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Henry Cavill

Henry Cavill

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-bien, está bien! Tuviste razón...- murmuró, levantando las manos en el aire en señal de rendición. Hice una mueca victoriosa mientras me adentraba a nuestro hogar, sonriendo con suficiencia.

-sabía que te agradarían los niños, es que...¡son adorables!- exclamé, tomando una botella de agua del refrigerador y dando un largo sorbo. Sus ojos no se apartaban de mi, parecían estar pensando en algo que mantenía sus sentidos totalmente ocupados -ya. No debes enojarte por perder. Si te sirve de Consuelo, sabia que amarías a mis sobrinos, por eso hice la apuesta-

Se mantuvo en silencio, acercándose a mi a pasos lentos que resonaban en toda la casa. Sus ojos me escanearon en una mirada diferente, una que no había visto antes.

-Henry, estas bien?- pregunté, dejando la botella sobre la isla en medio de la cocina. Supe diferenciar la excitación en sus orbes, aquella mirada ya la conocía, y sabia lo que se aproximaba. Para cuando me di cuenta, dió rápidas y grandes zacadas hasta mi, y me tomó del cuello acercando mis labios a los suyos con rudeza.

No me extraño demasiado su rudeza, solía ser así cuando se había estado guardando las ganas por mucho tiempo.

-desde que te vi en ese maldito vestido de flores lo único que quiero hacer es arrancarlo de tu cuerpo- murmuró sobre mis labios, acariciando mis pechos por encima de la tela. Dejé escapar un gemido ahogado, su tono ronco me sacaba de mis cabales por completo. Cada parte de él me sacaba por completo.

Sus labios eran tan suaves y demandantes, una combinación perfecta. Su lengua chupó mi labio inferior, pidiendo permiso para adentrar su lengua a mi boca. Lo acerqué más a mi desde el cuello, atrayendolo por los bordes de su camisa y profundizando aún más el beso.

Mi trasero chocó contra la encimera, mientras que mis manos vagaban por su camisa, desabrochado los botones lentamente, acariciando su pecho y volviéndolo loco en el proceso. Gruñó sobre mis labios al sentir mi rodilla haciendo presión en su entrepierna, aunque yo no evité gemir tambien cuando sus manos apretaron mis pechos con más fuerza.

Bajó una de las tiras de mi vestido, dejando ver mis pechos completamente desnudos, aquel vestido no requería brasier. Sus ojos se iluminaron como dos estrellas antes de que sus manos acariciaban mis senos con suavidad, sabiendo que la brusquedad en aquella zona no me gustaba nada.

-ya no puedo esperar más...- murmuró, se lo oía desesperado por saciar su deseo. Me levanto ligeramente, sentado mi trasero sobre la encimera. Se agachó entre mis piernas, besando y acariciando mi piel con una dulzura característica de él en situaciones así. Levantó mi vestido hasta la cadera, dejando a la vista mis bragas Blancas de encaje.

-Henry...- sus dedos rozaron con mi entrada sobre la tela de mi braga y no pude no suspirar su nombre. Sus dedos quitaron las bragas hacia un lado, dejando un acceso directo a mi entrada. La calidez de su tacto rozó mi centro, volviéndome loca y obligándome a encurvar mi espalda mientras soltaba un jadeo.

-di mi nombre- demandó, acariciando mi clítoris suavemente. Uno de sus dedos hizo el amague de entrar en mi, pero sus ojos me decían que no lo haría hasta que yo hiciera lo que me pidió. Juguetona, apreté mis labios, sonriendo con picardía.

Una mueca de sorpresa absoluta remplazó la sonrisa al sentir uno de sus dedos embestirme con fuerza.

-di mi nombre- repitió en tono duro. Nuestros ojos chocaron, aunque me mantenía ciega por el placer y sabia que él también.

-Henry...- me atragante con mi saliva, por lo que tuve que tragar antes de poder seguir hablando -Henry cojeme- supliqué, tirando mi cabeza hacia atrás. Una sonrisa socarrona surcó entre sus labios, mientras se ponía de pie nuevamente. Desabrochó rápidamente sus Jeans y alineó su miembro en mi entrada.

Entró un poco en mi, con lentitud y dejándome saborear su tamaño, pero poco duró la gentileza ya que el resto de él entró con fuerza, sacándome un grito. Henry sabía justo que hacer para que el sexo fuera placentero para ambos, nunca doloroso o aburrido. Sus movimientos siguieron su ritmo, rápido y duro. Nuestras miradas se mantengan unidas mientras el me follaba sobre la encimera.

Me sostuve de mis lados, mientras miraba con deseo sus labios mojados, parecían llamarme a besarlos sin descanso. Pareció leer mis pensamientos, ya que me atrajo a él mientras me bajaba de la encimera. Dió un apasionado beso a mis labios y luego me tomó de las mejillas, mirándome a los ojos nuevamente.

-de espalda- dijo y con eso fue suficiente para entender que quería. Mi pecho se recostó sobre la encimera, mientras que mi trasero lo apuntaba exclusivamente a él. Sus manos se hicieron presente en mis glúteos y dejó un suave beso en mi espalda antes de entrar por segunda vez en mi.

Era demasiado el placer que estaba sintiendo, mi gemidos eran poco audibles para poder oír sus gruñidos de placer. Nuestras pieles chocando eran uno de los sonidos más excitantes que había oído, sin dudas estaba disfrutando aquello como nunca antes.

-Henry, me falta poco- susurré como pude, siendo sacudida por sus movimientos. Él apretó sus manos en mis caderas, logrando que sus embestidas fueran más duras y localizadas, haciéndome ver las nubes en cada una de ellas. Sabía dar en mi punto G, algo que agradecía mentalmente puesto que se sentía increíble.

-Vamos hermosa, córrete para mi- aquellas palabras en mi oído fueron suficientes para que el nudo en mi bajo estomago se deshiciera, explotando junto con la maravillosa sensación del orgasmo. No tardé en sentir un líquido escurriendo por mis piernas, mientras oía los jadeos e insultos de Henry, pero estaba muy embobada con el éxtasis como para prestar atención.

El pelinegro se alejó unos instantes, antes de regresar con un poco de papel en sus manos y comenzar a limpiar el desastre que había dejado entre mis piernas.

-eso fue...Intenso- murmuré, poniendo mi figura recta una vez que el suceso ya había pasado.

-fue increíble- respondió, dejando un beso sobre mi frente y mirándome con cariño. Seguro me veía horrenda, pero acababa de tener el polvo de mi vida.

-entonces ese es mi premio por ganar la apuesta?- pregunté en modo de juego, no había recordado aquella apuesta hasta ahora. Acomode mi vestido lo mejor que pude, aunque si alguien me viera supondría fácilmente lo que ocurrió minutos atrás.

-desea algo más, señorita?- preguntó, siguiéndome la corriente mientras se levantaba sus pantalones.

-de hecho si- asentí sonriendo -...debemos cambiar ya mismo esas encimeras. No sé como voy a cocinar con tu madre allí sin recordar lo que hicimos!- exclamé. La mueca pícara de Henry decayó en un segundo, pero no tardó en soltar una limpia carcajada que llenó el lugar.

-tú y tus ocurrencias- murmuró, besando mis mejillas con dulzura -...pero tienes razón, las cambiaremos- y con una sonrisa satisfecha, iniciamos el round dos sobre aquellas encimeras nuevamente, después de todo las cambiaríamos, entonces, ¿porqué no?

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Aquí les dejo el tan pedido smut, lamento si las decepcioné, sé que es algo corto pero es que recibí un pedido bastante interesante relacionado con el smut y me empeñare en meter todas mis ideas sucias allí 😏
Espero que les haya gustado hermosas, cuídense

❝𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧𝗦❞  HENRY CAVILLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora