CAPÍTULO:4͎1͎ Preparación.

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"Preparación"

Sigo al rey Mammón quién me está guiando en medio de los pasillos de su castillo, en el cual reluce el oro y la vanidad. Cualquiera podría perderse en medio de tanta luminiscencia.

Ha pasado solo unos días de lo de Leah, pero aun así no puedo evitar sentirme mal cada que pienso en ella, aunque los estudios y aprenderme las cosas del infierno como me ha obligado Diablo hacer en estos días me ha ayudado a despejar mi mente.

—Entonces las alianzas entre monarcas suceden cuando un rey pide a otro rey, ¿verdad? — Cuestioné debido a lo que ha dicho anteriormente.

Él mueve la cabeza, asintiendo.

—Así es, si un rey desea casarse con otro rey y pide formar la alianza inmediatamente el concejo lo aceptaría por ende el Dios también, en tu caso Diosa.

Explica detenidamente.

—¿Eso es lo que hiciste con Leviatán? — Indague y tal vez fue un error porque detuvo el recorrido. Se giró para verme y sus iris azules me resultaron intimidante cuando demostraron un brillo especial.

—No suelo hablar de mi relación con ella, pero sí, exactamente como dices, yo pedí formar una alianza con la reina Leviatán, una alianza que el Dios aceptó y procedimos al matrimonio. Cuando un rey pide la alianza con otro rey nadie puede negarse u objetar nada, ni mucho menos cuando el Dios lo acepta.

Entreabro la boca, asintiendo mientras voy entendiendo.

— ¿Y cómo se rompe una alianza o bueno, un matrimonio? — preguntó, ya que por lo que he visto Leviatán ahora esta con Asmodeo, por fin están juntos, ella debió divorciarse de Mammón para eso, ¿o no?

El rey traga en seco y baja la mirada un poco antes de clavarla en mí, otra vez.

—No se puede, nunca se rompen las alianzas, estás son irrompibles hasta el fin de los tiempos — Arqueé las cejas mirándolo en total confusión.

—Pero si Asmodeo y Levia. . . ¿Nunca te has divorciado de Leviatán?

—Ya te lo he dicho son irrompibles, Leviatán y yo seguiremos siendo esposos para siempre, el hecho de que tenga un amante y el que yo haga de mi vida lo que quiera no tiene por qué afectar a los reinos, porque las alianzas en realidad son para beneficiar a los reinos.

Se da la vuelta sin decir nada más para continuar con la marcha.

Lo escuchó en todo el recorrido explicando sobre las alianzas, y porque son tan importantes, de que sirven para beneficencia de los reinos y mantener un balance entre todos en el infierno.

Cuando curvamos en medio del pasillo, podemos observar la silueta y el porte de la reina Leviatán y lo que más llamó mi atención es que su cabello ha vuelto a ser rubio como antes, y sus vestimentas continúan siendo oscuras y pegadas al cuerpo como una segunda piel, lo cual la hace lucir perfecta.

Me dedica una sonrisa en cuanto me nota y se acerca a pasos seguros.

—Regresó el rubio — le mencioné apenas estuvo en frente de nosotros.

—Sí, el azul solo era por un tiempo — Se encoge de hombros, y desvía la mirada hasta el rey que me acompaña, quien la observa con admiración, es un tipo de mirada que solo lo veo en él cuándo la mira a ella.

Sus ojos brillan entre el deseo y la nostalgia, quizás Leviatán no se da cuenta, pero el demonio de la avaricia es capaz de poner el mundo a sus pies si ella se lo pide.

—Mammón — Lo saluda con un movimiento de cabeza, acto que es correspondido por el rey — Vengo a raptarla porque Abaddon la está esperando.

Avisa señalándome, el demonio asiente, tragando grueso antes de hablar.

Diablo: Renacer2©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora