo quedo claro... que lo amas más que a los estudiantes que dejaras botados.

—Jamie.

—Ni siquiera me molesta eso. ¿De acuerdo? .—No mucho. Me detengo antes de desviarme del tema importante.—Estoy feliz por ti, pero estoy enojada por esto... vas a dejarlos y.. Sobre todo..

Trago duro y sigo.

—Luchamos contra las injusticias, Atlas.—Niego con la cabeza.—Le dices a los chicos que debemos hacer lo correcto y tú vas ...y compras un juez.

—Yo no tengo nada que ver en eso.

—Pero sabes que eso harán ¿No?—Pregunto y el no responde.— ¿De qué sirve inculcar esto y enseñarles que el país puede cambiar si tú mismo te pones en contra de ese cambio?

—¿Y qué quieres que haga? —Me mira fastidiado.—¿Qué rechacé esta oportunidad?

—Quiero que cumplas lo que prometes. —Respondo enseguida. —Que le cumplas a Darío lo que le acabas de prometer.

¿Por qué le ha hecho promesas si al final iba a irse?

Lo observo tragar saliva y un silencio largo se manifiesta.

—Me quedaré con ellos hasta el viernes. Ellos lo harán bien sin mí. No me necesitan.

—Eso no es cierto y lo sabes.

Él se acerca a mí.

—Jamie, no puedo hacer más. No puedo renunciar a esto cuando es lo único que he querido desde que llegué aquí.

El dolor se impregna en mi garganta.

—¿Lo único que has querido?

—No... No me refiero a eso.—Se corrige, pero esto es algo obvio ¿No? Cuando llego su único propósito era terminar de cumplir su sentencia para luego irse.

—Lo hiciste sonar así.

—¿Dudas de lo que siento?

No quiero hacerlo. No quiero dudar.