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Atlas:

Tengo llamadas perdidas de casa, tomo un respiro y observo la dirección de donde vienen.

Es la loca de mi tía, pidiéndome que vaya a casa para la cena de acción de gracias.

"Estaré ahí". —Respondo.

Y mi tía vuelve a enviar un mensaje.

"Y espero que esta vez traigas una chica contigo"

No llevaría a una chica con la que me acuesto a mi casa, primero porque no me importaban estas chicas y porque no tenía interés de que mi familia conozca a alguien con quien solo me divertí una noche.

Guardo el teléfono.

Y la imagen de Jamie aparece en mi cabeza.

Basta.

No pienses en ella.

Se acabó, tú mismo lo terminaste.

Ella esta con alguien más. —El pensamiento me hace apretar los puños. Duele joder, fastidia y duele, pero es lo mejor.

"Si este es tu juego, yo no participo en el"

¿Juego?

¿Acaso no ve que estoy protegiéndola de una mierda como yo?





(***)




El balón se eleva sobre la cancha y quien lo atrapa es Darío, es buen jugador, pero detesto su sonrisa petulante cada vez que logra algo.

Aun practicamos en el campo y no veo la hora de probar el gimnasio, tengo entendido que hace falta un par de reparaciones más.

Me cruzo de brazos y mantengo los ojos en el juego, tengo menos chicos hoy y no entiendo porque, pero los pocos que se encuentran al menos intentan hacer funcionar el juego.

Dario empuja a Midas y el cae contra el suelo. Es la cuarta vez que cae, mientras sus compañeros rien.

—¡Midas, concéntrate! —Lo llamo. —Ya es la cuarta, si no quieres estar aquí, conoces la puerta.

Kennan rie. —¿Cuál puerta?

Joder.

Lo señalo. —Veintiocho vueltas por eso.

—¡Maldita sea!

Todos ríen y Midas viene en mi dirección, arqueo una ceja.

—¿Si vas a renunciar?. —Regreso los ojos al juego, ahora sin Midas y Kennan corriendo el campo son menos. —¿Dónde carajos están Izzy y Ander?

—Atlas.

—¿Vas a renunciar o no?. —Veo que le quitan el balón a Michael, Darío hace un pase con Carl, quien termina encestando. —¡Maldita sea, ya lo tenías!

Midas se mantiene callado, giro la cabeza en su dirección, mientras escucho el sonido del balón golpear el suelo en pleno juego.

—Midas.

—Atlas, tengo que decirte algo.

—Que valga la pena entonces.

¿Por qué se ve tan preocupado?

Field GoalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora