Parpadee.
Tuve que parpadear varias veces para poder abrir los ojos completamente. En el momento que logré abrir mis ojos un brillo los alumbró, desapareció cuando captó a través de él, el techo caoba de madera.
Ya no me siento fría, ni oscura, es como si todo sentimiento de maldad en mi se hubiese apagado, como si esto fuera un nuevo sol resplandeciente. Refregué mis ojos con suavidad intentando captar todo a mi alrededor. Entonces los veo.
Mikael, Gabriel, Yahnnetts, Uriel, Raffaele y hasta Ezequiel, se encuentran a los costados de la cama observándome, como si estuvieran esperando por mí.
Mikael me extiende su mano, la cual acepte, me reacomodo en la cama. Una cama acogedora en la que me encuentro. No digo nada y es que no puedo articular palabra, como que no sale de mí.
Escuchó a los pajaritos en los árboles, el viento moverse, las ramas de los árboles chocar entre sí, puedo oír y sentirlo todo a mi alrededor, las paredes, las habitaciones, el lugar, toda clase de sensaciones.
Puedo sentirme a mí misma, cada minúscula parte y célula de mi ser, siento algo que ya no esta y eso es; mi humanidad.
Aquella cosa que me mantenía humana completamente, ya no estaba, aquello que me hacía respirar, que hacía que mi corazón bombease con fuerza, ya no existe, se ha evaporado. Ya no me siento cansada, ni mucho menos adolorida, es como si cada dolor, cada sufrimiento ya no existiera, como si me hubiera curado al morir.
Puedo verlo y sentirlo todo. Puedo ver lo que alumbra a los arcángeles que antes no veía, una luz inigualable resplandece de ellos y si yo decía que eran hermosos antes de verlos realmente, ahora digo que me quede corta, no son hermosos, son divinos. Se siente como si me hubieran quitado una venda de los ojos y ahora puedo verlo todo con tanta claridad.
— ¿Cuánto tiempo ha pasado? — murmuró observándolos a todos.
— Tres días, has estado dormida por tres días, Yas — Las palabras de Mikael me sorprenden.
¿Tres días?
Para mí solo se sintió un par de horas.
— No sabía que había pasado tanto — susurró — ¿Mi hijo? — preguntó, mi ansia por tenerlo en mis brazos es muy fuerte, es como si todo en mi hubiera aumentado.
— Esta bien — habló esta vez Yahnnetts, calmándome — está con Leit-Rad.
Asiento a sus palabras.
— ¿Quieres verte en un espejo? — me extraño la propuesta de Raffaele. Me encojo de hombros, pero aun así afirmo levemente.
Ahora fue Raffaele quien me extiende su mano y la aceptó para levantarme de la cama, siento el frío piso de madera rozar con mis pies descalzo. Él me guio hasta el espejo de cuerpo completo y lo que vi en el reflejo me dejo atónita.
Soy yo, pero no luzco exactamente como yo. Mi piel blanca resplandece con mis rasgos finos y mi cabellera como el ébano, las ondas brillantes caen como cascadas por mis hombros. Mis ojos se ven penetrantes y no lucen tan oscuros como antes, ahora están teñidos de un color marrón.
Aún llevó puesto un vestido blanco, pero aquel no me queda como antes, ahora puedo lucirlo perfectamente. Definitivamente esta es la versión de Yasbeth que jamás creí ver.
Me veo y me siento poderosa.
— Carajo . . . — es lo único que pude pronunciar en estos momentos.
— Si, estás así de perfecta — Mikael opina detrás de mí.
Sonreí de lado sin poder ocultar la sorpresa y el asombro de verme tan bien, de lucir tan divina, tan celestial. Ahora si pertenezco a ellos, pertenezco a todo esto.
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Diablo: Renacer2©️
RandomCuando la Diosa del abismo dejó todo su mundo y subió a los cielos, inicio un infierno ardiente para el Diablo, quién se quedó con su corazón destruido, aquello fue una ventaja para que un nuevo enemigo se alzará en contra de la oscuridad y de la lu...