Para ser un eminente arquitecto graduado de una buena universidad de la Ivy League y un talentoso artista aclamado por la crítica, queda mucho de los jóvenes Josh y Nate que tuvieron una banda en la adolescencia a pesar de carecer de cualquier rastro de talento musical, así que están de pie coreando a la banda revelación de la actualidad mientras Sasha y yo caemos rendidas en los sillones de nuestro pequeño cubículo VIP.
Resultó que nuestros pases habían sido un regalo de un cliente que obviamente no conocía a Gabriel, y aunque la mayor parte del festival se desarrollaba en un terreno al aire libre, nosotros estábamos ubicados bajo una carpa con cómodos sillones de vinilo y champagne a nuestra disposición. Habíamos oído tanto a bandas bastante reconocidas como a nuevas promesas del género y en realidad había sido una noche bastante divertida.
En el VIP vecino un moreno espectacular de una de las bandas que tocaron más temprano esta noche me da una mirada otra vez y me dedica una sonrisa coqueta. Le devuelvo la sonrisa mientras me llevo mi copa de champagne a los labios. Detectando el intercambio, Sasha se vuelve hacia mí y me da una mirada ceñuda.
- ¿Qué? – Le pregunto, fingiendo inocencia
- Pensé que te iban los rubios – Murmura ella, toda enfurruñada
- Me van los hombres sabrosos como ese – Aclaro
- Mmm – Gruñe
- ¿Qué? – Repito
- Pensé que estabas arreglando las cosas con Gabriel – Escupe por fin
- Solías conspirar con Nate para que nunca me encontrara con él, ¿y ahora eres su mayor admiradora? – Ruedo los ojos exageradamente y apuro otro trago de champagne porque, ¿en serio?
Gabriel Atlas está furioso conmigo, pero aún así suelta esas declaraciones que me estallan el cerebro cada vez que estamos solos y de alguna manera se niega a darme el confort de estar al mando sencillamente cediendo a la tensión sexual, que es lo único que sé cómo manejar entre nosotros. Supongo que todo eso te hará comprender por qué el hecho de que mi mejor amiga sea su defensora número 1 me molesta como el infierno.
- En toda esa conspiración para que no lo vieras resulta que también me alejé de él en este último par de años, así que no me había dado cuenta de lo mucho que ha cambiado
- Solo se dejó crecer la barba – Rezongo obstinadamente, aunque sé exactamente lo que Sasha quiere decir
- Lo que le queda bastante bien, si debo añadir – Observa ella, haciendo un brindis imaginario en honor a la buena apariencia de Gabriel – Pero además de eso, se ve relajado. Todavía tiene ese aire de sofisticación y seguridad, pero ahora luce más tranquilo. Y después de lo que hizo en mi boda resulta que sí, de hecho, soy su mayor admiradora – Termina por agregar, porque Sasha Donovan no cree en las medias tintas.
Cuando no le ofrezco nada a cambio, me da un golpecito en la frente mientras niega con la cabeza como si fuera una maestra y yo su alumna más retardada. Le hago una mueca mientras se levanta a bailotear con los chicos. Me quedo toda enfurruñada bebiendo mi champagne y tal vez porque tuve demasiado de eso, tal vez por la charla con Sasha o tal vez porque estoy pensando en él de todos modos, saco mi celular de mi bolso y, por primera vez en tres años, le escribo un mensaje a Gabriel Atlas.
Alex: Sasha está enamorada de ti
Presiono enviar sin importarme el hecho de que es cerca de la 1 de la mañana, o que luego de tres años de silencio es una línea de apertura bastante ridícula. Pasan 5 minutos y estoy segura de que no me va a responder cuando veo saltar los puntos que indican que está escribiendo.
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Dos cartas de amor
ChickLitAlex siempre había soñado con una carta de amor, pero en realidad no la estaba esperando. Ciertamente, no la estaba esperando de él. La abrumadora química sexual con un Gabriel Atlas roto y despechado era algo para lo que no estaba preparada. No es...