3 años antes.
Alexandra Ellingson.
¿Alguna vez te has detenido a pensar en detalle acerca del curioso lugar en que se convierte tu cerebro cuando estás borracho?
¿No?, ¿solo soy yo?
Bueno, puede que esté un poco borracha justo ahora, lo que en realidad es bastante sorprendente porque suelo tener una resistencia al alcohol bastante remarcable. Y no quiero decir remarcable para una chica. Quiero decir remarcable para un camionero.
Así que es bastante curioso que mi cerebro se haya detenido a disfrutar de esa pequeña ventana de inconsciencia justo mientras el cuerpo de Gabriel Atlas se inclina hacia un ángulo extraño antes de que caiga acostado en el suelo del baño. Es demasiado alto para estar acostado cómodamente, y mi curioso cerebro borracho se distrae en el hecho de que el pantalón de vestir de ese traje cuya marca sabría si fuera una chica mejor, hace que sus piernas de por sí largas y fuertes parezcan algo digno de una escultura.
Debería preocuparme más porque hace dos minutos estaba vomitando sus entrañas y es posible que se ahogue con su propio vómito espontáneamente, pero ya que tampoco estoy en mi mejor forma, y como ya mencioné mi cerebro vaga por rutas salvajes cuando está intimando con el alcohol, por un segundo me inclino a jugar con la lista de escenarios divertidos en los que podría tener a Gabriel Atlas acostado, semi inconsciente y todo para mí.
- Eres bonita – Me dice de repente, interrumpiendo el insolente rumbo de mis pensamientos. Me sobresalto ligeramente, pero no lo suficiente para que él lo note, o para que eso lo detenga de expresar justo lo que está pensando – Y tan diferente a Meredith.
No tiene que decir eso dos veces, ya que Meredith es una amazona rubia de piernas interminables, adoradora de la alta costura y, aunque esos atributos deberían ir en contra de lo siguiente, también lo suficientemente inteligente para trabajar como pediatra en una reconocida consulta privada que lleva su nombre. Sería fácil odiarla si no fuese también lo bastante genial como para ser la esposa de Gabriel Atlas. Solía pensar que eran la pareja perfecta, y aunque como la mayoría de amigas de su hermano menor había tenido un breve crush adolescente con él, lo había superado hace el suficiente tiempo como para soñar secretamente con un matrimonio tan feliz como el suyo con Meredith.
Excepto por el evidente hecho de que él estaba acostado en el baño de la casa de sus padres, borracho como una cuba, y al parecer Meredith era la responsable.
- Y tú eres sexy como el pecado, también muy diferente a todos los fracasados con los que suelo involucrarme. Ahora, si ya terminamos de resaltar lo obvio y concluiste la parte de vaciar tu estómago, déjame levantarte para llevarte a tu habitación
Me mira mientras batallo lo justo para ponerme en pie. Dándome cuenta de que no voy a lograrlo, bajo los cierres de los botines de tacón alto que no sé para qué me molesté en ponerme y finalmente logro erguirme sobre mis pies. Estoy usando un corto vestido negro que no es nada del otro mundo, pero por un segundo Gabriel me mira con un interés que me hace híper consciente del largo tramo de mis piernas descubiertas, la suave caricia de la tela en mi cintura y el hecho de que no llevo puesto un sujetador ya que la espalda del vestido es descubierta y ya que es mi cumpleaños, pensé que bien podría hacerme un poco la sexy.
- Dejaría que me llevaras a donde fuera – Es bastante sorprendente que, aunque hace unos segundos lo vi verter sus fluidos estomacales en el sanitario, se las arregle para hacer que eso suene sexy
- Y yo lo haría si no estuvieras casado. Ahora ayúdame un poco, ¿quieres, cariño? – Le pido mientras me inclino a su lado, tratando de encontrar el ángulo más cómodo para levantarlo del suelo. Sigue mirándome sin ayudar a ese propósito, así que no es particularmente sencillo
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Dos cartas de amor
ChickLitAlex siempre había soñado con una carta de amor, pero en realidad no la estaba esperando. Ciertamente, no la estaba esperando de él. La abrumadora química sexual con un Gabriel Atlas roto y despechado era algo para lo que no estaba preparada. No es...