Henry Cavill
Tres toques en la puerta lo sacaron de sus pensamientos. Henry se aproximó a abrir, sin gana alguna, mientras que sorbia sus mocos para que no se notara que estuvo llorando hasta hace poco tiempo.Estaba devastado, y lo peor de todo era pensar que había sido su culpa. Lo arruinó por un desliz, por un rostro bonito que ni siquiera era más lindo que el de su Tamara. Su Tamara, bueno había dejado de ser suya desde el momento en que decidió traicionarla. Henry siempre odió y despotrico en contra de los infieles, quien diría que acabaría volviéndose uno.
Al abrir la puerta se sorprendió de sobremanera al hallarla a ella, la persona que menos esperaba ver. No tenia esperanzas de que ella lo perdonase, después de todo ni siquiera él mismo podía perdonarselo.
-Tam- su voz sonó rasposa, evidenciando su dolor, aunque su tono no era lo único que dejaba ver lo mal que lo estaba pasando sino que su barba, ojos rojos e hinchados, sus labios quebradizo. Henry realmente estaba mal.
-no...digas nada- ella levantó la mirada, encontrando aquellos ojos celestes, que alguna vez le habían prometido quererla, totalmente sumidos en el dolor -solo vengo a recoger mis cosas- pasó por su lado, huyendo de la mirada que Henry le estaba dando.
Estaba más que dolida, estaba muy decepcionada y rota. El primer hombre que amó había sido su padre y éste no tardó en abandonarla junto a su madre por otra mujer. Henry había sido el segundo, el único en quien confiaba y quien tambien la había reemplazado por otra mujer. Estaba enfurecida con ella misma por volver a caer, pero esperaba en su corazón que algún día llegara alguien para ayudarla a sanar.
-Tam, por favor déjame explicarte- quiso tomarla del brazo pero ella fue más rápido y se alejó. Su toque la quemaba, recordándole que con aquella misma mano había tocado a otra mujer.
-no hay nada que explicar, Henry- ella quería mantener la calma, se había cansado de llorar y embargar aquella ira y odio acumulado. Quería que porfin la vida fuera buena con ella y la dejara salir de aquel apartamento sin lágrima alguna en sus mejillas.
-por favor...no puedo seguir sin ti- suplicó él. Su tono roto le dolió a la muchacha, quien giró a verlo con la caja entre sus manos. Nunca se había imaginado esta situación, incluso cuando las inseguridades la atacaban, jamás pensó que Henry le sería infiel.
-tu no me quieres Henry, me lo aseguraste ese día que..-
-claro que no te quiero. Te amo, joder! Te amo como nunca había amado a alguien- desesperó, atropellando las palabras entre sí -cometí el peor error de mi vida al dejarte ir, al traicionarte. Jamás me lo voy a perdonar, ¡nunca!, pero me será suficiente saber que tu me perdonas- la mano del pelinegro subió hasta dar con la mejilla de la chica, retirando una lágrima que caía por allí.
Henry respiraba con violencia a causa de la ansiedad que amenazaba con atacarlo. Aquella situación lo estaba haciendo temblar de pies a cabeza, si la perdía a ella, ¿qué haría? O mejor otra pregunta ¿por qué lo hizo? Ella nunca le dió motivos para engañarla de esa forma, follandose a una desconocida en su propia cama, pero él le habia fallado aún así. A ella, a él mismo y a su futuro juntos.
-te perdono- susurró ella. Un túnel de luz pareció abrirse ante Henry, plagado de esperanzas y sensaciones emocionantes. Ella lo había perdonado? Acaso no lo odiaba? -...pero eso no significa que vuelva contigo- se alejó de su toque y pasó a un lado de él, saliendo del apartamento y dejando al actor con el corazón hecho trizas en su mano y las esperanzas por el suelo.
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Dos años después...
Las calles estaban repletas de personas, con las hojas del otoño cayendo sobre ellas. Los autos marchaban con regularidad, sin crear atascos o accidentes automovilísticos. En pocas palabras, era otoño y se notaba la tranquilidad.
Era habitual ver las calles de New York con personas de acá para allá, sin embargo durante esta temporada todos parecían estar más calmados y relajados. No pregunten porqué, simplemente así era.
Es por eso que Henry había decidido dar un paseo esa misma tarde y visitar de paso una de las cafeterías de por allí. Sus lentes de sol y la gorra lo ayudaban a pasar desapercibido entre la multitud, haciéndolo sentir uno más del montón. La brisa otoñal chocaba con su rostro y movía ligeramente los rulos que se escapaban de la gorra.
Aún con los lentes sobre sus celestes orbes Henry se veía sensual y ardiente. Su abrigo se ajustaba a sus fornidos brazos mientras que sus jeans resaltaban sus trabajados glúteos, haciendo suspirar a más de uno por ahí.
Ingresó a la cafetería con una pequeña sonrisa en sus labios. Se aproximó a la caja y encargó su pedido, notando como la empleada lo veía embobada desde el otro lado del mostrador. Mientras esperaba, se distrajo mirando un par de cosas en su teléfono. A lo lejos oyó una carcajada, aquella carcajada que creyó jamás volver a oír.
Sus ojos se abrieron como platos y giró en dirección a la risa. Allí la observó. Tamara estaba sentada en una mesa junto al gran ventanal. Su cabello estaba más corto y rubio, un lindo vestido floral atrapaba su cuerpo mientras una hermosa sonrisa estaba plasmada en su rostro. Pensó en ir a saludar a aquella mujer que nunca pudo superar, que aun seguía siendo dueña de sus sueños y su corazón.
Descartó la idea rápidamente al ver, junto a ella, a un joven de cabellos castaños y mandíbula marcada. Ambos se observaban con un hermoso brillo en sus ojos, un brillo lleno de cariño y amor. Aquel brillo con el que alguna vez lo habia mirado.
-señor- la empleada lo llamó, sacándolo de sus pensamientos. Un aura de nostalgia lo rodeaba, y asintió a la mujer, tomó su pedido y salió de allí, no sin antes dirigirle una mirada a la muchacha que se veía más hermosa y feliz que nunca.
Se alejó de la cafetería mientras recordaba sus buenos momentos junto a ella, aquellos momentos que jamás borraría de su memoria. Un ligero dolor se instaló en su pecho mientras su memoria se remontaba a lo mal que había acabado su relación. Sin embargo sonrió, porque llegó la carcajada de la castaña a sus recuerdos, sacándole una sonrisa.
Ella había logrado salir adelante. Ella lo hizo. Ahora era su turno.
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A pedido del pueblo la segunda parte de este os 🤚😭 en mi opinión las segundas partes no son mi fuerte, pero me gustó mucho cómo acabó esta pequeña historia.
Para las que preguntan, si, es Sebastian Stan la nueva pareja de Tamara 🤫✨ el papichulo.
Espero que les haya gustado, bebitas. Las quiero! Cuídense 💕
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❝𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧𝗦❞ HENRY CAVILL
Fanfiction「 𝗛𝗲𝗻𝗿𝘆 𝗖𝗮𝘃𝗶𝗹𝗹 ─ 𝗢𝗻𝗲 𝗦𝗵𝗼𝘁𝘀 」 Pequeñas historias de nuestro bello británico, Henry Cavill, y todos sus personajes. ❥ 𝗥𝗲𝗰𝘂𝗲𝗿𝗱𝗮 𝗾𝘂𝗲 𝗽𝘂𝗲𝗱𝗲𝘀 𝗵𝗮𝗰𝗲𝗿 𝘁𝘂𝘀 𝗽𝗲𝗱𝗶𝗱𝗼𝘀 𝗽𝗼𝗿 𝗰𝗼𝗺𝗲𝗻𝘁𝗮𝗿𝗶𝗼𝘀 𝗼 𝘂𝗻 𝗺𝗲𝗻...