Capítulo 4

115 12 14
                                    


Gabriel: Alex

Gabriel: ¡Alex!

Gabriel: ¿Estás dormida?

Gabriel: ¡Por favor no estés dormida!

Gabriel:

La incesante vibración de mi celular me despierta.

No recibo muchos mensajes, así que no suelo estar muy al pendiente del aparato en cuestión.

Sin embargo, desde esa tarde en la piscina de los Atlas, una semana y media atrás, Gabriel me escribe con frecuencia. Los límites de nuestra relación aún son vagamente borrosos para mí, así que evito ser quién le escribe primero, pero no tengo problema en continuar con la conversación cuando él la inicia.

Volvió de Mykonos hace unos días, y de inmediato se reunió con Jason, su abandonado mejor amigo. Resultó que Jason también es abogado, y aparentemente no una persona rencorosa, porque no tuvo problema aceptando las excusas de Gabriel y ahora están discutiendo la posibilidad de abrir su propio bufete juntos. Al parecer involucra más papeleo y trabajo previo del que entiendo, pero Gabriel parece feliz al respecto, y me alegro por él.

Giro sobre mi espalda para ver sus mensajes, y me odio por sonreír. Trevor está acostado en la almohada sobre mi cabeza, y ronronea cuando me muevo.

Alex: Me quedé dormida viendo una película. Ahora muero de hambre, ¿qué pasa?

Gabriel: No puedo dormir, y los beneficios de tener una amiga joven es que no estás dormida un lunes a media noche

Alex: No soy esa clase de joven, viejo

Gabriel: Me decepcionas

Hay silencio por un rato, y me muerdo el labio porque ahora tampoco quiero que se vaya.

Cuando se fue de mi casa, estuve segura de que nunca tendríamos contacto otra vez. Supongo que por eso atesoro que mantengamos esta forma de comunicación. Nunca me llama, ni mucho menos habla de volvernos a ver, pero como que me gusta nuestra amistad virtual.

Es segura para mí, y me gusta distraerle de la realidad de su vida.

Alex: ¿Por qué no puedes dormir?

Gabriel: Porque estoy harto del hotel, y porque extraño muchísimo a mi niño

Alex: Lo siento

Gabriel: Meredith no me deja verlo. En teoría no es mi hijo, y ella solo quiere que retire los papeles de divorcio

Alex: ¡Esa perra!

Gabriel: Lo sé. No estaba preparado para perderla a ella, pero la idea de perder a Matt...

Alex: Eres un abogado, cielo. Se te va a ocurrir algo. Sabes sus secretos más sucios, presiónala con algo. Eres el único padre que Matt conoce, y solo no es justo

Hay silencio durante tanto tiempo que creo que mi vena vengativa lo ha asustado, o tal vez se durmió.

Suspiro antes de levantarme de mi cama, porque realmente muero de hambre. Es muy tarde para una comida decente, así que sirvo un tazón de cereales con yogurt y regreso a mi habitación. Apago mi computadora mientras como y deshago mi cama apropiadamente.

Estoy alejando el celular de mi almohada cuando vibra en mi mano.

Vibra tan fuerte que casi lo dejo caer, y eso es porque no es un mensaje sino una llamada.

Dos cartas de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora