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Jamie:

—Espera en el coche.—Me ordena Atlas mientras se quita el cinturón de seguridad.

—¿Que?.—Busco el cinturón y me lo quito al igual que el.—No voy a hacer eso.

Sus ojos chocolate se posan sobre los míos, enseguida niego. No voy a hacerlo, no esperare dentro, mientras el se arriesga entre esa turba de gente mientras intenta llegar a Darío.

Pongo los ojos en lo que apenas puedo ver por la ventana delantera, hay chicos con carteles, aclamando justicia para Kennan y ojala fuera eso, pero por luna rota en la estación de policía y  dos coches estacionados afuera de esta que se encuentra en pésimas condiciones por los golpes, junto a los garabatos con #JusticiaParaKennan.

No, no dejare que vaya solo.

—Estas loco si crees que dejare que vayas tu solo.

—Jamie, es peligroso, si vuelven a ..

—Estaré bien. Lo prometo.

Sus ojos se mantienen sobre los míos. Atlas suspira y niega.

—¿Y el loco soy yo?

—Atlas.

—No te mantengas lejos de mi.—Me exige esta vez y ambos salimos del coche. 

"Justicia para Kennan" "Justicia para Kennan".—No deja de repetirse, reconozco a chicos de la escuela y a los mismo chicos que entrena Atlas, agitan sus carteles por encima de sus cabezas, carteles con palabras dirigidas a los policías.

Asesinos, Corruptos, Racistas.

—Ven.—Atlas me toma del brazo y no me suelta mientras intentamos avanza hacia la cabeza de esta protesta.

Darío se encuentra parado obre el coche policial, con un megáfono en mano, exigiendo una y otra vez Justicia para Kennan, las personas alrededor lo acompañan y en un eco a voces aclaman que haya justicia.

Intento avanzar, pero en el proceso Atlas me suelta y me es imposible de dar un paso más porque las personas alrededor me aprietan.

—Detenlo.—Le pido.—Ve por el.

Duda, pero lo hace, su figura se me pierde en el camino y trato de avanzar por otro lado, donde encuentro una abertura entre estas personas y así esta vez llego hasta la mitad.

Levanto la mirada, apenas y veo a Atlas, quien ya ha llegado a Darío.

—Mierda.—Me empujan.

Sigo avanzando y entre golpes, empujen. Logro llegar hasta Darío.

—¡Detente!

—Es demasiado tarde, Atlas.—Le responde el, fuera del megáfono. Mientras las personas alrededor siguen aclamando por justicia.

—Joder... ¡Maldita sea, Darío! Se lo que estas sintiendo.

—¿Lo sabe? ¡Mataron a mi amigo y otro esta en el hospital grave, por culpa de esta policía racista!.—Suelta lleno de furia, las venas se le marcan en los brazos y la de su cuello palpita.—¡Kennan no va a volver y ellos actúan como si no hubiera pasado nada!

—Darío.—Intento hablar, pero el sigue gritando.

—¡Le robaron el futuro a Kennan y estos miserables no tienen lo que merecen!

—¡Por eso esta la justicia!.—Hablo yo, los ojos de Darío se posan sobre mi, paso la mirada hacia los mismo chicos que se encuentran detrás de mi.—Kennan tendrá su justicia, pero no así.

Field GoalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora