O23 | WELCOME ENOLA

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Sherlock Holmes

Unos toques en la puerta pusieron mis pelos de punta

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Unos toques en la puerta pusieron mis pelos de punta. Me observé una vez más en el espejo, arreglando mis prendas y peinado en el proceso, y luego me encaminé a la puerta de entrada. Tomé el pomo de la puerta y tiré de él, dándole acceso a la luz del exterior.

Me asomé por la puerta, esbozando una enorme sonrisa al verlos. Allí, frente a mi, se hallaba mi querido Sherlock, junto a su linda hermanita, Enola. Me sorprendí al ver lo bella que era, recordaba como Sherlock la describía como una niña hermosa, y nunca había dicho algo tan cierto.

-bienvenida Enola!- exclamé, abrazando a la adolescente, la cual se sorprendió ante mi reacción y colocó una mueca de incomodidad en su rostro. Me aparté algo avergonzada y la invité a entrar. Ella pasó por mi lado, mirando el interior del hogar con curiosidad, mientras que Sherlock me observaba sonriendo con ternura y una pequeña sonrisa en sus labios.

-creo que lo hice mal- le susurré, cabizbaja. El tomó mi rostro entre sus manos y besó mis labios dulcemente con aquellos labios que tanto había extrañado. Se separó, manteniendo su sonrisa, y colocó un mechón de pelo detrás de mí oreja.

-tranquila, es hasta que se acostumbre- nuestra atención se movió a la adolescente, la cual había carraspeado, en busca de llamar nuestra atención.

-cual será mi habitación?- preguntó. Sherlock le hizo una seña y comenzaron a caminar, perdiéndose por uno de los pasillos de la residencia Holmes.

Verán, Sherlock consideró que traer a Enola a nuestro hogar sería muy bueno para familiarizarse con ella. Sherlock aún mantiene la culpa de haberse perdido gran parte de la niñez de su hermanita por su trabajo. Es por eso que Enola estaba aquí.

Me aproximé a la cocina y coloqué en la mesa todo lo que, junto a Afrodita mi ama de llaves, preparé para la llegada de la menor Holmes; pasteles, galletas, tortitas, y todo para hacerla sentir como en casa.

Me hallaba muy emocionada ante su presencia aqui, siempre he querido conocerla pero mi trabajo como maestra no me permitía viajar, es por eso que quería que todo saliera perfecto. Aunque me desilusionaba ver la incomodidad que ella presentaba aquí.

Oí pasos detrás de mí y giré, encontrando a Enola viendo sorprendida la comida sobre la mesa. Por inercia acaricié mi barriga de unos pocos meses y es ahí cuando ella gira a verme y observa consternada la ligera curva en mi abdomen que se marca en mi vestido.

-estas embarazada?- preguntó. Mi confusión también estaba presente, me extrañaba que Sherlock no le hubiese contado acerca de su futuro hijo -oh Dios, por qué pregunto? Es obvio que estas embarazada-

-está todo en orden?- preguntó Sherlock, ingresando al comedor. Había dejado el pesado saco para colocarse una simple camisa Blanca con pantalones oscuros y zapatos a juego. Simplemente una maravilla.

-por qué no me dijiste que estaba embarazada?- me señaló mirándolo. Le hice una mueca, que le hizo saber que había metido la pata. Para ser uno de los detectives más astutos e inteligentes del siglo, era bastante tonto respecto a mujeres.

Él pasó de Enola y observó con deseo la comida sobre la mesa. Tomó una de las tortitas y la mordió, saboreandola por unos segundos antes de tragar y formar un semblante feliz en su rostro.

-simplemente deliciosas-

-Sherlock, por qué haces esto?- le preguntó su hermana de repente -por qué de repente tienes interés en mi vida? Justo ahora que estás formando tu propia familia y puedo resultar un estorbo...-

-oh Enola, no digas eso- me acerqué a ella, tomándola de los hombros y obligándola a mirarme. Sherlock había decidido guardar silencio mientras la culpa lo embargaba una vez más ante las palabras de su hermana menor -tu jamás serías un estorbo, Enola, ni ahora ni en quince ni en cien años- sonreí -tú eres una jovencita encantadora con mucho potencial y estas muy lejos de ser un estorbo-

-entonces por qué mamá me dejó? Por qué Mycroft no me soporta? Por qué Sherlock se fue?- preguntó dolida. Sentí pena por ella, apenas era una niña con miedo a la soledad. Sentirse sola era una de las sensaciones más horrible por experimentar y no quería que Enola pase por eso.

-no todo tiene un porqué, Enola- respondí, sin saber muy bien que decir -pero las personas vienen y se van de tu vida tan rápido como corre el tiempo. No puedes detenerte a sufrir por cada uno de ellos. Debes recapitular tu historia con esa persona y averiguar la moraleja que dejó en tu vida-

>>no eres un estorbo, Enola, jamás lo serías. Y sentirse sola no está mal, son sensaciones que la vida, y las personas, te obligan a sentir. Pero no debes luchar contra la Soledad, debes ser su amiga<<

-por qué me ayudas? Fui grosera contigo...-

-todos cometemos equivocaciones, es cuestión de saber aceptarlas y disculparse por ellas para poder seguir- le sonreí con dulzura y sin dudas no me esperé tener sus brazos a mi alrededor, abrazandome con fuerza. Sherlock me sonrió enternecido y yo le devolví la sonrisa, contenta de por fin comenzar a llevarme bien con Enola.

Para cuando cayó la noche, Enola ya se hallaba en su cuarto, supuestamente dormida pero no le creí nada su actuación de la bella durmiente. Ahora me encontraba junto a Sherlock en la cama, abrazados y recuperando el tiempo que sus largos viajes nos robaron.

-ella es linda- dije, hablando de Enola.

-ella es muy astuta. Supo escapar de mi, con eso es más que suficiente- solté una pequeña risa y quise besar su mejilla, pero él movió la cara y sus labios chocaron con los mios rápidamente. Sonreí embobada.

-como está el o la pequeña detective?- preguntó, llevando una mano hacia mi barriga y proporcionando lentas caricias allí.

-bastante bien, parece feliz de que su papá esté en casa y aún más de que su tía esté aquí- respondí, sonriendo con ternura al ver como colocaba su cabeza sobre mi barriga y mantenía sus labios apoyados en la zona, sobre la tela de mi camisón.

-me alegra mucho oír que mi bebé está bien- me miró, sonriendo algo triste -lamento no haber estado para ti en los pasados meses. Leí un libro sobre que los primeros meses son los peores y yo lo estuve para ti- se abrazó de mi cintura, enterrando su cabeza en mi cuello. Acaricie su cabello mientras le sonreía en respuesta.

-no digas tonterías. Tu hermana te necesitaba, debías ir- lo reconforte -además me relajó estar unas semanas alejada de un bromista que se apellida Holmes-

-que te relajaste dices?- preguntó, divertido. Asentí socarrona, sabiendo lo que posiblemente se venía.

-no puedes hacerme cosquillas, puedo morir por un paro-pulmonar y adiós a ambos- señalé mi barriga mientras lo veía victoriosa. Soltó un bufido y luego sonrió feliz antes de acercarse y besarme de manera larga y dulce.

-te amo, Clarissa-

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Holis!

Bueno ya ven que el ganador fue Sherlock, pero no se desanimen las que votaron por los otros dos, que cuando esta historia llegue a 50k de lecturas celebraremos con un maratón de los personajes más infravalorados de Henry.

Ustedes deciden quienes!

Y también quiero agradecerles por los 30K, casi 40K, de lecturas, las amo mucho! 😭❤😭❤😭
Disfruten del sensual Sherlock, se lo merecen!

❝𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧𝗦❞  HENRY CAVILLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora