CAPÍTULO:𝟚𝟜 La paz.

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 "𝓛𝓪 𝓹𝓪𝔃"

—Con que es eso lo que ocultas.

Él da unos pasos hasta mí y siento que voy a desfallecer. Mis pies quedan estancados en el césped porque no puedo moverme, se acomoda el saco de su traje y camina hasta mi con la elegancia que solo ese demonio posee, Leit-Rad se mantiene detrás de mí.

Su mirada choca con mi mirada y siento toda la tensión.

—Un hijo. — Repite — Por eso el creador no te dio una nueva vida alejada de todo, por eso estás aquí con mucho más odio y venganza que antes.

Asegura sin dejar de mirarme, es intimidante. Me dispongo a responderle.

—Olvida lo que has escuchado. . .— Mi cuerpo reacciona por sí solo y me acerco a él tomándolo por la muñeca. — No le digas a nadie de esto, ni a los demás reyes, ni a.. .Sabes que no puedes decírselo a Diablo.

El chasquea la lengua.

— ¿Por qué? — Inclina su rostro hacia mí dejando que contemple mucho más sus ojos profundos — ¿Por qué tú lo dices? ¿Sabes lo mucho que vale él que Diablo se entere que la promesa se cumplió?

Me hierve en la sangre que solo piensen en eso, en la promesa y nada más.

—Me importa una mierda lo que vale eso, él no se puede enterar y punto — Espeto rabiosa, llena de tanto enojo —Por favor, Asmodeo, piensa en las consecuencias de todo esto.

Él sacude la cabeza, negando.

—No, piensa tú en las consecuencias de ocultar esto, que el mundo se entere que ha nacido el anticristo da paso para finalizar con la guerra, si el infierno se entera que la promesa se cumplió todo vuelve a estar en orden, si Lilith y su ejército llegase a enterarse renunciarían inmediatamente a lo que están creando porque entonces ya habría un heredero y el infierno lo protegería a toda costa ¿Por qué no piensas en todos esos beneficios? — Me acorrala, sus palabras resuenan en mi mente.

—Mi hijo no vino a ser una solución para los problemas que tenga Diablo, si él se entera lo volverá igual, será su propia replica.

—Por supuesto, es un demonio . . .— Contesta.

—¡Es mi hijo! — Le reclamó — ¡A pesar de todo es mi hijo!

—¡Es su hijo también! — Responde igual que yo, su entrecejo se marca — No puedes simplemente ocultárselo al mundo.

Nunca he entablado una conversación con Asmodeo, no puedo exigirle que no le diga nada, no tengo ese derecho, él es un rey y no sé cómo reaccioné, no sé cuanta es la lealtad que él le tiene a Diablo, pero debo, debo hacer lo posible para que el demonio de ojos miel no le diga nada.

—Por favor, te lo estoy suplicando, no le digas nada, sé que es tu Dios y que según tú esto puede resolver muchos problemas, pero entiende, te pido que me escuches, es. . .— Suspiro tratando de mantener la compostura — Es todo lo que tengo.

Sus ojos brillan en duda, ojea a su alrededor buscando alguna respuesta.

—Te lo suplico, Asmodeo — Le incito. Vuelve su mirada vaga hasta mí.

—Vale, actuaré como si no he escuchado, pero si las cosas salen mal o tu plan no es como esperas ten por seguro que no dudaré en soltarlo todo, Diablo es más que mi Dios, es mi amigo, estoy traicionando toda su confianza en estos momentos y lo hago por ti, porque entiendo todo lo que has sufrido y todo lo que debiste pasar, pero si algo me pasa a mí por estar cubriendo esto, aquello lo llevaras en tu memoria y me encargare de que vivas con remordimiento lo que resta de tu eternidad.

Diablo: Renacer2©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora