Diablo: Renacer2©️

CAPÍTULO: ➋ Arcángeles

ARCÁNGELℰS

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Yasbeth

El Edén un paraíso que descrito en la biblia se queda corto, se queda pequeño comparado con la realidad.

Al principio me pareció como si estuviese devuelta en la habitación de Diablo, pero al seguir viendo más, lo supe, este lugar es extremadamente enorme y no es el Infierno, es el jardín en el cielo, la tierra prometida deseada, el paraíso prometido, el lugar más divino y hermoso de todo lo creado o existido.

Si tengo que sufrir, si el mundo tiene que sufrir para recibir la recompensa del Edén, lo harían, sufrirían y con gusto, llorarían con una sonrisa y serian diferentes, mantuvieran la fe, mantuvieran la esperanza porque ahora puedo decir que valió la pena el dolor, valió la pena todo, ahora sé que, si existe, entiendo toda la verdad de cada pregunta que me hice y que la respuesta era dolor.

Continuamos caminando en piedras de oros, las dos nos mantenemos en silencio. No hemos dicho ni una sola palabra, creó que porque estoy contemplándolo todo, los manantiales, los diamantes.

Los árboles con frutos, puedo decir que contempló la belleza de la vida, las flores con colores extraordinarios, el césped verde con toque brillantes, el aroma a Jazmín, simplemente estoy mirando lo inimaginable, lo que nadie descifraría, lo que nadie creyera que fuese real.

― Es hermoso ¿verdad? ―Yahnnetts rompe todo el silencio que existe entre las dos.

― Demasiado hermoso, no tengo palabras para esto ― sincere, su sonrisa me muestra el resplandecer de su alma.

― ¿Nos sentamos? ― Asiento y nos sentamos en unos bancos del lugar, arcaicos y de madera blanca.

El silenció solo reino unos microsegundos porque la Yasbeth curiosa no ha muerto y contempló el supuesto tatuaje en ella.

― ¿Qué es? ― Lo señaló ― ¿Es algo representativo?

― Así es ― Me mira ― Indica que soy un serafín, la posición más alta del cielo.

― Entiendo, es acerca de la jerarquía ― Asiente dandome la razón ― Sé que Diablo era un. . .

Y me callé porque no debí mencionarlo, pero fue inconscientemente. Mi boca habló más rápido de lo que pudo pensar mi mente.

― Querubín ― Termina la oración por mí ― Un protector de los cielos, realmente los serafines somos la posición más alta y luego le siguen los querubines, pero al Lucifer ser el lider de los querubines y uno elegido para arcángel, incluso puedo decir que su posición era más alta que la mía, su poder estaba en ese entonces por encima de mí.

Explicó como si yo quisiese escuchar aquello.

― Perdón por mencionarlo y. . .

― Tranquila, Yasbeth ― Posa su mano encima de la mía con calma ― Podemos mencionarlo, no es tabú, ni algo prohibido, nadie te enjuiciará por mencionarlo.

― Esta bien.

Bajó la mirada hasta mirar nuestros pies, callandome por completo, ella nota mi incomodidad porque respira hondo antes de hablar.

― Ahora te encuentras en el cielo y supongo que nadie te ha preguntado ¿Cómo te sientes con todo esto? ¿Cómo has estado? ― la miró a los ojos.― Puedes confiar en mí.

En realidad ¿puedo confiar en ella?, no lo se, confíe en alguien y este me destruyó, pero necesito desahogarme, necesito sacar mi dolor o si no siento que me ahogó.