- Woow – Dejo escapar entre mis dientes.
Estoy de pie en un gran salón de exposición del MoMA, mirando frente a frente el lienzo de casi dos metros firmado simplemente con el apellido Atlas.
El verano casi ha muerto del todo, y faltan dos días para que regrese a la universidad y 3 para que empiece mi pasantía. Sin embargo, justo la llegada del otoño es la ocasión que convoca la presente exposición, y es el tema central de la pintura de Nate.
A simple vista, es el rostro de una mujer. Una mujer hermosa con un largo cabello de bucles rojo fuego. Sin embargo, visto de cerca, toda la composición está hecha con hojas secas de diferentes tipos de árboles, por lo que las texturas, colores y formas son diferentes entre sí, y le aportan al conjunto una hermosura que quita la respiración.
Había visto el dibujo bosquejado en el lienzo y ya era bellísimo, pero la obra terminada es simplemente hermosa.
- Nate, es increíble – Le felicito – Si fuera una esposa trofeo de la Quinta Avenida con una chequera con fondos ilimitados, la compraría sin pensarlo – Nate se ríe y deposita un sonoro beso en mi mejilla
- Sabía que te gustaría
- En serio, cariño. Es deslumbrante
- Gracias – Sonríe, y alumbra como un faro
- Es preciosa, Nate – Dice Sasha, antes de volverse para darle un abrazo.
Llegó un poco más tarde que yo, así que le tomó un poco más recuperarse del impacto de la obra de Nate.
Es decir, desde la secundaria sabíamos que era talentoso, pero esto lleva su trabajo más allá.
También, aunque la sala está llena de pinturas y esculturas de nuevas promesas del arte, el lienzo de Nate parece brillar con luz propia.
- Ya basta chicas, me van a hacer sonrojar – Bromea él, rodeándonos a ambas por la cintura
- Oye, deberías hacerte un tatuaje o algo – Indica Josh, apenas volviéndose hacia nosotros y apartando su atención del lienzo – O dejarte crecer el pelo y la barba, o algo. Los chicos que parecen modelos de Abercrombie no pueden ser artistas famosos
Supongo que decirle "artista famoso" es la forma de Josh de decirle que le gusta su trabajo. Nate hace todo el descarado acto de besar a Sasha en la mejilla, como si Josh creyera que su chica lo traicionaría, y sintiera alguna ínfima porción de celos de Nate, a quién conoce desde el jardín de infantes.
- Esta cara es la que me consigue a las chicas bonitas – Señala Nate obstinadamente. Yo recargo mi mejilla en su hombro y Sasha le devuelve el beso
- Estoy orgullosa de ti – Le dice ella
- Inmensamente – Agrego
- Y yo solo vine aquí por el vino, así que van a conseguirme un poco o qué – Reniega Josh – No soy amigo de un tipo tan talentoso solo para que me refriegue a sus mujeres en la cara
- Vamos por el jodido vino. Dios, ¿no eres un estudiante de arquitectura más o menos decente?, ¿no puedes comprar tu propio vino? – Farfullo, mientras arrastro a Nate y a Sasha hacia la pequeña barra donde sirven vino y canapés a los visitantes de la noche de apertura de la exposición en la cual participa la obra de Nate.
Aunque el circuito artístico no es mi elemento, por tratarse de artistas nuevos el ambiente se siente un poco más bohemio, y aunque los críticos andan rondando por ahí, no reina el silencio ni el esnobismo de los grandes museos.
ESTÁS LEYENDO
Dos cartas de amor
ChickLitAlex siempre había soñado con una carta de amor, pero en realidad no la estaba esperando. Ciertamente, no la estaba esperando de él. La abrumadora química sexual con un Gabriel Atlas roto y despechado era algo para lo que no estaba preparada. No es...