- Oye, cielito – Escucho una voz femenina a mi lado. Gruño algo sin sentido y trato de volver a dormir, solo para ser zarandeado suavemente – Despierta, Atlas
- ¿Qué demonios quieres? – Gruño, rodando sobre mi espalda y abriendo los ojos en contra de mi voluntad. A pesar de que es una iluminada mañana de final de verano, una lluvia ligera golpea las ventanas y la habitación de encuentra incongruentemente fría. La consciencia viene a mi encuentro lo suficiente para descubrir a Sasha Donovan sentada al borde de mi cama
- Me enviaron a decirte que van a darle el alta a Alex. Todo el mundo se va a casa – Explica
- ¿Ella está bien? – Pregunto, frotándome los ojos. Miro mi reloj para descubrir que apenas es pasado el mediodía, así que no he dormido más de 4 horas
- Tan bien como cabe – Responde Sasha con un encogimiento de hombros. Asiento una sola vez, tentado a preguntar por detalles, pero no sé que tanto sabe Sasha. Estoy seguro de que mi rostro es perfectamente transparente, porque ella me da un poco más – No se acuerda de nada, que es lo esperado de acuerdo con las drogas que había en su sistema. Meredith llenó toda su historia clínica y le habló de sus opciones. La prueba de violación dio negativa, y no hay rastros de contacto sexual genital
Escucho mi propia exhalación cuando dejo pasar el aire entre mis dientes apretados, sintiendo que una carga ha sido removida de mis hombros. La noche pasada Alex fue vulnerada de más maneras de las que tienen sentido, pero sacar esa en particular de la lista no es más que un alivio.
- La policía acaba de tomar su declaración. No sirve de mucho, pero es necesario si eventualmente decide tomar acciones contra Vanderbilt – Termina de explicar Sasha
- ¿Eventualmente? – Repito. Ella se encoge de hombros
- Ella no se acuerda de nada más que de estar con él por última vez. Es el culpable más probable, pero realmente no estamos llenos de pruebas en su contra desde que ella no tiene ningún recuerdo. Sigue demasiado perdida como para saber qué quiere hacer al respecto.
Asiento lentamente, porque tan cegado como estoy por mi propia ira, sé perfectamente lo que quiero hacer, pero tiene sentido que ella no lo sepa. Ni siquiera me imagino el terror de no tener idea de lo que pasó anoche, o de la angustia que debió suponer escuchar la palabra "violación". Por fin me doy cuenta de la tensión que parece atravesar el cuerpo de Sasha, allí sentada al borde de la cama como si estuviera lista para estallar. Toco suavemente su hombro y da un respingo que sería cómico en otras circunstancias, si tan solo no delatara que está tan al borde como todos nosotros.
- Alex es fuerte. Va a estar bien – Intento tranquilizarla. Sasha niega con la cabeza
- No entiendes. Yo la mandé a una cita con ese hijo de puta – Su voz es un siseo mientras se pone de pie y se lleva las manos a la cabeza – Yo lo puse en su vida. A pesar de tus advertencias de que no le convenía, a pesar de que Meredith y él... - Hace una pausa y deja escapar algo que es mitad sollozo, mitad jadeo, como si se diera cuenta de que me ha dejado ver que sabe algo que no debería saber, pero en este punto ya da lo mismo
- No es tu culpa, Sash – Suspiro, poniéndome de pie solo para volverme a sentar, pues estoy medio grogui y no sé cómo contenerla cuando yo mismo me siento en pedazos – No has sido más que una buena amiga para ella. Es una situación horrible, pero el único culpable es él
- Quiero matarlo – Declara ella simplemente. Eso me espabila lo suficiente para que me acerque y la atraiga entre mis brazos
- No hagas nada estúpido. Alexandra te necesita – Susurro contra su cabello, porque considerando que deseo torturar a ese hijo de puta, eso es lo más tranquilizante que logro decir
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Dos cartas de amor
ChickLitAlex siempre había soñado con una carta de amor, pero en realidad no la estaba esperando. Ciertamente, no la estaba esperando de él. La abrumadora química sexual con un Gabriel Atlas roto y despechado era algo para lo que no estaba preparada. No es...