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Había sentido el celular de Seokjin desde el primer momento, pero las ganas de seguir besándolo y tocandolo fueron más fuerte así que siguió en eso, no quería dejar de sentir su lengua jugando con la suya, no quería soltar la fina cintura de Seokjin y de negaba a que este lo dejara de tocar tal como lo estaba haciendo, pero al parecer a su vecino el celular no lo dejaba concentrarse del todo por lo que paro el acalorado beso, sacó sus tibias manos de su cuerpo y contestó finalmente.

Pudo ver en primer plano como la cara de su vecino comenzó a ponerse más pálida lentamente, también se dio cuenta como su voz comenzaba a titubear cosa que nunca había visto antes en él y hasta creyó ver un rastro de incredulidad por su rostro.

Todo eso pasó en segundos y Jungkook solo escuchaba un suave murmullo al otro lado de la linea que no le daba ninguna señal de saber quien podía ser la persona con la que hablaba.

Se comenzó a preocupar cuando su vecino se comenzó a morder su labio con fuerza dejándolo casi blanco y estaba con la mirada perdida en la muralla en la que hace unos instantes había estado apoyado Jungkook.

- ¿Estas bien? - le preguntó una vez y no recibió respuesta. La segunda vez que le preguntó tocó su mejilla para que enfocará su mirada en él y pareció funcionar ya que Seokjin inmediato le devolvió la mirada aún sin responder - ¿qué pasa? - siguió intentando averiguar aún sabiendo que el chico seguía hablando por teléfono.

Siguió acariciendo la suave piel de Seokjin mientras esté siguió hablando por lo que parecieron cuatro o cinco minutos más en los que sólo respondía con monosílabos y cada cierto tiempo seguía mordiendo su labio con fuerza.

Cuando corto la llamada ambos se quedaron mirando Jungkook detuvo las caricias que había estado haciendo y pudo ver en Seokjin aún esa mirada afligida - te harás daño - le susurro Jungkook llevando su mano al labio inferior que aún lo tenía apretado entre sus dientes.

- Creo que necesito estar solo - lograba decir Seokjin y era la vez que más inseguro y vulnerable lo había visto. Si bien lo había visto algo vulnerable cuando lo habían drogado en su casa, esa vez también habia estado tan ejonado que esa emoción pareció comerce todo lo demás que sentía - me siento algo mal - seguía diciendo casi justificándose ante Jungkook - lo siento, de verdad lo siento, pero tendremos que dejarlo para otro día - sabía que lo estaba sacando del departamento de una forma sutil y Jungkook planeaba irse, pero no sin antes decirle alguna palabra de aliento o intentarlo por lo menos.

- Sabes que estoy a unos pasos - hablaba retirando su mano del rostro ajeno - y también sabes que tengo los horarios destruidos por la universidad así que solo hablame si te sientes mal - veía como Seokjin asentía ante sus palabras y lo acompañaba hasta la puerta.

Desde esa extraña llamada habían pasado tres días. Ninguno se había vuelto hablar o ver en esos días.
Jungkook no bromea cuando decía que sus horarios eran los peores en época de examen en la universidad por eso mismo aunque quisiera no había podía pasarse por la casa de su vecino y tampoco se lo había encontrado en el ascensor o pasillos estos días por lo que supuso que él también debió estar con mucho trabajo estos días. Y para colmo aún no tenía el número de celular, se habían acostado un montón de veces, pero aún ninguno había pedido el celular del otro y eso era algo que no dejaría pasar Jungkook la próxima vez que lo viera.

Esta mañana había salido de su departamento a las 6 am y ahora que era pasado de medio día e iba llegando a la entra de su edificio sentía que solo quería dormir y comer mucho ramen hasta el próximo día.
Quizás después de una merecida siesta de varias horas podría ir a comprobar como estaba Seokjin y quizás, sólo quizás poder terminar lo que habían comenzado hace unos días.

- Chico, chico - una mujer con dos grandes maletas y un bolso de mano se ponía en su camino y detenía sus apresurados pasos unos pocos metros antes del portal del edificio - ¿vives aquí? - le preguntaba la mujer de mediana edad de largo pelo castaño, perfume muy frutal que hizo arrugar la nariz de Jungkook y ropa que parecía cara.

Solo se limitaba asentir a la imponente mujer y esperar por si quería preguntarle alguna dirección, número de algún taxi o algo similar.

- Maravilloso, voy al octavo piso y necesito que alguien me ayude con las maletas - hablaba la mujer tendiendole el bolso deportivo. Jungkook quería negarse, decirle que había ascensor y que podía subir ella sola, pero no se iba comportar tan mal educado con alguien mayor que él, por lo que sólo aceptó el bolso colgándoselo en el hombro y tomó de la manilla una de las maletas para caminar al interior del lugar con la mujer siguiendole los talones y hablando del bonito y agradable que era el día.

-¿En que piso vives tu cariño? - le preguntaba mientras que con una mano le apretaba levemente su brazo con el que sostenía la manilla de la maleta ajena.

-Octavo - esperaba que no fuera peligroso revelar que vivía en el mismo piso, siguió mirando al frente esperando que el ascensor abriera sus grandes puertas.

- ¿Conoces a Seokjin? - y esa preguntaba había despertado una alerta en Jungkook y se giro rápido a mirar la mujer - soy su madre, de ahí saco su belleza - medio bromeaba la mujer, pero tenía algo de razón, tenía los mismo labios que Seokjin, las mismas facciones delicadas y pudo jurar que hasta tenían el mismo color de ojos.

- Es mi amigo - Jungkook la verdad no sabía porque razón había dicho aquello, pero solamente le salió decirle que eran amigo o algo parecido.

Antes de que ella respondiera se abrieron las puertas y ambos entraron arrastrando las pesadas cosas - ¿amigo de mi Seokjinnie? - preguntaba con confusión y algo de sorpresa la mujer.

-Algo así - era todo lo que se atrevía a contestar Jungkook y se comenzaba a sentir algo incomodo por la mujer que no paraba de mirarlo, casi como analizándolo.

- Algo así - repetía la mujer imitando sus palabras - Seokjinnie con amigos... Sorprendete - hablaba más para sí mismo la mujer.
Fue la primera que salió cuando las puertas se abrieron y camino con rapidez por el pasillo dejando atrás a Jungkook.

Caminaron por el pasillo solo con el sonido de las maletas y ninguno volvió a decir nada hasta que la mujer se paró frente a la puerta y comenzó a tocarla.

Bastaron tres golpes para que Seokjin la abriera, estaba vistiendo un delantal de cocina que Jungkook nunca había visto antes y salió con lo que parecía una cuchara en la mano.
La cara de su vecino fue de sorpresa al toparse con la mujer y pudo jurar que casi dejó caer la cuchara de la impresión.

- Se que dije que llegaría para la cena, pero adelante un poco el viaje - era ella la que interrumpía el incomodo silencio - ¿No le darás un abrazo a tu madre? - le preguntaba y le daba un abrazo a Seokjin que parecía sumamente frío e impersonal.

Antes de que se separaran del abrazo Jungkook ya había entendido que sobraba en ese encuentro por lo que dejó la maleta y el bolso ahí mismo y se dirigió hacia su puerta para darles un poco de privacidad.






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Capítulo para que esperen el muster ❤️

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Lonely Boy (Jinkook) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora