CAPÍTULO:➌ Lo consideraré

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Lo Ⓒonsideraré

Lo contempló una vez más, es hermoso, perfecto en toda su simetría y lo es aún más desnudo, con el cabello hecho un alboroto de todas las veces que enredé mis dedos en él.

Lo observó mejor con la poca luz que atraviesa el gran ventanal.

Mantiene los ojos cerrados y los labios entreabierto, rojo, húmedos por cada beso que no pudimos parar de darnos.

― Puedes besarme otra ve. . . ― No deje que terminará aquella frase cuando ya lo estaba devorando con mis labios.

Él me sostiene por la cintura con fuerza atrayéndome más. Provocando que quedará encima de él.

― Si seguimos así no vamos a parar nunca ― Susurré aún con mis labios en los suyos.

Pude ver como extendié una pequeña sonrisa en su rostro.

― ¿Y si no quiero parar nunca? ― La mirada que aquel demonio me lanza es de lujuria, poder y seducción.

― Ya, Asmodeo, si tenemos que parar, tengo que ir a ver a Diablo ― pude ver como su sonrisa desaparece ― Y tú tienes que ir a la tierra ― le recuerdo, resopla frustrado.

― Se me olvidaba, ves lo que haces, Leviatán ― Lo miró cuestionándolo. ― Haces que todo lo del mundo se me olvide por completo, me traes así de loco y estúpido ― Agrega con una sonrisa.

Imito su acción, si el esta loco y estúpido, yo lo estoy aún más, ese demonio me trae mal. A pesar de todo lo que Asmodeo y yo habíamos tenido que pasar para encontrarnos de esta forma sigo sintiendo lo mismo que la primera vez.

Solo quiero estar junto a él, aunque el deber me llamara.

Después de bañarme y alistarme junto Asmodeo, él se fue para la tierra y me dirigí hacia el castillo Lucero.

Al llegar lo primero que hice fue buscar a Diablo a su despacho y si se encontraba como siempre, pero esta vez no estaba solo.

― Mammón ― Lo visualice de arriba a abajo, trae sus típicas chaquetas de cuero, sus grandes anillos y joyas, su cabello castaño bien peinado.

Sus ojos se posaron en mi, de inmediato veo el brillo en su mirada. Me admira como siempre lo ha hecho, como nunca ha dejado de admirarme.

― Leviatan, mi treasure ― Giró mis ojos al escuchar aquel apodo que provoca una extraña sensación dentro de mí al recordar al demonio diciendo aquello en un ámbito más íntimo.

― Si, soy un tesoro, pero no el tuyo ― le hice saber.

― Una vez lo fuiste ― Extendió su sonrisa macabra ― Y creó que fue la mejor época de tu existencia.

― ¡Ya dejen de hablar de estupideces! ― El Dios interrumpe el pequeño silencio que se forma.

Lo veo levantarse de su silla, hoy solo trae un suéter negro de mangas largas y un pantalón del mismo color.

― Vamos a acabar con las diez escorias esas ― Anuncia, asiento dandole la razón.

. . .

Nos encontramos en la entrada del castillo, de rodillas en frente de nosotros se encontraban diez demonios.

Diez culpables demonios.

Están atados a cadenas que solo Diablo es capaz de controlar. En realidad en este momento solo él puede controlar la vida de estos demonios.

A nuestro alrededor se encontraban muchos más demonios de todo tipo, sirvientes, duques, señores, hasta algunos reyes, todos presenciando la tétrica escena.

Diablo a pasos firmes y decididos camino hasta los demonios, viendose autoritario y poderoso como siempre, pero solo que esta vez luce más retorcido que nunca.

― Todos saben porque están aquí. . .― Empezó a decir. ― Hoy volaran cabezas, porque nadie puede desafiarme o siquiera rebelarse. ― La mirada de Diablo arde peor que el fuego.

Los demonios que se mantenían arrodillados en el suelo se horrorizaron, ellos sabían de todo lo que Diablo era capaz de hacer. Todos, absolutamente todos sabían de que él era capaz, pero aun así insistían en rebelarse, en contradecirlo.

Diablo es el angel que una vez cayó y desde entonces ha mantendio el trono de las sombras en lo más alto, no entiendo como pueden desafiarlo sin creer que no habrá consecuencias.

Escuche gritos desgarradores de dolor, Diablo estaba haciendo lo mejor que sabia hacer.

Gritos.

Tortura.

Muerte.

Eso es lo que proviene de aquellos diez demonios que fueron sentenciado por traición y conspirar en contra del demonio más poderoso de todos.

Lo ultimo que dijo mi Dios, no se porque, pero resonó en mi mente por mucho tiempo.

"Me importa un carajo si este infierno se queda sin ningún demonio, si ese es el precio para que ya no se rebelen, lo considerare"

B E L I A L

Tocó con fuerza aquella puerta marrón por tercera vez, pero aun siguen sin abrirme, ni siquiera estoy segura si hay alguien.

― No puedo sentir nada, aquí no hay nadie ― dice y me volteo para ver a Asmodeo que continúa recostado en el árbol cerca del lugar.

― Quería mantener la esperanza ― Murmuré.

― ¿Quién te crees? ¿Un ángel? ― Carcajea.

Me acercó hasta él, no me reí por su chiste sin sentido.

― ¿Tienes algo? ― Asiente con superioridad.

― Vamos a seguirle el rastro y luego le decimos a Diablo para que tengan un pequeño encuentro ― Esta vez si surcó una sonrisa en victoria.

Diablo va a tener que salir de ese infierno sea como sea.

― Leviatán puede insistirle para que ese encuentro se haga realidad.

― Le voy a decir ― Asegura.

Leviatán en estos momentos es la única capaz de acercarse a Diablo y hacerlo razonar.

Ya que ella siempre ha estado para su Dios.

Nos adentramos a la oscuridad y profundidad del bosque, empiezo a percibir un sentimiento de alerta en mi sistema, supe que algo más se encuentra con nosotros.

Ellos seguro deben estar cerca, siguiendonos.

― ¿Los sientes? ― Asmodeo se volteo a verme, asiento a su pregunta.

Los muy putos quieren jugar con nosotros.

Pude observar como unas mantas oscuras como sombras se acercan como cual leones hacia nosotros, no son nuestras enemigas, en cambio nos protegen, son las sombras del Dios quienes nos protegen cuando él no se encuentra con nosotros.

Escuchó los pasos acercandose, las ramas crujir y miró el rostro de Asmodeo, este estaba sonriente, burlándose de la escena que proporcionan.

¿Cómo unos simples ángeles caídos iban a poder con dos poderosos reyes del infierno?

Es un capitulo corto y solo relata lo que esta ocurriendo en el Infierno y en parte de la tierra.

Ig: ibelle.love

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Diablo: Renacer2©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora