Lonely Boy (Jinkook)

11.

El lunes había comenzando mal. Eso solo era sinónimo de que todo iría mal. Estaba en modo negativo y ni las deliciosas galletas de Jimin lo iban a sacar de ese estado.

Todo había partido cuando su reloj decidió no sonar en la mañana, iba apurado y al parecer su auto olía la desesperación porque decido no arrancar, simplemente no arrancó, lo tenía desde el viernes en el estacionamiento y todo estaba bien y ahora solo no quería partir.

Tuvo que correr a tomar la locomoción y lo odiaba, tanta gente, tantos olores distintos tan temprano ¿Quien usaba tanto perfume tan temprano? ¿A quién rayos se le ocurría fumar a esta hora? ¿Y quién diablos había olvidado ducharse?

Cuando llegó a la oficina ya iba más de 30 minutos tarde por lo que paso a buscar un café en la cafetería del trabajo para mejorar un poco el día.
Como era obvio su jefe le volvió a dar la charla sobre la puntualidad y responsabilidad en el trabajo para tener un grato ambiente laboral y que claramente debía recuperar cada minuto perdido, en conclusión pura mierda.

Y cuando estaba sentado en su puesto y pretendía contarle todo lo malo que le había pasado en la mañana a Jimin, este no estaba. En su lugar estaba  Jinyoung con su traje pulcramemte puesto, bien peinado y que lo saludo brevemente y volvió a trabajar tan silencioso como recordaba.

¿Por qué Jimin no le habia avisado que lo cambiarían? Su respuesta vino cuando se giro a su propio escritorio y se encontró con un tupper lleno de galletitas caseras y un nota con la pulcra letra de Jimin

"Me avisaron apenas llegue.
Revisa tu maldito celular!"

Su celular, ni siquiera sabía dónde estaba su celular con todo lo le que habia pasado en la mañana y cuando no lo encontró en sus bolsillo, ni en su maletin quiso pensar que lo había dejado en el departamento o en el auto y no que se lo habían robado o perdido en algún descuido mientras venia al trabajo.

La mañana fue eterna. En poco tiempo se había acostumbrado a que Jimin  hablara y hablara mientras trabajaba. Ahora que era casi la hora de almuerzo no había escuchado ninguna palabra de parte de Jinyoung además del saludo de hace horas atrás.

Cuando vio llegar a Jimin a la hora de almuerzo casi se lanzó a sus brazos de alegría, por lo menos seguirían almorzando juntos y así fue que hablaron casi toda la hora sin importar que sus comidas se enfriaba, sin importar las risas que soltaban con cada historia, ellos simplemente estaban felices de verse. Ninguno de los dos estaba feliz con él cambio de oficina.

Las horas extras como siempre se hicieron eternas, estaba sin el celular por lo que no podía ni escuchar música mientras trabajaba en la solitaria oficina.

Lo único bueno de salir tarde del trabajo fue que la locomoción estaba más desocupada lo le que permitió la fortuna de sentarse al lado de la ventana mientras iba de regreso a casa. Estaba agotado y recién era lunes, el solo pensar que mañana su auto seguiría malo le daba ganas de gritar en medio de la calle.

Se intento escabullir del conserje ya que tenía cero ganas de escuchar alguna historia, pero no pudo al ver que éste tenía su celular en la mano y le comenzó a contar como una vecina lo habían encontrado al lado de su auto. Casi grito de la alegría al comprobar que su celular no estaba perdido o que le lo habían robado.

Le agradecio al conserje cortandolo en medio de la historia y casi corrió al ascensor, cuando llegó ahí estaba Jungkook con la mirada fija en el piso y con sus manos llenas de bolsas, seguramente había escuchado que Seokjin venía y por eso no despejó su vista del piso hasta que se abrieron las puertas y entró hasta ponerse en una esquina.

Eran casi de la misma altura, pero ahí con los hombros encogidos, mirando hacia el piso y con su ropa ancha se veía pequeño, casi vulnerable y Seokjin que casi nunca hacía algo así inicio la conversación mientras veía como el ascensor comenzaba a subir.

-Gracias por la planta - apenas la recibió la había puesto junto con la de Jimin y a pesar de que pensó de que se le morirían al primer día eso no había pasado hasta el momento.

-¿Te gustó? Habían tantos tipos que quería comprarte varias, pero mejor me decí solo por una - comenzaba a hablar Jungkook primero bajito, pero después con más emoción.

El ascensor no tardó en llegar ambos bajaron y caminaron hacia sus puertas - No debí tratarte mal, claramente no fue tu culpa, agradezco tu regalo y también el de Hye - decía Seokjin y era la verdad con el pasar de los días se dio cuenta que nadie tenía la culpa más que la persona que lo habia drogado - de hecho debería agradecerles por llegar a tiempo - hablaba bajito y sabía que había vulnerabilidad en sus palabras y lo odiaba.

- Si te hubiera pasado algo o si a otra persona le hubiera pasado algo así en mi casa - respondía Jungkook mirándolo finalmente a los ojos y con lágrimas en ellos - era mi amigo ¿como saber si ya pasó esto antes? - preguntaba más para si mismo que para que Seokjin respondiera.

-No te puedes culpar Jungkook, pero si puedes advertir para que no lo haga con nadie más - y de verdad Seokjin esperaba y deseaba que nadie más pasara por eso - hasta hoy casi no recuerdo lo que paso, pero puedo sentir sus manos por mi cuerpo, sus besos, su saliva... Es asqueroso - no lo decía con la intención de herir más a Jungkook, pero necesitaba decírselo a alguien y existía la casualidad que sólo Jungkook estaba enterado de lo que habia pasado.

- Cada día que lo veo me contengo de gritarle en frente de todos, Él simplemente hace como que nada paso, el lunes pasado solo llego y me abrazo preguntándome si se me había pasado el mal humor - le contaba el menor limpiandose aún con las manos ocupadas una lagrima que caía  - tengo miedo de averiguar y  enterarme que haya pasado algo en esa pieza durante las fiestas anteriores - admitía.

Y Seokjin podía ver el miedo en los ojos del chico podía ver la rabia también así que solo lo agarro de la muñeca y le dio abrazo que el otro respondió con necesidad.

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