Henry Cavill
Solté un fuerte suspiro mientras observaba mi alrededor. Las decoraciones doradas y blancas estaban por todas partes, repitiéndome una y otra vez lo que ocurriría en algunas horas. Cada centímetro de aquel parque, cada persona allí me recordaba lo que yo no sería hoy.
Henry iba a casarse y claramente yo no iba a ser la novia que caminaría hacia él al altar. No, la afortunada es Natalie, aquella chica de la que tantas veces él me había hablado con sonrisa boba y ojos soñadores. La misma cara que yo ponía cuando hablaba de él.
Yo no sería la novia, yo sería la encargada de organizar la boda, la dama de honor, su mejor amiga. Nada más que eso. Yo sería la que lo consoló cuando tuvo su primer corazón roto, la que celebró con él sus victorias, la que lo escuchaba y aconsejaba. Él decía que yo era todo para él, pero lastimosamente nunca fui suficiente para que, al menos, se fijara en mi.
-quedó espectacular, querida- Marianne, la madre de Henry, llegó a mi lado sonriendo con dulzura. Marianne estaba feliz de que su hijo al fin dejara su vida de galante para enfocarse en formar una familia junto a una buena mujer.
Aunque ella me había relatado de su descontento ante la falta de atención de su hijo sobre mis sentimientos más de un millón de veces. Ella sabía lo que yo sentía, lo había descubierto hace tiempo, pero no podía hacer más que desear que su hijo lo notase ante mis súplicas por su silencio.
Marianne nunca abrió la boca y yo tampoco, tal vez por eso el día de hoy era yo quien se lamentaba en lugar de celebrar de una posible boda con Henry.
-gracias Marianne- susurré sin deseos de levantar la voz. Tenia un fuerte nudo en la garganta que me asfixiaba aún más con el pasar de los minutos. Hasta el día de hoy había tenido la esperanza de que Henry llamara a mi puerta diciéndome que se arrepentía, que no quería casarse, que quería huir. Pero eso jamás pasó.
-sé que esto te duele, Bonita- ella acarició mi brazo mientras me miraba apenada -mi hijo es tan ciego...- negó con decepción -pero, aunque me duela no verlos juntos, comprendo que ahora ya no puedes seguir perdiendo el tiempo con él-
-¿qué quieres decir?- pregunté, quitando mi mirada de un punto perdido para dirigirla a ella.
-debes olvidarlo, conocer más personas, enamorarte otra vez- contestó, tomándome de las mejillas y acariciándolas de manera maternal -te mereces a alguien que te ame con la misma fuerza que tú amas, no puedes recibir menos-
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Toqué un par de veces antes de recibir una respuesta afirmativa del otro lado, permitiéndome ingresar a la habitación dónde se hallaba aquel hombre que robó mi corazón desde el momento en que lo conocí. Y allí estaba, de espaldas hacia mi, frente al espejo. Me observó por el reflejo y sonrió enormemente, girándose por fin en mi dirección.
-miren quien está aquí- dijo, caminando hacia mi mientras luchaba contra el nudo de su corbata. Disimulé lo mejor que pude la forma estúpida en la que me ponía estando de traje, con sus ojos celestes resaltando por sus cabellos y vestimenta oscura. Se veía mejor que nunca, mientras esa hermosa sonrisa de dientes blancos no se borraba de su rostro. Me observó de arriba a abajo, sonriendo aún más -te ves hermosa-
-tú no te ves nada mal- me acerqué hasta quedar a pocos metros, lo suficiente cómo para poder ayudarlo con el nudo en su corbata. Su colonia me embargó y sólo sentí mas ganas de llorar al recordar que las camisas que él solía prestarme llevaban el mismo aroma. Aquellas camisas que usaba siempre que me quedaba a dormir de último momento en su casa, luego de una larga noche de películas.
Decidí alejar esos pensamientos de mi cabeza por amor a mi misma, ya nada volvería a ser como antes, Henry pasaría a ser el esposo de Natalie y no habría tiempo para noches de películas completas con su mejor amiga.
-estás bien?- preguntó, tomando mi mejilla con una de sus manos. Quise echar mi cabeza sobre su mano, tal y como solía hacerlo, pero me contuve y la quité lentamente. Debía comenzar a superarlo.
-eso debería preguntártelo yo- acabé con su nudo, tomándome el tiempo para deslizar las manos por su pecho lentamente. Quité mis manos y apreté mis labios para después mirarlo -nervioso?-
-más que nunca- respondió en un suspiro -crees que lo voy a hacer bien?-
-por supuesto que lo harás bien- fingí mi mejor sonrisa, queriendo calmar sus nervios. Se veía ansioso por lo que fuera a pasar y yo no quise hacer más que abrazarlo. Y lo hice. Lo atraje hacia mí y enrolle mis brazos entorno a su cintura. Él no tardó en responderlo, hundiendo su nariz en mi cabello perfectamente peinado. Sentí aquel gesto como una despedida puesto que, siguiendo los consejos de de Marianne, había decidido tomar espacio de Henry.
Luego de la boda me iría, no sabía donde aún pero lo haría y nadie lo sabría.
-hablo en serio Dina, que ocurre?- la preocupación era palpable en su voz, haciéndome saber que claramente era horrible disimulando mi dolor. Cerré los ojos fuertemente pensando en una buena excusa. No le diría que me iría luego de la boda para no volver hasta nuevo aviso, para no verlo con aquella mujer que logró lo que yo no.
-nada, es solo que...estoy muy emocionada, porque mi mejor amigo ¡al fin se va a casar!- oh Dios era patética fingiendo todo lo contrario a lo que sentía, pero no lo haría, no sería lo suficientemente egoísta para decirle en el día de su boda que siempre estuve enamorada de él. No era justo, no para él al menos.
Pero era justo para mi? Yo, quien siempre estuvo para él, fui su hombro para llorar, hice cosas vergonzosas solo para verlo sonreír, me mantuve a su lado a pesar de todo. Y aunque tengo bastante claro que eso es lo que hace una buena amiga no podía evitar sentirme estúpida por creer que en algún momento todo sería recompensado. Como dije antes, patética.
Pero el nunca notó mi falsedad, al igual que nunca notó mis obvios sentimientos hacia él, al igual que no notó mis lágrimas de tristeza en la boda, mientras lo observaba besándola en el altar, ya con la sortija de compromiso en su dedo, o no notó el momento en el que abandoné la boda para no volver a verlo por un largo tiempo.
Él jamás notó nada porque nunca le interesé para nada más que ser su mejor amiga. Y ese había sido mi error, enamorarme de mi mejor amigo.
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Hola hola :D
No hay nada más Real en el os que la frase "la afortunada es Natalie". Natalie Viscuso te exijo que pases el amarre 😤 osea que tan suertuda tenés que ser para que HENRY CAVILL te mire como la mira a ella. Esto es claramente brujería.
Ya pero sin joder nunca amarren a alguien a ustedes, el karma es horrible (pero si tienen consejitos de amarres pónganlos en los comentarios jiji👉)
Ahora si besitos y cuídense hermosas ❤
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❝𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧𝗦❞ HENRY CAVILL
Fanfiction「 𝗛𝗲𝗻𝗿𝘆 𝗖𝗮𝘃𝗶𝗹𝗹 ─ 𝗢𝗻𝗲 𝗦𝗵𝗼𝘁𝘀 」 Pequeñas historias de nuestro bello británico, Henry Cavill, y todos sus personajes. ❥ 𝗥𝗲𝗰𝘂𝗲𝗿𝗱𝗮 𝗾𝘂𝗲 𝗽𝘂𝗲𝗱𝗲𝘀 𝗵𝗮𝗰𝗲𝗿 𝘁𝘂𝘀 𝗽𝗲𝗱𝗶𝗱𝗼𝘀 𝗽𝗼𝗿 𝗰𝗼𝗺𝗲𝗻𝘁𝗮𝗿𝗶𝗼𝘀 𝗼 𝘂𝗻 𝗺𝗲𝗻...