Will Shaw
Las calles de España se veían pintorescas y alegres desde la ventana. La taza de té entre mis manos, un líquido poco ideal para estas épocas tan calurosas, emanaba un ligero humo con aroma a hierbas que me tenia idiotizada oliendolo.
Percibí un movimiento detrás de mí, seguido de un par de quejidos que denotaban todo el dolor que estaba sintiendo el rizado en ese momento. Will estaba allí, aquel hombre que había conocido en un viaje a Estados Unidos y con quien había compartido mis mejores noches, había recurrido a mi cuando se vio desesperado por algo de ayuda luego de saber que su familia había sido secuestrada.
Habían sido pocas las palabras que intercambiamos antes de que cayera desmayado sobre el sofá de mi pequeña sala de estar, preso del cansancio y el estrés que le generaba toda esta situación. Apenas y me había puesto al corriente de la situación pero todo pintaba demasiado pesado y oscuro para un pobre joven que apenas podía lidiar con su empresa.
Me encargué de desinfectar y suturar las heridas en su rostro mientras me deleitaba con sus pequeñas muecas quejosas y sus bellas facciones. Se veía igual que hace tres años atrás, incluso mejor podía decirse, con su cuerpo perfectamente esculpido, sus rizos oscuros y sus ojos celestes que resaltaban con el bronceado que el sol de España le había proporcionado.
Ahora apenas estaba despertando de su inconsciencia y yo para ese entonces ya estaba esperándolo con una taza de té, algunos panecillos y una dulce sonrisa. Will siempre había sido gentil conmigo durante mi estadía en su país. Encontramos en el otro un confidente, haciéndome conocedora de todos sus malestares, principalmente relacionados con su padre, y él supo los míos.
Nos habíamos enamorado. Las noches donde antes eran llenas de salvajismo y hambre comenzaron a sentirse diferente, comenzaron a tener algo más. Desafortunadamente mi viaje en Estados Unidos llegó a su fin y tuvimos que despedirnos, con la promesa de volvernos a ver para nunca separarnos otra vez.
-buenos días dormilón- se levantó bruscamente y sus ojos escanearon el entorno antes de soltar un suspiro aliviado, pero después una mueca desfiguró su rostro, llena de preocupación y miedo.
-mierda, Elisa, no debiste dejar que durmiera- se quejó, levantándose del sofá mientras buscaba su camisa. Su pecho desnudo se mostró más imponente de lo que lo recordaba y guardé un suspiro que amenazaba por escapar de entre mis labios.
-tranquilo, Will, solo fueron un par de horas. Lo necesitabas, como ibas a seguir con tanto cansancio encima?-
-ese no es asunto tuyo- estaba notablemente alterado y se desquitaba conmigo. Cerré mi boca mientras bajaba la mirada y, después de unos largos segundos con una fea sensación en el pecho, oí su suspiro antes de que se acercara hacia mi, tomando mi rostro entre sus manos con suavidad -lo lamento, si? Es solo que, cada minuto cuenta para encontrar ese jodido maletín y no puedo permitirme descansar ahora-
-pero lo necesitas- interrumpí, acariciando la herida en su ceja con cuidado -mírate Will, así no llegarás a ningún lado, apenas puedes mantenerte de pie-
-Elisa no tengo tiempo- negó con la cabeza -esos bastardos matarán a mi familia- sus ojos se volvieron vidriosos mientras su labio temblaba al decir aquello -ya mataron a papá, no puedo..- no pude continuar escuchando y lo abracé hacia mi, sintiendo sus brazos envolverse en mi cintura con fuerza, como si no quisiera soltarme.
-lo conseguirás, Will, creo en ti- aseguré, separandome y acariciando su mejilla. Su aspecto se veía tan deteriorado; numerosas heridas en el rostro, pronunciadas ojeras bajo sus hermosos ojos -solo procura no perderte a ti mismo en el camino-
Él asintió con una sonrisa de lado y tomó mi mano sobre su rostro para besar la palma de ésta con total cariño, haciéndome suspirar ante esto.
-prometo hacerlo- asintió -pero prométeme estar para cuando regrese, necesitaré de tus panecillos más seguido- lancé una carcajada y golpeé su antebrazo juguetona.
-que dices, si ni siquiera los has probado- hablé, alejándome un poco para tomar la bandeja de panecillos y extender uno en su dirección. Dudó un poco antes de tomarlo, manteniendo su pequeña sonrisa, y le dió una gran mordida, rodando los ojos con deleite al saborear la humeda masa con su lengua.
-esto está delicioso- murmuró mientras daba otra mordida. Reí alegre al saber que mi receta le agradaba al hombre que me tenía profundamente enamorada desde hace años.
-me alegra saber que te gustan, tengo docenas de recetas parecidas-
-y me encantaría probarlas...cuando vuelva- tomó el arma que había dejado sobre la mesita ratonera y se aseguró de que estuviera cargada antes de esconderla entre su ropa y girar a mirarme -en serio, Eli, regresaré por ti cuando todo esto acabe, quiero terminar lo que empezamos esa noche en San Francisco, lo recuerdas?-
Aquella noche, nuestra última noche juntos. Habíamos decidido despedirnos de la mejor manera cuando una inoportuna llamada había caído al celular de Will. Apenas íbamos por los besos y caricias para cuando tuvo que irse, dejando una promesa entre nosotros y una noche sin final aparente.
-si, cómo olvidarlo- mis mejillas se sonrojaron un poco cuando los recuerdos me azotaron, había olvidado en estos años todo lo que Will me hacía sentir -solo...cuídate, si? Tengo muchas recetas para mostrarte aún-
El camino hacia la puerta se hizo pesado y la angustia y el temor era palpable en el aire. Sus pasos se frenaron en el Marco de la puerta y giró en mi dirección para tomar mi rostro y besarme lentamente, como si quisiera detallar cada milímetro de mis labios. Me sostuve de su cintura a la par que sentía su lengua acariciando mi labio inferior.
Nuestras respiraciones agitadas llenaron el ambiente cuando nos separamos y besó mi frente, tomándose unos segundos allí, antes de separarse.
-cuidate, Will, por favor- pedí suplicante, mostrando mi desesperación a través de mis ojos.
-volveré, lo prometo- afirmó, comenzando a bajar las escaleras del edificio en el que vivía. Apreté mis labios en una delgada línea mientras cerraba la puerta detrás de mi, suspirando con amargura mientras el pecho me dolía en un mal presentimiento.
Fue horas después que la puerta volvió a sonar con suaves toques y corrí a la espera que se tratara de Will. Pero cuando la abrí, me encontré cara a cara con una señora de cabello castaño sobre los hombros y ropas formales.
-disculpe, la conozco?- pregunté confundida. Ella mostró una sonrisa en su rostro que se consideraba todo menos amable y pronto sentí la boca de una pistola apuntando directamente a mi estómago.
-no, pero no será necesario- y entonces disparó.
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❝𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧𝗦❞ HENRY CAVILL
Fanfiction「 𝗛𝗲𝗻𝗿𝘆 𝗖𝗮𝘃𝗶𝗹𝗹 ─ 𝗢𝗻𝗲 𝗦𝗵𝗼𝘁𝘀 」 Pequeñas historias de nuestro bello británico, Henry Cavill, y todos sus personajes. ❥ 𝗥𝗲𝗰𝘂𝗲𝗿𝗱𝗮 𝗾𝘂𝗲 𝗽𝘂𝗲𝗱𝗲𝘀 𝗵𝗮𝗰𝗲𝗿 𝘁𝘂𝘀 𝗽𝗲𝗱𝗶𝗱𝗼𝘀 𝗽𝗼𝗿 𝗰𝗼𝗺𝗲𝗻𝘁𝗮𝗿𝗶𝗼𝘀 𝗼 𝘂𝗻 𝗺𝗲𝗻...