CAPÍTULO:𝟚𝟛 Un secreto. . .

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"Un secreto no se oculta por mucho tiempo"

Saboreó en el aire un aroma suave, penetrante y con esa pureza impecable. Jazmín. Su aroma es tan profundo y cautivador.

No tengo idea como puedo estar en la sala del trono, si hace un momento me encontraba sentada en un banco de la cocina de mi casa. ¿Cómo puedo estar en el reino del cielo? ¿Es un sueño? Tal vez sea eso, tal vez sea mi mente jugándome una mala pasada. Me golpeo la cara suavemente tratando de despertarme y nada.

Lo más extraño es que aquel lugar está limpio, solo se encuentra el salón y el trono, pero nada más, no hay nadie, es como si la soledad lo gobernara, aunque la belleza y perfección también decoran el lugar.

Doy media vuelta para verificar la salida, pero ahí no se encuentra nada, no hay ninguna puerta, no hay salida, solo paredes blancas semi nublada, trato de buscar una forma. Quizás es uno de los arcángeles que juega con mi mente, quizás Ezequiel quiere asustarme, porque él siempre quiere hacerme algo malo, pero no hay señal de nada. El ambiente se mantiene en silencio y en calma por muchos segundos.

Trato de pelear con mi mente, de averiguar el motivo por el cual estoy aquí, pero nada, es como si estuviera nadando en el limbo, mi mente tampoco reacciona, mi ser no capta nada. Tampoco me desespero, ni me preocupo porque es como si no pudiera sentir ninguna emoción negativa.

En un solo parpadeo, la cubierta que rodea todo lo de arriba, se abre, dando paso a una luz, tengo que agachar la cabeza ante la luz fulgurante, su vigorosidad es arrasadora, tanto que me obliga a retroceder, unos rayos pertenecientes de la gloriosa luz rodearon el lugar formando un arco, resplandeció especialmente sobre mí. Es maravilloso. Se parece tanto al sol, exceptuando que su brillo quema mucho más, me rodea como si fuera un escudo.

Sentí tanto poder rodearme, tanto poder sumergirse en mí y arrasarme, como una tormenta que no cesa, como un mar con las olas más impetuosas, como la vida misma, como la creación, desde la arena más pequeña a la montaña más grande, sentí tanto que dolió tan poco.

El viento voló mis cabellos por los aires, no se siente la gravedad, el universo se hizo presente.

Yasbeth — Y de aquella inmensa luz sale una voz, una voz maravillosa que impone el respeto del mundo, una voz más que celestial.

Me conmovió tanto que caí de rodillas al suelo. Enseguida supe de quien se trata.

He decido convertirte a ti en un celestial para que formaras tu nueva vida, ¿Por qué has vuelto a las llamas de donde yo te he sacado? — Me mantuve cabizbaja.

— Necesito. . .Yo. . .No podré seguir mi camino sino logró mi objetivo — Mi barbilla empezó a temblar y mis lágrimas cayeron, su fuerza conmueve mi alma.

¿Cuál es ese objetivo que te propones? — Su impetuosa majestad.

— Hacer que Lucifer caiga, hacer que la justicia lo domine por encima de todas las cosas.

Yo soy la justicia misma que lo arrasará, si sigues por el camino de la corrupción, volverás a caer en el fuego ardiente que te consumió y consumirá — Sus palabras crean un nudo en mi garganta — Recuérdalo, soy el alfa y el omega, el principio y el fin, lo bueno y lo justo, caminaras por senderos rocosos porque desear la destrucción de un ser te guía a tu propia destrucción.

No supe que decir, no pude responder, aún de rodillas empecé a sollozar, su temple es majestuosidad pura, es sentimental.

— Señor, le pido que me perdone.

Perdona la maldad y siempre serás perdonada — Es lo último que escuché antes de que la luz dejara de iluminar el mundo y la voz desapareciera, cuando desperté me encontraba en el sofá. Ya no estaba en la cocina, ni en la sala del trono.

Diablo: Renacer2©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora