O54 | MARATÓN 5/5

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Charles Brandon

Observé desde la cama cada uno de sus movimientos mientras se vestía con esas prendas tan pesadas y costosas

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Observé desde la cama cada uno de sus movimientos mientras se vestía con esas prendas tan pesadas y costosas. Charles, una vez más, había pasado la noche junto a mi entre mis sábanas, logrando que lo últimos que hiciéramos fuese dormir.

Se había comportado cariñoso y pasional, como siempre, pero sentía que algo había cambiado. Quizá su mirada, su forma de tomarme, algo estaba diferente, distante, y no me gustaba nada.

-otra vez te irás?- pregunté, cubriendo mi desnudez con la sábana y acercándome a él. Estaba de espaldas hacia mi, y en cuanto acaricie la piel de allí se tensó, haciéndome fruncir el ceño.

-tengo unas cosas de las que encargarme con el rey- respondió simple, sin dignarse a mirarme y alejándose de mi.

-ahora? El rey ya está descansando, Charles- estaba tan raro, y solo pude asumir que todo se trataba a la inminente llegada de la guerra a nuestro reino.

-debo hacer un par de cosas, Ana, por favor no comiences ahora- se quejó, terminando de colocarse la camisa de lino.

Me dolía. Dolía su continua indiferencia desde hace varios días. Dolía notar como ni siquiera quería mirarme y evitaba tocarme de formas que no fueran mas allá de lo sexual. Dolía porque me había enamorado de él, aun cuando mi hermana me advertía sobre la clase de persona que era.

Todo había comenzado con mi llegada de España hace ya dos meses. Charles se había comportado excelente conmigo desde el principio, haciéndome imposible la idea de no caer en su cama una semana después.

Desde entonces nos volvíamos uno cada noche, haciéndome sentir amada y deseada en cada ocasión. Mi cuerpo y corazón le pertenecían completamente, lo que era estúpido teniendo en cuenta de que se trataba de un hombre tan mujeriego como él, según solía llamarlo mi madre.

Además, apenas en un par de semanas tendría que volver a mi nación, obligada al olvidarme de él por unos largos meses. Sólo esperaba que nuestro amor pudiese soportar el peso de la distancia, o al menos el que yo tenía por él.

-solo me preocupo por ti- dije, colocándome un camisón, su rechazo había causado una gran inseguridad en mi -...estas raro últimamente-

Oí como suspiró con fuerza, con sus hombros cayendo con cansancio, antes de darse la vuelta y colocar una sonrisa en su cara. En otra ocasión habría visto como boba aquella sonrisa, pero ahora se veía extraña y hasta falsa. Se acercó a mi a pasos lentos y tomó mi rostro con sus manos, acariciando mi mejilla tiernamente con su pulgar.

-no tienes de que preocuparte, volveré antes del amanecer- dejó un pequeño beso sobre mi nariz antes de tomar su jubón y abandonar el cuarto.

Pero mintió, cuando desperté su lado en la cama seguía tal y como estaba cuando se fue, con un horrible frío llenándolo.

❝𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧𝗦❞  HENRY CAVILLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora