16

6.4K 622 43
                                    

Jamie:

—¿Entonces dijo eso?.—Suelta Gia desde mi mueble, con la cuchara metida en el helado de chocolate, mientras yo me encuentro en la cocina, detrás del mostrador, intentando abrir el bote de helado de fresa.

—Sí, eso dijo.—Le señalo con mi cuchara .—¿El helado no debería ser para mí?

—Te acompaño en tu pena y..—Ella junta ambas cejas.—¿No esperas que me quede viendo mientras te ahogas en helado?

—¿Sabes? Una amiga normal me sacaría a pasear o me presentaría un hombre que me haga olvidar de esto.

—Pero no soy una amiga normal y los únicos hombres que conozco son menores, pero si te interesa.

—¡Tiempo fuera!

Ella ríe.—Te lo dije.

Mete el cucharon con helado en su boca.

—Nuestros gustos son diferentes, por eso te apoyo...

—Comiéndote mi helado.—Completo por ella y logro sacarle la tapa a mi bote helado de fresa.—Voy , encoge las piernas.

Gia deja de estirar las piernas en mi mueble y yo me siento en el otro extremo. Meto la cuchara con helado a mi boca y siento que se me congela el cerebro.

—Aunque si me esfuerzo puedo conseguirte a una pareja.

—Quedémonos con el helado, mejor.

—Jamie, no vas a privarte de salir con otros tipos solo porque el te rechazo.—Me suelta.—Por muy Atlas Corbett que sea, que vea el mujeron que se está perdiendo.

Me rio.

—¿Y a todo esto que hay de Ángel...?

—Ángel...

Mi teléfono suena, leo el nombre y se lo enseño.

—Ángel.—Repito.

Gia se me acerca—Vamos, contesta ¿Qué esperas?

Me trago el otro pedazo de helado y contesto la llamada, Gia para la oreja a mi lado.

—Ángel.—Pronuncio.

Con alegría, responde.—Jamie... juro que pensé que no contestarías.

—Lo hice.

—Y me alegra... —Hace una corta pausa.—Se que dijiste que lo pensarías, pero estaba desesperado por atreverme...

Abro los ojos, comparto una mirada con Gia.

—¿Crees que podamos cenar mañana?

Miro a Gia y ella asiente con la cabeza.

—No estoy segura si mañana...—Me detengo cuando Gia me pellizca el hombro, niega con la cabeza y en voz baja dice "Di que si".—Si, mañana está bien...

—¿En serio? Entonces te veo mañana.

—Sí, mañana, Angel.—Sonrio y cuelgo.

—Bien, es el primer paso para superarlo, además..—Me señala con la cuchara.—Ángel te gustaba antes de que Atlas llegara ¿No? Todavía hay atracción.

—Eso creo.

—Ahí lo tienes.

Ahora su teléfono es el que suena. Ella contesta feliz y aprovecho para quitarle el bote de helado de chocolate, lo llevo a la cocina junto a mi bote de helado, mientras escucho su felicidad en la llamada.

Guardo ambos botes dentro de la nevera y regreso a su lado con el trapo en la mano, limpio la mesa de noche que se encuentra manchado de helado y ella cuelga la llamada.

Field GoalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora