CAPÍTULO:𝟑𝟑 Destruido

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Por un solo segundo quedé flotando en la nada, mi cuerpo se sintió liviano, algo adolorido, las palabras del rey de la lujuria solo me hirieron, me hicieron caer del risco, estrellar mi cuerpo en las rocas y cada golpe dolió más que el anterior

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Por un solo segundo quedé flotando en la nada, mi cuerpo se sintió liviano, algo adolorido, las palabras del rey de la lujuria solo me hirieron, me hicieron caer del risco, estrellar mi cuerpo en las rocas y cada golpe dolió más que el anterior.

Mi vista se pierde en los pedacitos de porcelana que yacen el suelo, es como si el tiempo se hubiera detenido por un segundo, pero cuando volvió a su curso me arrancó el corazón.

— ¿Qué? — Mi susurró podría no haberse escuchado por lo tan bajo que sonó.

—Como lo oyes, la jerarquía, la asamblea en el cielo, lo condeno a arrancarles las alas, dicen que fue un pedido por parte tuya hacia Yahnnetts.

Mi alma cayó a mis pies, la anticipación me recorrió doliéndome los huesos. Fue Mikael quien tuvo que acercarse y detener mi caída con sus brazos.

¿Pedido mío?

No, no, yo no le pedí que hiciera algo como eso, no lo pedí.

"Y quiero cegarme de aún más odio para poder. Para poder arrancarles las alas como él lo hizo conmigo" "Eso es lo que quiero, que sufra, verlo arrodillado, suplicando, verlo llorar lágrimas de sangre, eso es lo que quiero, quitarle lo más preciado que tiene, que son sus alas, verlas como estás se hacen cenizas, como se hacen nada, deseo tanto verlo destruido"

Mis propias palabras absorben un sabor amargo, arduo.

—Ella nunca pidió eso — Contesto Mikael sin dejar de sostenerme.

—Sí, lo pedí — Lo interrumpí, las miradas de los reyes cambio rotundamente a estupefacción, hasta el arcángel me ojeo como si no me conociera — Pero no era lo que deseaba, lo dije porque estaba enojada, no medí lo que dije y ahora ella hará lo que no debe hacer.

No puedo concentrarme, el llanto de Luzciel avasalla mis oídos, Leit-Rad intenta calmarlo, pero no lo logra, entonces me doy la vuelta, camino hasta ellos y tomo a mi hijo en brazos, moviéndolo de un lado al otro, poco a poco se va calmando, aunque los lagrimones de su rostro no desaparecen.

—Creó que iré al cielo, para ver qué es lo que ocurre, veré lo que puedo hacer — Murmura el arcángel antes de salir de la casa y ascender al cielo.

—¿Qué haremos? — Me dirijo a los reyes, con Luzciel en brazos.

—¿Qué haremos? — Vacila Mammón — ¿Entonces si te interesa? Lo mandaste a condenar, tú diste la orden siendo el padre de tu hijo — Se limpia una lágrima que cae de su mejilla mientras me reclama — Ahora no sé quién es peor, si tú o él, ¿Sabes qué es que le arranquen las alas a un ángel? ¡Nada de lo que has sentido hasta ahora se compara con ese dolor!

Y merezco que este enojado conmigo, yo misma lo estoy.

—Mammón, tienes que calmarte, peleando entre nosotros no vamos a solucionar nada, y Yasbeth es la única que puede ayudarnos ahora — Reprende Leviatán acercándose al demonio que no deja de verme como si quisiera matarme — Vamos a la mansión, podemos dejar protegido al anticristo con los reyes, en cuanto busquemos donde llevaron a Diablo.

Diablo: Renacer2©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora