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Atlas:

Jamie hace pasar a Darío y permanezco en silencio mientras ella lo atiende, como acompañarlo al baño a lavarse el rastro de la sangre que no es suya.

No tiene ninguna herida ni marca de lucha, lo cual me hace preocuparme más.

Y una vez que a tomado asiento en el mueble, Jamie a su lado no duda en preguntar.

—¿Puedes decirme que paso?

Su mirada se mantiene perdida por un instante.

Me tenso. ¿Ha hecho algo estúpido?

Maldita sea, si a jodido su vida.

—Darío... dime que sucedió.

La preocupación en sus ojos es notoria  y la mía crece cada segundo que se mantiene callado. Doy un paso en busca de una respuesta clara, pero al final no necesito exigir una.

—Le dispararon.

Agrando los ojos.

—¿Qué? ¿A quién le dispararon?

—A mi compañero. —Menciona mirándome y nuevamente a Jamie. —Estábamos vendiendo en una esquina y solo me descuide por un minuto, cruce la calle para comprar algo en el mini market y ... le dispararon a mi compañero.

—Darío..

—El tipo quería más droga y ... ya tenía una deuda. —Menciona, su tono de voz llenan de preocupación. —No podíamos darle más droga... y...—Se pasa las manos por la cara.—Tenia un arma..

Jamie se lleva una mano a los labios.

—Intente salvarlo, pero era mucha sangre.—Se mira las manos.—Jamás vi tanta sangre y  Mierda... no debí retirarme de ahí.

—¿Qué estas diciendo?. —Ella lo detiene.—Pudieron dispararle a ti también. Piensa antes de hablar.

Niega y golpes su cabeza, como si le doliera.

—Casi mueres...—Menciona Jamie con preocupación.—Darío si no cambias tu vida, a la larga podrías terminar como el. 

No se si realmente la esta escuchando.

—¿Cómo llegaste aquí?—Intervengo.

Pone los ojos en mi. —Nos dio su dirección. Solo pregunté.. y unos vecinos mencionaron a una pareja que hace ruido.

Joder.

—Espera... ¿Te vieron los vecino?. —Señalo sus manos.

Jamie se vuelve hacia mi. —Atlas.

Mierda . —Enseguida regreso.

Salgo del departamento y mientras me dirijo a los vecinos, quienes parlotean afuera de sus departamentos, preparo una explicación creíble.





(***)




Regreso al departamento cuando ya todo está calmado afuera, Darío no se ha movido del lugar, pero ahora está tomando una taza de té, del cual Jamie seguramente preparó.

—¿Ya te sientes más calmado?

Asiente con la cabeza.

—¿Quieres que... te llevemos a casa?

No responde y pone los ojos en mi. Lo que suelta me llena de sorpresa y también de enojo.

—Quiero volver al equipo.

Jamie abre mucho los ojos, junto las cejas con fastidio. —¿Y decides eso después de faltar una semana completa a los entrenamientos y a la escuela.?

Mira a Jamie. —A la escuela también voy a volver.

Ella es más comprensiva que yo y acepta enseguida. Darío vuelve a mirarme.

—Quiero volver. —Me pide con mucha decisión.

—Hemos avanzado mucho, te quedarás atrás.

—Los alcanzare. —Promete. —Me pondré al día. —Vuelve a mirar a Jamie. —Con los jodidos exámenes también.

—Queda un mes.. Tienes las notas más bajas. —Menciono yo, mi única intención es saber si esta es una broma para el o si lo va a tomar en serio. —¿Cómo carajos vas a poder con los cursos y el entrenamiento?

—Lo haré. Maldita sea, lo lograré.

—Atlas...—Me pide Jamie.

Mierda.

Ambos esperan mi respuesta final y termino poniendo una sola condición.




(***)




Me aseguro de llevar a Darío a casa y cuando regresó, me cruzo con los policías, quienes siguen vigilándome afuera del edificio, pero quienes también han reducido sus horas de vigilancia conmigo o eso creo, porque cada vez los veo menos tiempo aquí.

Sonrio y levanto la mano, mi saludo los toma por sorpresa, pero me devuelven el gesto, ingreso al edificio y no tardo en llegar al departamento.

Jamie me recibe y no me creo que sigue despierta, con la misma bata puesta y una taza de café en las manos.

—Ya volviste.. ¿Cómo lo dejaste?

—Sano y salvo.

Se ve más aliviada.

Arqueo una ceja. —¿Por qué sigues despierta? No debiste esperarme.

—Ya no puedo dormir después de esto, estuve limpiando el lavado... aún hay olor a sangre en ella.

La rodeó con un abrazo y ella me devuelve el gesto, cierro los ojos y no quiero soltarla.

—¿Ocurre algo?. —Pregunta como si me leyera la mente.

Se aparta de mi y me mira a los ojos. Entonces pienso porque alargar esto, porque esperar a que ella se entere de otra manera.

¿Por qué hacerlo si ya no soy ese hombre? Jamie saca lo mejor de mi y por eso mismo no quiero mentirle.

—¿Atlas?

—Volveré a jugar.

Los ojos se le abren.

—Dios mío, Atlas... eso es.. ¡Es maravilloso! ¿Por qué... ¿Por qué no te ves contento?

La examino, mis labios tiemblan y vuelvo a hablar.—Quieren que este listo para el último juego, el 13 de diciembre.

Ella no parece comprender del todo.

Trago duro. —Debo volver a la federación de baloncesto.

—¿Volver? —Sus labios se separan.

Mirando sus ojos, lo aclaro.—Voy a dejar la escuela, Jamie. Dejare la escuela y volveré a jugar.


Field GoalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora