𝘗𝘦𝘲𝘶𝘦ñ𝘰 𝘋𝘪𝘷𝘢𝘬𝘢𝘸𝘢 - 𝘏𝘢𝘫𝘪𝘮𝘦 𝘐𝘸𝘢𝘪𝘻𝘶𝘮𝘪 | corrigiendo

S E I S - Nervios.

( T / N ).

Cuidado... Sube con cuidado – Musitó tomando con delicadeza mi mano y espalda, aunque sus palabras eran calmadas hicieron que mi desesperación incrementara.

– Hajime sé subir unas malditas escaleras.

– Son peligrosas.

– ¡Son solo tres escalones! – Iwaizumi suspiró con resignación, al llegar a la gran entrada de vidrio abrió rápido la puerta dejándome pasar.

Ambos estábamos nerviosos y eso se notaba, ya era el quinto mes, lo que significaba una cosa, una cosa realmente importante, se sabría el sexo del bebe y justamente hoy habíamos ido al hospital para atendernos con la matrona. Llegamos a la sala de espera, la cual estaba algo llena de personas a la espera de ser atendidas.

La sala tenía un ligero aroma a hospital, seguido de ese color pastel en las paredes.

– Espera aquí... Cuidado – Murmuró dejándome con delicadeza en una suave silla, Iwaizumi solía tomar mi espalda baja con cuidado ante cualquier acción que haga. – ¿Estas bien?

– Hajime – Regañe.

– Vuelvo enseguida.

Agradecía que estas sillas estén pegadas entre sí, si fuera lo contrarió juró que ya le hubiera lanzado una a Iwaizumi en la cabeza, aunque no podía odiarlo, no a él. No a la persona que ha estado conmigo en todo este trayecto.

– Bien... Nos llamaran en cualquier momento – Habló al llegar a mi lado y sentarse, al instante su pierna no demoró en moverse con nerviosismo – ¿Estas nerviosa?

– Joder si – Musite jugando con mis manos, mi panza estaba notoriamente grande, al igual que mis pechos los cuales crecieron casi tres tallas y había empezado a usar más pantuflas que zapatos – Veo que tú también lo estas.

Hajime me miró unos segundos, no hizo falta una respuesta pues lo vi en su mirada – Todo estará bien, no te preocupes – Habló luego de un tiempo.

– ¿Me lo dices a mi o a ti?

– A ambos.... ¿Qué quieres que sea?

– Eso.... No se puede decidir ¿O sí?

– No – Respondió al instante, levantó la cabeza para saludar a un enfermero el cual iba pasando por ahí, ambos se hicieron el típico movimiento de cabeza sin decir ni una palabra.

Esa era otra cosa, Hajime se había hecho amigos de la mayoría de los enfermeros y doctores del hospital, habíamos decidido que este sería el hospital de nacimiento y, por ello Hajime se había encargado de tener los mayores contactos posibles dentro.

– Pero siempre hay preferencias por uno ¿Cuál es el tuyo?

– ¿Como tú queriendo que sea mujer?

Iwaizumi sonrió cómplice – Exacto.

– Bueno.... No sé, la verdad – Miré con algo se extrañes mi vientre, estaba hinchada cual balón o incluso como una sandía.

A mi mente se vino un Oikawa pequeño, no había pensado en él o al menos de esa forma ¿Como se vería? ¿Se parecería a Oikawa? Muy en el fondo esa idea no me disgustaba. Podía ver aquella tierna sonrisa y sus tiernos ojos con ese brillo distinguido.

– Creo que hombre. – Un leve fruncido se instaló entre su entrecejo – ¿Qué pasa?

– Por favor... No otro Oikawa – musitó casi rogando, mis ganas de reír llegaron al instante – Puedes ser un unicornio si quieres, incluso un alienígena... Pero no otro Oikawa.