O12 | MY HERO

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Clark Kent

Superman caminaba entre los escombros que habían sido resultado de su última batalla

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Superman caminaba entre los escombros que habían sido resultado de su última batalla. Se sentía agotado, mentalmente, y ver todo el desastre que había generado no ayudaba en nada.

Había tantos edificios destrozados, personas malheridas siendo rescatadas y Clark solo podía sentir culpa por todo aquello. Amaba la tierra, aunque sus residentes hayan sido muy descortés con él, y odiaba ver todo el mal que había provocado como daño colateral.

Sus sentidos agudizados lograron captar un grito desgarrador en la lejanía. Utilizó su poder de vuelo para llegar a la ubicación de los gritos lo más rápido posible. Tenia una extraña sensación en el pecho, que le impulsaba a llegar con más rapidez.

Al llegar, se topó con el que era un estudio de ropa al parecer, pues ahora solo era otro de los edificios destrozados. Los gritos provenían del interior, eran femeninos y se detectaba con facilidad el dolor y la desesperación en ellos. Con algo de dificultad, llegó hasta la dueña de los gritos.

Se encontró con una linda muchacha, de pelo castaño y ojos oscuros. Su rostro estaba rojizo a causa de las lágrimas, mientras que de sus labios salían gemidos ahogados, llenos de terror y agonía. Su pierna estaba atrapada entre los escombros del lugar, por lo que no podía escapar y un derrumbe inminente se asomaba.

El pelinegro se acercó a ella, tomando su atención por completo. Sus oscuros ojos suplicaban ayuda y Clark sintió su pecho doler nuevamente al percibir todo el dolor por el que podría estar pasando esa linda chica.

-tranquila, te sacaré de aquí- Clark trató de tranquilizarla, hablándole con suavidad y seguridad en las palabras.

-me duele mucho...- susurró ella, soltando gruesas lágrimas de puro sufrimiento. Clark no tardó demasiado en retirar los fierros que estorbaba sobre ella. La chica soltó un diminuto suspiro de alivio, pero todo alivio desapareció cuando, al querer mover sus piernas, no tenía movilidad sobre estas -no puedo moverme...-

Kent no esperó mucho antes de cargarla entre sus brazos y llevarla lo más rápido posible con algún profesional que pudiese ayudarla. Solo rogaba mentalmente que aquella linda chica y su pierna estuvieran bien.

__

Un ramo de flores color amarillas reposaba entre las manos nerviosas del pelinegro. Caminaba por los pasillos del tercer piso del hospital, buscando la habitación correspondiente. Cuando la halló, suspiró antes de tomar la manija de la puerta, estaba nervioso y asustado por lo que podría encontrarse. Y si ella había perdido la pierna? Seria algo que le dolería muchísimo, aunque de una extraña se tratase.

Se quitó las gafas, teniendo cuidado de que nadie lo viese y se decidió a entrar.

Tocó la puerta tres veces con suavidad, y cuando oyó que tenia una respuesta afirmativa del otro lado, ingresó, con sus manos temblando ligeramente. Sostuvo el ramo con más fuerza, intentando apaciguar sus nervios, pero lo único que consiguió fue un crujido salir de éstos.

Levantó la mirada, encontrándose con la misma linda chica que le había robado el aliento días atrás. Sus latidos se volvieron más rápidos al instante. Allí estaba, recostada sobre la camilla, sus piernas estaban cómodamente colocadas debajo de las sábanas.

La chica sonrió al verlo, aunque el brillo no llegó a sus ojos. Hizo el intento de levantarse, pero solo consiguió que un dolor golpeara su cuerpo y que soltara un gruñido. Clark se acercó a ella, preocupado con su bienestar. Ella lo tranquilizó con una pequeña sonrisa y levantando la mano, indicando que todo estaba bien.

-espero que te sientas mejor- dijo él, entregándoles las flores. Ella las tomó, y sonrió viendo las flores que eran de su color favorito, se preguntaba como él sabría aquello, pero fue algo a lo que no le dió mucha importancia.

-pues...me siento especial, creo que soy una de las pocas a las que Superman visita durante su estadía en el hospital- respondió, dejando sus flores dentro de un vaso de agua que estaba ahí. Él sonrió, algo sonrojado, y tomó asiento sobre la silla junto a la cama.

-me alegra verte bien...- su sonrisa se ensanchó, mientras observaba embobado a la mujer postrada en la cama.

-Amy- contestó ella, en un tono decaído -...y siendote sincera, no estoy bien- negó con la cabeza. Un puchero se formó en sus labios, y no soportó mucho antes de hundirse en un llanto desesperado. La preocupación inundó a Clark, el cual la observó fijamente, sin saber muy bien que hacer.

-que ocurre, bonita?- preguntó, acercándose para tomar su mano en modo de apoyo. Ella sorbió sus mocos, mientras gruesas lagrimas caían de sus ojos oscuros. Clark comenzaba a temer que cada vez que la viera ella tuviese motivos para llorar, ya que en las únicas dos veces que se vieron, ella estaba sumida en un intenso llanto. Y Kent odiaba eso.

-y-yo, p-perdí...perdí la movilidad en mis piernas- soltó, sollozando desconsoladamente. Clark pareció sentir como un balde de agua fría le caía encima. Había algo en aquella chica que lo llamaba a querer protegerla y demostrarle amor, y pensar que por su culpa ella estaba así, solo empeoraba la situación.

Se acercó a ella, envolviendola en un abrazo al que ninguno pudo contenerse. Ella de dejó llevar, soltando numerosas lagrimas sobre la camisa de él. Los ojos de Clark picaron, un terrible ardor se instaló en su pecho y un horrible sentimiento de culpa lo inundó.

-lo lamento tanto...- murmuró, besando la coronilla de la fémina. Se abrazaban con fuerza, intentando aliviar el golpe que la realidad les habia dado. No todos eran Superman, y ella era un claro ejemplo de que los golpes y derrumbes no pasaban desapercibidos para los ciudadanos de metrópolis.

-no quiero esto...- lloró ella, negándose a vivir de esa manera. Clark soltó las primeras lágrimas -quiero que funcionen otra vez..-

-lo siento tanto, Amy- se lamentó el pelinegro -pero escúchame, si? Juro por mi vida que te sacaré de esto- tomó sus mejillas entre sus grandes manos.

-eres Superman pero no puedes devolverle la movilidad a mis piernas- negó ella, sin parar con su llanto.

-pero puedo hacer otras cosas- dijo, colocando un mechón detrás de su oreja -desde ahora te ayudaré en todo, Amy, te mostraré que la vida no se basa en un par de piernas- acarició la mejilla de la chica, sacándole un suspiro tembloroso -confias en mi?-

-de hecho, ni siquiera sé tu nombre Real- ambos soltaron una ligera risa, aunque lágrimas seguían presente.

-tienes razón- asintió el ojiazul. Se acomodó y tomó una bocanada de aire antes de hablar nuevamente -entonces...dejarías que te demuestre que puedes confiar en mí?-

-depende- vaciló ella -cuál es tu nombre? Y quiero el real, sin superheroes de por medio- ella se limpió las lágrimas, mientras recuperaba su tono juguetón. Clark sonrió.

-mi nombre es Clark Kent- respondió.

-un gusto Clark, mi nombre es Amy Jones- y con un estrechamiento de manos...comenzó su historia.

__

Holis mis amores. Aviso que esto tendrá parte 2 so...soy todo oídos! La verdad tengo una leve idea de lo que puede pasar en la parte 2, pero me gustaría oír sus ideas. En fin, besitos y cuídense.

Bye!

❝𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧𝗦❞  HENRY CAVILLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora