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Sherlock Holmes
Pedido de carmenbarriaborquez5

La joven se levantó de su asiento al oír como el hombre frente a ella, que actuaba como secretario del investigador, le indicó que podía ingresar al despacho de su jefe

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La joven se levantó de su asiento al oír como el hombre frente a ella, que actuaba como secretario del investigador, le indicó que podía ingresar al despacho de su jefe. Ella asintió y le dirigió una sonrisa nerviosa antes de pasar las manos por la falda del vestido y tomar una fuerte respiración antes de entrar.

Al empujar la puerta se encontró con aquel hombre de cabellos negros y ojos claros, quien la miró con evidente sorpresa. Ambos corazones comenzaron a latir en frenesí al verse una vez más luego de tanto tiempo.

-señorita Sullivan- se acercó a ella y estrecharon sus manos, él llevó la mano de la chica a sus labios y la besó con lentitud, sus ojos siempre unidos.

-Sherlock- saludó ella, apartando la mano de él y peleando contra sí misma para soportar los deseos de sucumbir ante él y mostrarse feliz de verlo. Tenían historia juntos, un hermoso pasado que marcó a ambos de maneras diferentes, pero al mismo tiempo similares.

Cuando el destino los obligó a separarse sólo ella peleó por mantener los lazos. Sherlock estaba demasiado ocupado con todos los nuevos casos para preocuparse por la dama que lo esperaba al regresar a casa. Las discusiones, el silencio, la Soledad, solo fueron factores que acabaron de arruinar su relación. Hasta que un día Sherlock volvió a casa y no había nadie a su espera.

En su momento, su relación había sido lo más hermoso y sano que ambos habían conocido jamás. Eran felices juntos, su amor era fuerte y puro, no había nada mejor según ellos. Pero desafortunadamente la vida siempre estará pendiente de poner obstáculos a lo largo del camino, y ellos no lograron pasarlos juntos.

-me sorprende verte por aquí- dijo él, ante el incómodo silencio que se había formado. Le indicó con una seña que tomara asiento en la silla frente al escritorio.

-nunca creí decir esto pero...necesito tu ayuda- Sherlock se vio perdido en ella y la seguridad que desprendía. Siempre había sido hermosa ante sus ojos, perfecta, pero ahora la veía mejor que nunca antes. La manera en la que se había enamorado de ella era demasiado, de tal forma que jamás pudo estar con otra mujer sin atormentarse por haber dejado ir a la que sin dudas era el amor de su vida.

-sobre qué?- la preocupación en su semblante era obvia, algo que causó cierto cariño en ella al ver que aún se preocupaba por ella, de cierta forma.

-un colgante- la mujer sacó de entre su costoso abrigo un papel y luego lo colocó sobre el escritorio. Sherlock la miró una vez más antes de tomar la hoja y examinarla con cuidado, sonriendo levemente en el acto.

-veo que no has perdido el don- murmuró él, mirándola con cierto brillo colmado de admiración. Aquella hoja de papel que contenía un precioso dibujo de la joya perdida era nada más y nada menos que obra de la señorita frente a él. Tenia una mano digna para el dibujo, algo que él siempre había reconocido con pequeños halagos que siempre lograban colocar sus mejillas Rojas.

-es reliquia familiar. Una joya que pasa de generación a generación entre las mujeres de la familia- comenzó a explicar, ignorando las anteriores palabras del investigador, haciendo que una opresión en su pecho se hiciera presente. Le dolía su indiferencia y lo rompía pensar que era todo culpa suya -alguien se la llevó un día antes de la cena donde mi madre me la entregaría-

-te vas a casar?- preguntó el ojiazul de repente. Sherlock era conocedor de la costumbre que tenían en ma familia de la muchacha y sabia que aquel collar era entregado cuando la mujer receptora contuviera nupcias.

-qué? No...es solo- ella se detuvo un momento mientras peinaba su cabello hacia atrás con frustración -mi madre está enferma, va a fallecer en poco tiempo. Ella quiere hacer la entrega del collar antes de morir-

Sherlock sintió como una ráfaga de alivio lo llenaba al oír aquello. Aún mantenía la esperanza de que nuevamente algo pasara entre ellos, porque, después de todo, el amor por ella seguía intacto, incluso más vivo que nunca. La había buscado por tanto tiempo en vano que ahora tenerla frente a él se sentía como la luz que guiaba su camino.

-lamento oír eso- aprovechó ese momento para acercarse a ella y tomar su mano una vez más. La conexión entre ellos era inexplicable, tal así que sus manos se acoplaban perfectamente, como dos piezas de rompecabezas destinadas a permanecer unidas.

Ella lo miró, comprendiendo que aunque quisiera nunca podría olvidarse de aquel pelinegro. Él había tomado su corazón y, a pesar de que lo apretó varias veces causándole dolor en el pasado, Sherlock seguía teniéndolo bajo su poder. Su corazón le pertenecía a él y sabia que seria así hasta el fin de sus días.

-esta bien, ella vivió una buena vida- la primer pequeña sonrisa que se asomó por los labios de la mujer fue suficiente para parar el corazón de Holmes por una milésima de segundos.

Él sonrió junto a ella y acarició el dorso de su mano con la yema de sus dedos, disfrutando de su cercanía.

-vas a ayudarme?- preguntó ella en un susurro, su mirada perdida en los labios de su amado. Él levantó la mano y acarició su mejilla suavemente, sintiendo prácticamente que el Alma le volvía al cuerpo al sentirla una vez más.

-claro que sí, como podría decirte que no a ti?- aquellas palabras parecieron ser lo que hizo que la castaña despertara de aquel trance en la que el la había fundido. Tomó la mano en su mejilla y, justo cuando el creía que iban a progresar, se alejó de él, marcando un enorme espacio entre ambos.

Una gran desilusión y tristeza embargó al hombre, quien solo bajó la mirada mientras soltaba un suspiro. Ella se abrazó a sí misma y dijo unas palabras antes de salir del despacho, avisandole que debía irse pero que pronto volvería con más información.

Decir eso no significó nada para ella, solo fueron palabras de autoreflejo para escapar de aquel incómodo momento. Sin embargo el investigador, experto en ver los más mínimos detalles de todo, tomó la segunda intención de las palabras como un aviso que ella volvería a él, que no todo estaba perdido.

❝𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧𝗦❞  HENRY CAVILLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora