Capítulo 28

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Sasha y Josh se casan en una ceremonia hermosa, en la que es evidente que se aman de manera desgarradora. Él pronuncia unos votos cortos y claros, como si amarla de esa manera fuera tan natural que no entendiera por qué tiene que explicarlo. Ella le dice que está de pie allí frente a él para celebrar su amor ante el mundo, gritar su felicidad y encargarse de que él lo sepa. Me encuentra entre el público para hacerme un guiño antes de volverse y darle a su nuevo esposo un beso tan apasionado que los padrinos les silban mientras las damas se secan las lágrimas.

Es una linda boda.

Una vez ellos atraviesan el pasillo como marido y mujer, los invitados somos dirigidos al salón contiguo, donde un par de docenas de mesas preciosamente decoradas nos esperan para dar inicio a la celebración. Estoy susurrando al oído de Adeline toda la crisis de la novia mientras ella ríe en su mano cuando descubrimos que estamos en la misma mesa de Jason.

Saco una silla para ella mientras me mira con expresión curiosa. Hay una cajita blanca de filigrana llena de chocolates frente a cada puesto con las iniciales de los novios, así que empiezo a comerme la mía bajo la atenta mirada de Adeline

- ¿Qué? – Le pregunto con la boca llena de chocolate

- Nunca te digo que te admiro, pero sabes que lo hago, ¿cierto? – Me dice de la nada. Le devuelvo una mirada confundida

- Eres rara – Le respondo, frunciendo el ceño. Ella me da un golpe en el hombro

- Y tú tienes que aprender a aceptar un halago. Solo agradéceme

- Gracias, cariño – Le digo dócilmente. Ella asiente

- Lo que hiciste por Sasha fue algo genial. Me encanta trabajar contigo, pero supongo que en la oficina no me doy cuenta a menudo de que eres un romántico

- Cállate – Bufo – No soy semejante cosa

- ¿Qué te acabo de decir acerca de los halagos? – Me reprende

- No es un halago que me digas que soy romántico con la mujer de otro tipo. Especialmente cuando no llevan casados ni una hora

- No estaba pensando que fuiste romántico con ella exactamente – Observa ella levantando las cejas. Ruedo los ojos

- Solo cierra el pico

Pero porque soy idiota, esa apreciación me hace dudar.

Escaneo el salón con la mirada y la encuentro posando para algunas fotos profesionales con Nate y las demás damas y padrinos. Es una noche ocupada para todos ellos, así que supongo que no escucharé mucho de ella hasta dentro de un rato. Si todavía la conozco algo, estoy bastante seguro de que va a tener algo para decirme.

Pienso en eso mientras sirven la cena. Lo pienso durante los brindis y cuando los novios parten el pastel. Lo estoy pensando cuando pido una segunda ración de pastel porque de verdad es bueno, y se me pasa por la mente cuando los novios hacen su primer baile.

Pero entonces los protocolos se acaban. Sasha sale de su vestido de novia formal y pasa a un vestido de fiesta blanco que la hace ver radiante, y entonces la fiesta inicia en todo su esplendor. Son una pareja joven a la que no le importa mucho más que festejar su amor, así que es una fiesta en toda regla. En realidad, Jason, su esposa Kelly, Adeline y yo la estamos pasando bastante bien, así que soy distraído con facilidad del hecho de que conozco a casi todo el mundo en esta fiesta y he saludado a todos, charlado con todos y bailado con varios, pero de alguna manera no me he cruzado con ella.

Por eso, cuando Jason se lleva a Adeline para bailar con ella, es imposible no darme cuenta de que me está evitando.

En realidad, no es una reacción descabellada del todo. Simplemente es un poco inesperada porque ella no solía ser de las que evitan las cosas. De repente, me planteo que lo que me escuchó decirle a Sasha pudo no generarle la menor curiosidad. Me reprendo a mí mismo por esperar algo, cuando la nuestra es una historia que caducó hace tanto tiempo.

Dos cartas de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora