CAPÍTULO: 𝟚𝟞 Un impostor.

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U N I M P O S TO R

 L I L I T H

"Si atacas a mi esposa cada uno de los tuyos ardera, no es una amenaza, es una ley"

Es lo primero que leo antes de abrir la caja que se hace presente delante de mí. Las brujas que quedan están junto a mí, abro lentamente la caja, introduzco mi brazo sacando lo que parece ser. . .

Una expresión de asco se forma en el ambiente cuando saco la mano ensangrentada, mostrándola a todos los presentes. De inmediato sé quién es la propietaria de esa mano.

Aśubha. Mi sirvienta que siempre fue leal.

Tiro de nuevo la mano en la caja, mientras la líder de las brujas me pasa una toalla para limpiarme la sangre.

—La tienen, al igual que a la incuba Loes, no las podemos dejar en la celda del abismo, es el peor lugar de todo el infierno que puede existir — Proclama una de las brujas y las demás empiezan a cotillear mil formas para sacar a las demonios de las celdas.

Me doy media vuelta para verlas.

— ¡No! — Exclamó — Nadie va a sacar a ninguna de las dos demonios de ese lugar, ellas se van a quedar donde están y ustedes también.

—Señora, ellas deben estar siendo torturadas, es su sirvienta, siempre le ha apoyado.

Mis ojos se clavan en todas, si, Aśubha siempre ha sido un apoyo para mí, y en el momento que creí que Diablo me iba a dar un puesto, tal vez de reina, pensé ponerla a ella como duquesa, pero se acabó.

—No es mi sirvienta, no más, es una traidora, desobedeció mi orden de no tocar a Yasbeth, me falló en la lealtad, le dije que no, y a ellas ni siquiera le importaron — Enuncio.

—Pero, ellas solo hicieron eso por una causa justa, querían arriesgar un poco más para debilitar al Diablo, no veo eso como una traición, es un mal pequeño por un bien mayor — Manifiesta una bruja morena, las demás asienten a lo que dice.

Me acerco a ella con rapidez, no lo pienso en el momento que introduzco mi mano en su pecho con fuerza, arrancándole el corazón. Tiro el órgano a un lado del salón, las brujas se quedan perplejas al ver a su compañera caer desplomada en el suelo.

Los demonios mantienen su expresión neutral.

—Nadie me contradice, lo que digo se hace, lo que ordeno, se hace, sin rechistar, Aśubha y Loes son traidoras por desobedecer y el que también piense como ellas me lo puede comunicar que con mucho gusto me encargare de arrancarle el corazón — Expongo — ¡El primero que vuelva a tocar a la Diosa Yasbeth yo misma me encargaré de acabarlo! — Indico.

Todos a mi alrededor bajan la cabeza en un acto de reverencian y devoción, excepto uno, sus ojos pícaro se fusionan con los míos por un segundo. Samael. Mi amante, mi pasión eterna.

—Reverencia — Le digo burlonamente. Él lo hace, pero no deja de sonreír con gracia.

Algún día me sentaré con él en el trono, y algún día a quien amé lo veré hecho trizas, esa sería la mejor sensación y más profunda que llegara a experimentar.

Y A S B E T H

Estos día me he quedado con los arcángeles y Behemoth, no se han separado de mí ni un segundo, me atienden en todo, excepto por Ezequiel y Gabriel, ellos siempre alejados de todos o bueno de mí. Él primero ni me mira y el segundo me llama ridícula cada que me ve. Es como si volviéramos a los meses en el cielo.

— ¿Te encuentras mejor? — Mikael me inspecciona.

—Si — Resoplo — Ya no tengo ningún rasguño y gracias a Uriel mi mente esta sana otra vez, no tienen por qué preocuparse tanto.

Diablo: Renacer2©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora