CAPÍTULO: 𝟚𝟠 Veritas

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V E R I T A S

Y A S B E TH

Tomó a mi hijo en brazos en el momento en que llegué a la cabaña con Uriel, los arcángeles se encuentran aquí, todos junto a mí.

Mi hijo está un poco más grande de la última vez que lo vi, pero parece reconocerme porque enseguida se pega a mi cuerpo, como si necesitará de mi calor, de mi esencia. No me cansaré de decir que él es lo que necesita mi alma para existir. Leit-Rad se mueve por la habitación buscando las cosas que necesita Luzciel.

Los arcángeles se mueven de un lado a otro en la pequeña cabaña, algo que me desespera y no me deja concentrar.

— ¡¿Pueden dejar de caminar de un lado al otro?! — Espeto, Ezequiel me ojea, pero sigue moviéndose y los demás paran atendiendo mi pedido. Con Ezequiel es caso perdido.

—Los sentimos, es que. . .— Mikael se acerca — El creador nos está llamando, sabe que no es nuestra batalla, que debemos volver al reino, pero no queremos dejarte sola en esta lucha, por eso estamos tratando de controlar la conexión con él.

Explica.

—Sí, Yas, en esta guerra estamos todos juntos — Dice Yahnnetts dándome fuerzas. Mi terror está en su mayor límite y cuando digo que está sobrepasando sus límites, es porque lo está.

Desde que di a luz a mi hijo tuve esa espina de miedo de que pasara algo como esto, de que todos se enterarán, tenía tantas expectativas de poder irme lejos con Luzciel.

Leit-Rad junto a Ciro terminan de guardar todo en una bolsa y mueven la cabeza asintiendo, indicándonos que ya es hora de marcharnos. Cubro a mi hijo con una manta, suave y de lana, me pongo de pie y asiento a los arcángeles indicándoles que ya estoy lista para partir.

Caminamos hasta la entrada, salimos, pero antes de dar un paso más, lo sentimos todo. Leit-Rad detrás de mí, me toma la muñeca con miedo, ella que es un demonio tiene miedo. Ciro solo se acomoda bien la bolsa poniendo en posición-

Los árboles se mueven con el vendaval, los animales en el bosque dejan de oírse, como si hubieran escapado y se ocultarán de los espectros inhumanos de la noche, todo a nuestro alrededor se sacude, la tierra suena como trompetas, es como si esta se abriera por la mitad.

Un grito inaudible se escucha a lo lejos, y siento como la inmoralidad, la aberración, la inmundicia se acercan portando coronas y vestimentas finas, los cuervos empiezan a revoletear encima de los árboles. Cuervos y las crujidas de las ramas siendo pisadas por varios demonios ponen todo mi sistema en alerta.

Mi pelos se ponen de punta y siento que mi cabeza va a explotar, el aroma a azufre se hace presente, una inmundicia indescriptible se forma en el ambiente, no es como si los muertos caminarán sobre la tierra, es como si los reyes del infierno la pisarán.

He vivido tantas cosas extrañas a lo largo de mi vida, recuerdo exactamente los momentos en que reí junto a Megan en el jardín mientras hacíamos carreras en las cuales ellas siempre ganaba, las veces en que le ayude a mi madre en la cocina, las veces en que ella me decía lo mucho que me amaba, las veces en las que mi padre me observaba con esa mirada que nunca pude descifrar hasta ahora, él siempre quiso pertenecer a mi vida, pero simplemente no podía.

He vivido tanto, sentido tanto, amado tanto, sufrido tanto y ahora más que nada tengo terror, pavor, mis manos cargando a Luzciel empiezan a temblar al igual que mi barbilla, mis ojos se cristalizan y siento que voy a desvanecer, una punzada tan extraña surca mi vientre cuando sé que están cerca.

Sus pisadas las puedo escuchar al mismo tiempo en que la tierra torna un ambiente diferente, una gravedad distinta, la atmosfera se oscurece y los esperó, espero que las llamas del infierno ardan con su llegada.

Diablo: Renacer2©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora