❝𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧𝗦❞ HENRY CAVILL

O34 | REVENGE III

Clark Kent

-Miranda no!- pero ya era tarde, ella movió sus manos con brusquedad y rapidez, rompiendo el cuello de aquel hombre, arrebatándole la vida y agregando una víctima más a su lista.

Clark se acercó con su máxima velocidad a ella, empujándola a un lado y dejándola debajo de él. Sus ojos antes marrones ahora eran de un ámbar brillante y relucían aún más ante la palidez de su piel, que contrastaba con su cabello y ropas negras.

Miranda lo reconoció al instante, calmando se notablemente bajo su toque. Allí estaba Clark, aquel Clark que tanto le gustaba y tan poco tiempo habia disfrutado con él por culpa de cierta pelirroja. Cierto rencor comenzó a llenarla una vez más, pero antes de que la situación pudiese pasar a mayores Clark habló.

-por qué haces esto, Miranda?- preguntó indignado a más no poder, mientras señalaba con la cabeza el cuerpo inerte del hombre. Ella lo apartó de un fuerte empujón, cuya fuerza fue inesperada para el pelinegro. Se incorporaron rápidamente, observando cada uno de los movimientos del otro con cuidado. Miranda quería escapar y Clark quería atraparla.

-es mi trabajo- respondió al fin, usando un tono de voz muy diferente a la dulzura con la que antes se dirigía a él. Aquello le dolió al de lentes, el cual buscaba con solo mirarla alguna pista de qué podría haberle ocurrido para volverla tan oscura. La mujer sintió una extraña sensación placentera al verlo nuevamente, lo había extrañado. Pero su momento fue interrumpido cuando un Batarang chocó contra uno de los hombros de la chica.

Al instante ambos dirigieron su mirada en dirección donde provenía el Batarang, hallando al mismísimo Batman quien observaba amenazante a la pelinegra. Ella no dudó ni dos segundos antes de alzar vuelo con sus alas, en un intento de huir del lugar, empujando con su brisa a los dos hombres en el suelo.

Cuando la muchacha estaba a punto de sonreír victoriosa por su escapatoria, un fuerte puño estrelló con ella, enviándola inmediatamente a tierra firme una vez más, inconsciente y algo herida por los golpes de la caída. Clark al ver esto no demoro mucho en llegar a ella lo más rápido posible, completamente preocupado por la situación de la fémina.

La mujer maravilla descendió de forma brusca, aterrizando a pocos metros de los tórtolos, donde Batman la alcanzó en cuestión de pocos segundos.

-eso fue rápido comparado con las veces anteriores- dijo el hombre, observando al ser de bellas alas en los brazos del superhéroe.

-ella me vio, pero no escapó de mi golpe- respondió la mujer, antes de señalar a Kent -él pareció hacerla cambiar de opinión- Bruce soltó una risa sin gracia antes de responder.

-quien diría que una asesina de su calibre tendría sentimientos-

Por otra parte, Clark estaba muy atemorizado por lo que ocurriría con aquella señorita que habia robado su corazón lentamente. No quería verla así inconsciente y lastimada, tampoco quería verla asesinando a los ciudadanos de metrópolis, ni tampoco tras las rejas. Quería ver a su Miranda, a la torpe y tierna Miranda por la que había caído.

-Miranda...- murmuró, viendo los ojos de la chica entreabrirse un poco. Ella clavó su mirada en él, aturdida, y sonrió con ligereza, al parecer el golpe en la cabeza había revuelto sus ideas.

-Clark, lo siento...- susurró con dificultad, con una lágrima cayendo de uno de sus ojos, los cuales ya no eran ámbar -...yo solo quería venganza- Clark la calló con su dedo al notar el dolor en cada una de sus palabras y ella simplemente se desplomó entre sus brazos.

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Cuando la fémina despertó un fuerte dolor en su cabeza la arrasó, obligándola a gruñir mientras se llevaba su mano a la zona afectada. Notó que se hallaba en una especie de jaula, que estaba en un estudio moderno de colores blancos y grises. Unos pasos se hicieron presentes cerca de ella antes de que cierto pelinegro apareciera en su campo de visión.

Él sonrió aliviado, mostrando aquellos dientes blancos, mientras se colocaba frente a la jaula, separado de Miranda por un corto espacio. Por primera vez se animó a observar lo bien que aquel traje oscuro se adhería a las curvas de la chica, haciéndolo tragar saliva lleno de deseo. Concéntrate Clark, no es momento, se dijo.

-Clark- ella se acercó a él rápidamente, con solo uno barrotes separando sus cuerpos -Clark, que hago aquí? Qué está ocurriendo?- se veía el desconcierto en su mirada.

-no recuerdas nada?- preguntó ahora él. Ella negó con la cabeza, sosteniéndose de los barrotes de la jaula.

-solo recuerdo a esos tipos en el callejón, pero luego no recuerdo más- respondió ella, descolocada. Tenia una breve sospecha pero no quería aceptar que estaba encerrada en aquella jaula por unos asesinatos que cometió inconscientemente. Levantó la mirada bruscamente y tomó de la camisa a Kent, con evidente desesperación -Clark, sácame de aquí por favor. No entiendo qué esta pasando...tengo miedo-

-lo que está pasando es que tu némesis tomó control total sobre ti y asesino a más de cien personas en casi tres semanas- explicó el conocido Batman, ingresando a la privacidad de la habitación. La chica clavó sus ojos en él, sabiendo que él era quien la mantenía cautiva y creando cierto rencor hacia él.

-ya volví a ser yo misma, déjenme salir!- golpeó con sus manos los barrotes en vano, éstos parecían prácticamente indestructibles.

-no podemos. No sabemos cuando volverá ese némesis tuyo y debemos mantenerte encerrada para evitar que asesines a todo Metrópolis- explicó el murciélago, sirviéndose un poco de whisky en uno de los vasos de por allí.

-pero...Clark, por favor- suplicó una vez más, clavando sus ojos almendra en los celestes del superhéroe, quien sintió una puntada en su pecho al ver el dolor reflejado en aquellos orbes que tanto le gustaba.

-tu querido Clark no puede hacer nada, querida. Por ende, solo me queda preguntarte, deseas algo? Obviamente no puede ser salir- dijo el hombre que la mantenía cautiva, sin dejarle responder al anteriormente nombrado. Ella suspiró rendida antes de sentir.

-Ron, por favor- el adulto no demoró en asentir también y salió de allí, dejando nuevamente a ambos jóvenes a solas.

Clark no se contuvo y acarició su mejilla, pasando de los barrotes, amando la sensación de sus dedos rozando la piel de la chica. Ella cerró los ojos, disfrutando del contacto y relajándose ligeramente por primera vez después de varias semanas.

-Clark no quiero estar aquí- su voz se quebró al decir aquello, presa de la culpa por lo manchadas que estaban sus manos, llenas de sangre inocente. El recién nombrado soltó una respiración pesada, sintiendo la misma tristeza y culpa que ella por no poder hacerla feliz. Odiaba verla triste, decaída, y lo peor de todo es que parecía que su humor no iba a cambiar en un largo tiempo.

-tranquila, Mir. Me aseguraré de eliminar a ese némesis de ti para así poder liberarte lo antes posible- prometió él, llevándose la mano de la fémina a sus labios y dejando un suave beso allí.

-quiero irme contigo...- susurró triste, aceptando que aquel pelinegro era lo único bueno que había ocurrido en toda su trágica vida. Una vez más una punzada de dolor cruzó el pecho de Clark, obligándolo a sentirse mal ante toda la situación.

-confia en mi cuando te digo que, cuando todo esto acabe, nos iremos juntos donde tú quieras- aseguró él, dándole una pequeña sonrisa que le sirvió a ambos para calmarse. Cierta emoción se instaló en la pelinegra al oír aquello, deseando que el momento de huir juntos fuera lo más pronto posible.

-lo prometes?- dijo ella, con una sonrisa juguetona en sus labios.

-lo prometo, Miranda-

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Llorando porque Henry me rompió el corazón al ponerse de novio, pero feliz porque el se ve feliz también 😭💖

Vieron la foto? Literal lloré, pero luego me repetí que era una persona madura que no podía llorar por algo así, además de que Henry se ve muy feliz y eso me hace bien a mí también.

Como se tomaron la noticia? Yo mal, pero pude habérmela tomado peor 😩

Bueno espero que les haya gustado la continuación de este shot. Besitos y cuídense lindas!