Anuncio inesperado
Las paredes diáfanas y carmesí son lo que nos recibe, damos unos pasos adentrándonos al lugar y al ver toda la decoración sublimé los recuerdos me regresan, los momentos en que estuve aquí, Sidragaso regresa a mi mente, vuelvo a ver su sonrisa en cada rincón del castillo Lucero.
Leit-Rad me regresa al pequeño que está un poco inquieto y pidiendo permiso se retira, haciéndonos una reverencia, ese es un acto al que tengo que acostumbrarme ahora más que nunca. Diablo me conduce por los pasillos y el camino se me hace demasiado conocido, esbozó una sonrisa cuando nos detenemos en la puerta gruesa de mármol, él les ordena a los dos guardias que también me resultan familiares, que abran la puerta, ellos hacen lo que se les indica.
La habitación nos recibe y noto que todo está cual lo dejé la última vez, las sábanas de la cama es lo único que parece que cambian todo el tiempo, pero hasta las cortinas del ventanal siguen siendo igual, blancas, casi trasparentes, que reflejan la luz del cielo rojo, el cuadro de Diablo se encuentra en el mismo lugar, y puedo respirar aquel aire de familiaridad.
Me paseo por la habitación con Luzciel en brazos, él ojea todo el lugar, todos los colores, se hipnotiza por la belleza y mucho más por las piedras preciosas.
—Ahora sí puedo decir que he vuelto — Manifesté, Diablo se vuelve hacia mí y envuelve con sus fuertes brazos mi cintura, dejó caer mi cabeza en su pecho.
—Ya era hora de que volvieras a casa, amor — Proclama con emoción. Siento su aliento en mi mejilla cuando desciende, depositándome un beso en el cuello y otro a Luzciel en su sien —Ya era hora de que ambos volvieran.
Dicho esto, me quedé mirando cada rincón de la habitación, Diablo tomo a Luzciel en brazos un rato antes de que se apareciera el rey Mammón para llevárselo, diciéndole que tenía que ir urgente y yo sé con claridad cuál es esa urgencia. Lilith.
Me quedé sola en la habitación, acto que se me hizo tan peculiar, pero no paso ni cinco minutos cuando Leit-Rad regreso con otras demonias que las había visto una que otras veces por los pasillos.
—Señora, es momento de que conforme su propia corte — Indica.
— ¿Corte?
—Sí, quiénes le van a ayudar con el anticristo y con sus habitaciones, el Dios ha ordenado que debe tener una corte para que le sirva, es el momento para elegir, le traigo a las demonias más leales en este castillo — Señala a la fila de mujeres que mantienen la cabeza agachada esperando cualquier orden.
Las analizo a una por una y voy asignando a las que me gustan. Me acercó a una de tez oscura y cabello castaño, ella hace una reverencia.
—¿Cómo te llamas? — Le cuestione, ojeándola de arriba abajo, deteniéndome en sus vestiduras que resulta ser más finas que las demás.
—Ahharu, mi Diosa.
Mantiene las manos unidas demostrando respeto.
—Tú te encargarás del anticristo junto a Leit-Rad, de todos sus cuidados — La demonia asiente.
—Será un honor, señora.
Les ordeno a todos que se retiren y para cuando el cielo se torna en un rojo profundo dejándome claro que ya es de noche, Diablo llega por Luzciel y por mí a la habitación, caminamos por los pasillos y me pego a mi hijo que se ha quedado dormido cuando vislumbro la alfombra bañada en oro y las paredes negras, con la puerta al fondo con aquellas cosas escritas, supe enseguida donde estamos.
Diablo abre la puerta y nos adentramos, toma al pequeño en brazos y se despierta, cuando tuvimos que subir las escaleras en espiral, abrí la puerta roja adentrándome al jardín.
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Diablo: Renacer2©️
DiversosCuando la Diosa del abismo dejó todo su mundo y subió a los cielos, inicio un infierno ardiente para el Diablo, quién se quedó con su corazón destruido, aquello fue una ventaja para que un nuevo enemigo se alzará en contra de la oscuridad y de la lu...